Per¨² esteriliza a la fuerza a miles de campesinas
, Por lo general, el decorado es siempre el mismo: una fanfarria que toca sobre el estrado, banderolas que anuncian la "gran fiesta de la salud", pancartas en las que puede leerse: "Gratis: ligadura de trompas y vasectom¨ªa". Pero en este peque?o pueblo de los Andes peruanos, la mayor¨ªa de los curiosos s¨®lo habla quechua y casi todas las mujeres son analfabetas. Reci¨¦n llegadas al mercado, nada m¨¢s bajar del cami¨®n fueron invitadas por la enfermera a acudir al dispensario.
All¨ª, vacunaron a los cr¨ªos, mientras que la madre, sin saber c¨®mo ni por qu¨¦, sali¨® con las trompas ligadas. ?Dio su consentimiento? Cuando la enfermera pregunt¨®: "?Realmente quiere tener tantos ni?os como los conojillos de Indias?'', la pobre mujer respondi¨® categ¨®ricamente ?No!". Esto bast¨® para que el Estado la tomase bajo su proteci¨®n. En diez minutos, la intervenci¨®n irreversible -pero gratuita- hab¨ªa terminado.La parlamentaria Lourdes Flores, que asisti¨® a una de estas ''fiestas de la salud", est¨¢ escandalizada. Ante el Parlamento dio a conocer un documento del Ministerio de Sanidad en el que se detallaban las diversas ventajas que se otorgan a los empleados del ministerio que alcanzan los objetivos fijados por el Gobierno en control de natalidad.
Las acusaciones contra la pol¨ªtica de natalidad no son nuevas. Pero como hasta ahora s¨®lo proced¨ªan de la Iglesia cat¨®lica la opini¨®n p¨²blica apenas se conmov¨ªa, atribuy¨¦ndolas a la tradicional oposici¨®n eclesi¨¢stica a la contracepci¨®n. Sin embargo, las protestas han llovido recientemente durante el III Congreso Nacional de Mujeres Campesinas, y han sido recogidas por el sindicato campesino, por las organizaciones populares de mujeres, por las feministas y por diputados de la oposici¨®n.
Decidido a informarse de forma precisa, el peri¨®dico El Comercio realiz¨® no hace mucho una amplia encuesta, trayendo de las regiones m¨¢s pobres del pa¨ªs testimonios que confirman que hay mujeres que se someten a la ligadura de trompas a cambio de v¨ªveres y de cuidados para sus hijos m¨¢s peque?os. El Estado, explica el rotativo, se hace cargo de la intervenci¨®n quir¨²rgica cuando sale mal se lava las manos. ''Cuando la se?orita Rita [la toc¨®loga del hospital de Tocache] vino a buscar a mi madre", cont¨® al peri¨®dico Mar¨ªa, de 9 a?os, hija mayor de una familia de tres hermanos, "le entr¨® miedo y se escondi¨®. Pero al d¨ªa siguiente se la llevaron". Una mujer, tambi¨¦n operada, estuvo presente cuando la toc¨®loga dijo a la mujer reticente: "?Tu marido no est¨¢ de acuerdo? No pasa nada. Lo hacemos ahora mismo y esta noche estar¨¢s en casa cocinando. ?l no sabr¨¢ nada". La operada volvi¨® a su casa, se acost¨® y no volvi¨® a levantarse. Diez d¨ªas m¨¢s tarde estaba muerta.
Por su parte, Bernardina Alva, de 26 a?os, cedi¨® debido a los regalos: vestidos, botas, v¨ªveres. "Nos dijeron que era gratis, que no ¨ªbamos a sentir nada. As¨ª que les dejamos hacer". Algunas mujeres incluso firmaron una autorizaci¨®n de intervenci¨®n porque se les dijo que, sin este papel, ya no podr¨ªan volver al hospital para dar a luz...
Ante los parlamentarios, el viceministro de Salud, Alejandro Aguinaga, tuvo que admitir recientemente la existencia de presiones ejercidas por los funcionarios del ministerio, pero, a?adi¨®, s¨®lo se trataba de malos entendidos o de lamentables excesos de celo por parte de algunos m¨¦dicos. Lo que queda, subraya el viceministro, es el verdadero ¨¦xito de la pol¨ªtica de planificaci¨®n familiar que, en 1997, permiti¨® a 900.000 parejas protegerse contra los embarazos no deseados. Al parecer durante ese periodo se practicaron 100.000 ligaduras de trompas y 10.000 vasectom¨ªas, mientras que se distribuyeron 3 millones de p¨ªldoras y 10 millones de preservativos.
"Lo que se puede criticar en todo este asunto", explica el experto estadounidense Richard Clinton, "es que la campa?a de esterilizaci¨®n no sea transparente". A pesar de los desmentidos oficiales, Richard Clinton sigue en sus trece: "Los dispensarios tienen unas cuotas mensuales que cumplir". De all¨ª las prisas a finales de mes, cuando los objetivos no alcanzados amenazan con costarle la plaza al personal. En los distritos piloto, el diputado Arturo Salazar pudo incluso comprobar que estas cuotas figuraban en las pizarras de los dispensarios, no lejos de los carteles que alaban en t¨¦rminos c¨¢ndidos la decisi¨®n de una pareja que vive "feliz" gracias a la ligadura de trompas. ?La operaci¨®n no es siempre totalmente deseada? El viceministro Aguinaga no hace una monta?a de ello: "Lo que ocurre es que a veces la gente se queja por deporte. Nosotros los peruanos somos as¨ª".
Le Monde / El Pa¨ªs
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