?Nuclear? Que no, gracias; que no
EL PA?S del 12 de diciembre de 1997 trae un anunci¨® a toda p¨¢gina sobre las maravillas de la energ¨ªa nuclear que, curiosamente, no lleva el encabezado de "Publicidad" con que el diario suele acompa?ar este tipo de comunicados. Lo firman unos autoproclamados "representantes de European Nuclear Society Young Generation", que dan por toda direcci¨®n una p¨¢gina de Internet. Al abrirla, se trata de la Sociedad Nuclear Espa?ola, que puede ayudar un poco a orientar sobre la financiaci¨®n de tan costoso anuncio, y, dentro de ella, de la Comisi¨®n de Nuevas Generaciones, de nombre m¨¢s bien poco original. Se presentan como "j¨®venes profesionales del sector nuclear", y por todo bagaje dicen no ser cient¨ªficos fan¨¢ticos, intolerantes ni moralmente peligrosos. Son, por reducci¨®n al absurdo, comprensivos, tolerantes y moralmente intachables. Aprovechan que la cumbre de Kioto sobre emisiones de CO2 se fue al traste para arrimar, tan oportuna como sospechosamente, el ascua a su sardina nuclear. Estos j¨®venes dicen tener en sus manos la soluci¨®n a tanto mal humor, que, como era previsible, es la soluci¨®n nuclear, y, seg¨²n ellos, una "tecnolog¨ªa madura y probada". Aseguran tener respuesta a las grandes cuestiones (la tecnolog¨ªa nuclear no tiene problemas, s¨®lo cuestiones) sobre posibles accidentes (el subrayado es m¨ªo: Chern¨®bil, los siete submarinos nucleares hundidos o la decrepitud de la flota nuclear del B¨¢ltico no existen), riesgos de proliferaci¨®n y tratamiento de residuos radiactivos. ?No es tan fant¨¢stico como casual? Evidentemente, no hablan del coste.Estos j¨®venes lanzan pedidos varios a la industria nuclear (es decir, a ellos mismos) y a los "grupos de presi¨®n" (sic) para quitarle hierro emocional al asunto nuclear y tratarlo de forma "racional". Piden al p¨²blico y a los medios de comunicaci¨®n que, antes de adoptar opiniones, refle-
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xionen sobre si comprenden las complejas cuestiones nucleares (somos unos cazurros) y, en caso de duda, que consulten con cualquier joven cient¨ªfico, experto, comprensivo, tolerante y moralmente intachable, antes de opinar. Concluyen pidiendo a los pol¨ªticos que sigan financiando tan generosa y desinteresadamente como hasta ahora los programas nucleares. Ellos no necesitan pensar o entender, como el p¨²blico o los medios; con que financien, basta. Y terminan con una cita de Wordsworth tan a trasmano que s¨®lo puede ser producto de un instructor de mente calenturienta en uno de esos seminarios para j¨®venes ejecutivos, habituales de las multinacionales del sector.
?Se os ha visto la patita radiactiva por debajo de la puerta, jovenzuelos!.-
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