Presupuesto y paz
DAVID LEVY, el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Netanyahu, ha elegido bien el momento para plantear sus exigencias, pues formalmente son presupuestarias, pero llegan tambi¨¦n al coraz¨®n del proceso de paz de Israel con los palestinos. No obstante, si ejecuta su amenaza de dimisi¨®n, podr¨ªa, parad¨®jicamente, debilitar este proceso del cual Levy es uno de los pocos defensores en el Ejecutivo.Las objeciones de Levy a los recortes presupuestarios para 1998 en materia social son serias, especialmente cuando Netanyahu ha atendido a demandas especiales de varios de los ocho partidos que forman la coalici¨®n gubernamental. El partido de Levy, el Gesher, se nutre esencialmente de un voto de la clase media baja y trabajadora, m¨¢s preocupada por las prestaciones sociales p¨²blicas que directamente por la marcha del proceso de paz.
Netanyahu ha aplazado hasta el lunes la votaci¨®n parlamentaria sobre el presupuesto, lo que indica su voluntad de buscar una soluci¨®n que pasar¨ªa por una elevaci¨®n de impuestos, pol¨ªticamente dif¨ªcil de lograr, o un m¨¢s probable aumento del gasto p¨²blico. Aunque los cinco votos del Gesher no son esenciales para la supervivencia del Gobierno de Netanyahu, que actualmente cuenta con 66 de los 120 esca?os de la Kneset, la salida de Levy le dejar¨ªa muy debilitado. Pero, a su vez, el propio Levy -elemento moderador en este Ejecutivo- perder¨ªa influencia si saliera del Gobierno.
Cuando los sondeos ponen de relieve una marcada p¨¦rdida de popularidad, el primer ministro har¨¢ todo lo posible para evitar elecciones anticipadas. Sus gestos de ayer indican que har¨¢ lo posible para salvar la presencia de Levy en su Gobierno. S¨®lo si fracasa buscar¨ªa el apoyo de peque?os partidos de la ultraderecha, absolutamente contrarios al proceso de paz de Oslo. As¨ª, lo que aparece como una crisis en tomo al presupuesto podr¨ªa llegar a afectar- directamente a la marcha de un proceso de paz que lleva meses varado, y que Estados Unidos pretend¨ªa ayudar a desbloquear en las pr¨®ximas semanas, empujando al Gobierno israel¨ª a ceder a los palestinos la gesti¨®n de una parte importante de las tierras ocupadas en Cisjordania para lograr as¨ª reabrir un camino hacia la paz. El lunes debe viajar a Israel el mediador de Washington, Dennis Ross, para preparar el camino con vistas a las conversaciones f¨®rmales de finales de mes. Netanyahu se hab¨ªa mostrado dispuesto a estas conversaciones una vez que hubiera quedado aprobado su presupuesto.
Los problemas pol¨ªticos de Netanyahu -y su reticencia esencial a ceder poder y tierra a los palestinosno- son los ¨²nicos que dificultan este di¨¢logo. Los propios palestinos tienen una parte de responsabilidad, con la crisis interna que vive el Gobierno de Arafat. ?ste ha aceptado, finalmente, la dimisi¨®n que hace tres meses le presentaron sus ministros, formalmente en protesta por casos de corrupci¨®n, pero reflejo de intensas luchas de poder. Arafat ha pedido un plazo de tres meses para resolver esta crisis gubernamental, consciente de que lo ¨²ltimo que necesita es estar sin Gobierno cuando el proceso de paz puede entrar de inmediato en una nueva fase si el empuje de Washington logra sus objetivos.
Pero si finalmente se abre este nuevo di¨¢logo, se enfrentar¨¢n dos partes debilitadas tanto por sus propias crisis internas como por sus distintos enfoques del proceso de paz. Arafat tendr¨¢ menos capacidad de influencia dada la actitud poco inteligente de sus ministros. Netanyahu habr¨¢ salvado o no el escollo que le ha planteado Levy, pero de una u otra manera habr¨¢ perdido plumas en el camino. Y quien m¨¢s pierde, desde luego, es la causa de la paz, siempre debilitada, y, adem¨¢s, bajo la amenaza constante de atentados de. unos u otros.
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