Bodiroga y Herreros dan una alegr¨ªa al Madrid

Apareci¨® Herreros y el Madrid se ilumin¨®. Mucho se habla en el cuadro blanco de sus problemas, de ese empeque?ecimiento casi irracional en el que parece haberse sumido. P¨²blicamente, todas las miradas se han dirigido hacia Arlauckas. Con justicia, quiz¨¢. Por su falta de talante, de ganas. Por su pasotismo. Pero el Madrid cuenta, con m¨¢s estrellas, otros jugadores a los que se supone, s¨®lo se supone, determinantes en el concierto europeo. Uno es Bodiroga. El otro, Herreros.

Para, los m¨¢s exigentes, de poco servir¨¢ que Herreros fuera Herreros ayer, en un torneo devaluado, amistoso para todo el mundo menos para los jugadores del Madrid. Pero Herreros apareci¨® ayer. Y levant¨® al Madrid cuando se achicharraba en el infierno ante un rival que si siempre jugara como lo hizo en la primera parte ser¨ªa campe¨®n del universo. Baste un dato: a los diez minutos de partido, Brasil presentaba un 88 % de acierto en tiro de dos y un 100 % de tres. Eso no hay humano que lo resista.

Y en Brasil son humanos.El Madrid, vaya por delante, realiz¨® un formidable partido. Supo detener la hemorragia y se encomend¨® a Herreros, Bodiroga y, en menor medida, Angulo, para ir recortando la diferencia, que lleg¨® a ser de 17 puntos y, pasito a pasito, obligar a Brasil a pensar que en frente hab¨ªa un equipo capaz de muchas m¨¢s cosas de las que demuestra. Y el Madrid, sin Arlauckas, a¨²n centa con jyugadores de la categor¨ªa de Herreros y Bodiroga, capaces de darle, por fin, un suced¨¢neo de alegr¨ªa.