Jospin recibe en su despacho a los parados
En un gesto de reconocimiento, el primer ministro franc¨¦s, Lionel Jospin, recibi¨® anoche en su despacho de Matignon a los promotores del movimiento de los parados que ocupan desde hace d¨ªas varias oficinas de empleo y han abierto una grieta en la mayor¨ªa gubernamental. Por la ma?ana, durante la reuni¨®n mensual del Gobierno, dedicada casi monogr¨¢ficamente al paro, Jospin censur¨® el espect¨¢culo de la divisi¨®n gubernamental ofrecido durante estos d¨ªas por los miembros verdes y comunistas de su Gabinete y les inst¨® a funcionar de "manera colegiada y solidaria".
La impresi¨®n al t¨¦rmino de la reuni¨®n con los parados es que la aproximaci¨®n de posturas ha sido escasa y que el margen de maniobra de que dispone el Ejecutivo es m¨ªnimo a causa de los compromisos europeos. Mientras la ministra de Empleo, Martine Aubry, har¨¢ hoy una declaraci¨®n sobre la cuesti¨®n, los parados mantendr¨¢n de momento sus movilizaciones y ocupaciones.La llamada al orden de Jospin a sus ministros se produjo en v¨ªsperas de que el Gobierno y el conjunto de la izquierda se embarquen en la preparaci¨®n del proyecto de ley que debe instaurar la pol¨¦mica semana laboral de las 35 horas.
Fiel al estilo que ha acu?ado desde su llegada al Gobierno -"escuchar a todas las voces, reflexionar y actuar con determinaci¨®n"-, el primer ministro parece decidido a reconducir la movilizaci¨®n de los parados con el anuncio de una serie de disposiciones en las que se combinan las ayudas inmediatas con reformas legales ya contempladas en su mayor parte en el proyecto de ley "contra la marginaci¨®n". Antes de entrevistarse con los representantes de los grup¨²sculos Agit, AC, APEIS y MNCP, que estos d¨ªas han representado simb¨®licamente ante la opini¨®n p¨²blica la angustia de los parados de larga duraci¨®n, Jospin recibi¨® a los dirigentes de las siete principales centrales sindicales. Tambi¨¦n a la patronal.
Adem¨¢s de recabar su opini¨®n sobre el conflicto, el primer ministro quiso as¨ª disipar los recelos que el reconocimiento de los grupos promotores del movimiento de parados suscita entre los dirigentes sindicales. N¨ªcole Notat, secretaria general del principal sindicato, la CFDT, y presidenta del Unedic, el organismo que gestiona junto con la patronal el subsidio de desempleo, ha criticado desde el principio la representatividad de estos grupos, manipulados, a su juicio" por la central comunista, la CGT. Tambi¨¦n el dirigente de Fuerza Obrera, Marc Blondel, ha cuestionado la significaci¨®n del movimiento cuya ocupaci¨®n de las oficinas de empleo, gestionadas paritariamente por los sindicatos y la patronal, ha situado simb¨®licamente a los parados frente a las centrales.
Acusaci¨®n a los sindicatos
Los sindicalistas niegan la acusaci¨®n impl¨ªcita de que las centrales cl¨¢sicas representan s¨®lo a los asalariados. Pese a que el movimiento de los parados muestra una presencia geogr¨¢fica muy irregular y tiene un car¨¢cter incluso variopinto, con presencia tambi¨¦n de j¨®venes okupas, el protagonismo de gentes asociadas a la CGT ofrece una interlocuci¨®n b¨¢sica a la hora de buscar el acuerdo. El recelo sindical ante la afloraci¨®n de las asociaciones de parados alcanza igualmente a parte de las reivindicaciones planteadas por el movimiento.Mientras la derecha democr¨¢tica saca punta a la situaci¨®n, subrayando las contradicciones internas del Gobierno de coalici¨®n, los aliados de los socialistas en el Gabinete, de Jospin no renuncian a marcar sus diferencias en cuestiones como las 35 horas y la construcci¨®n europea. El PC y el Movimiento de los Ciudadanos (MDC), que lidera el ministro del Interior, Jean Pierre Chev¨¦nement, han puesto de relieve las dificultades que el pacto de estabilidad europeo y el paso al euro suponen, en su opini¨®n, a la hora de aplicar una pol¨ªtica de lucha efectiva contra el problema del paro.
Pese a las voces que reclaman que la modifici¨®n constitucional exigida como paso previo a la ratificaci¨®n del Tratado de Amsterdam sea hecha mediante refer¨¦ndum, el presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, y el propio Jospin desconf¨ªan de esa v¨ªa. De acuerdo con las declaraciones de Chirac y de los entornos de Matignon, la presidencia de la Rep¨²blica y el primer ministro se inclinan por que la revisi¨®n constitucional sea realizada por las c¨¢maras parlamentarias. Los europe¨ªstas recuerdan el escaso margen de un punto con que los franceses dijeron s¨ª a Maastricht en 1992 y temen que un referendo ahora d¨¦ alas a quienes rechazan la cesi¨®n parcial de soberan¨ªa a la UE.
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