?Qu¨¦ mujeres!
La cosa va de tres chicas que, por aquello de los hombres son unos bordes, terminan compartiendo piso y vicisitudes: por avatarres de esos que tanto gustan a los guionistas sin imaginaci¨®n, por su vida se cruzar¨¢ uncambio, de maletas -observe el lector el fino detalle original-,dos kilos de una coca¨ªna especial que produce el efecto contrario al real, es decir, despierta un insaciable apetito sexual; un calvo mal¨¦fico -el bueno de Cervino, qu¨¦ necesidad ten¨ªa de pasar por este mal trago- y una porno-star que, lo adivin¨® usted, es la mism¨ªsima Andersen.Cada una de ellas responde a un arquetipo preciso, y desafortunadamente est¨²pido: una (Guill¨¦n Cuervo) es una dura escritora, enamorada de un imb¨¦cil periodista que se dedica a fastidiarle la vida. La otra (Sese?a) est¨¢ enamorada de otro cretino que vive enganchado a Internet y con el cual no alcanza jam¨¢s el orgasmo. El hecho de que por fin lo consiga con el auxilio de la droga debe ser, colige este cronista, el mensaje progresista del filme tal como lo imaginan sus autores; pero en todo caso, es perfectamente l¨ªcito concluir, una vez visto el filme, que lo mejor para superar el tedio de la vida marital es meterse rayitas salvadoras. En cuanto a la tercera (Esteve), es una chica de pueblo, entre tonta y lista, enamorada de un yonqui que, adem¨¢s, tambi¨¦n la fastidia, la agrede, en fin, detalles as¨ª, sin importancia.
No me hables de los hombres que me pongo
.. at¨®mica Direcci¨®n y gui¨®n: Alfonso Albacete y David Menkes. Fotograf¨ªa: N¨¦stor Calvo. Producci¨®n: Fernando Colomo y Beatriz de la G¨¢ndara para F. Colomo P. C. y Pel¨ªculas Fren¨¦ticas. Espa?a, 1977. Int¨¦rpretes: Cayetana Guill¨¦n Cuervo, Bib¨ª Andersen, Nathalie Sese?a, Jos¨¦ Manuel Cervino, Mar¨ªa Esteve, Gustavo Salmer¨®n, Adri¨¢ Collado, Carlos Fuentes. Estreno en Madrid: Excelsior, Florida, Coliseum, Benlliure, Acte¨®n, Cartago.
Todas las peripecias de estas chicas tan singulares, de estas mujeres que se prenteden un espejo de lo real y que no son m¨¢s que meras caricaturas pasadas de rosca, son contadas con incontenible tono de comedia alocada. No es la factura t¨¦cnica del filme lo que m¨¢s irrita; como otras pel¨ªculas espa?olas contempor¨¢neas, su est¨¦tica chillona, su fotograf¨ªa casi surreal y algunos aciertos en la composici¨®n del encuadre la hacen perfectamente profesional. Lo que irrita es que se gasten 210 millones, que son los reconocidos por la productora, en contar una historia no ya insustancial, sino peligrosamente deudora de los peores lugares comunes sobre las mujeres. Pero lo cierto es que termimamos viendo en acci¨®n a un conjunto de mujeres de otro planeta, agresivamente machista una, perfectamente banales las otras dos, enfrentadas no a hombres reales, sino a su perfecta caricatura. Lo que At¨®mica termina proponiendo es una banalizaci¨®n atroz de problemas cotidianos sobre los que convendr¨ªa reflexionar mucho m¨¢s antes de convertirlos en materia risible.
Por lo dem¨¢s, el filme s¨®lo sirve para se?alar un par de puntos de inter¨¦s: uno, el interesante deb¨² de la joven Esteve, en una actuaci¨®n que recuerda a la de Mar¨ªa Barranco en Mujeres al borde de un ataque de nervios. Y sobre todo, el oficio de Cayetana Guill¨¦n Cuervo, un pedazo de actriz que est¨¢ pidiendo a gritos un papel a la altura de su indudable, arrollador talento.
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