La polic¨ªa francesa desaloja a los parados de los treinta locales p¨²blicos que ocupaban
La polic¨ªa desaloj¨® a lo largo de la madrugada de ayer la pr¨¢ctica totalidad de la treintena de oficinas de desempleo y locales p¨²blicos ocupados por el movimiento de los parados, una intervenci¨®n que provoc¨® las vivas protestas de los verdes y comunistas, aliados gubernamentales del Partido Socialista. No hubo violencia porque los agentes hab¨ªan recibido la orden de comportarse con exquisita consideraci¨®n y porque los mismos parados son conscientes de que la intervenci¨®n del viernes del primer ministro, Lionel Jospin, ha puesto t¨¦rmino a una primera etapa de su lucha.
En algunos cascos, las oficinas de desempleo fueron abandonadas por decisi¨®n propia, antes de la llegada de la polic¨ªa. S¨®lo en Marsella, cuna y plaza fuerte del movimiento, el desalojo dio lugar a algunos conatos de enfrentamiento con los agentes antidisturbios de las Compa?¨ªas Republicanas de Seguridad (CRS) y mostr¨® descarnadamente la exasperaci¨®n de padres de familia, excluidos sociales, que llevan a?os bordeando el umbral de la miseria.Ayer tarde, en la capital francesa, las asociaciones promotoras del movimiento, AC, MNCP, APEIS y el comit¨¦ de defensa de los parados del sindicato CGT, admitieron expresamente que a partir de ahora est¨¢n obligados "a adoptar nuevas formas de lucha", aunque, irritados por la intervenci¨®n policial, no descartaron, antes al contrario, reemprender las ocupaciones.
Larga duraci¨®n
"Somos parados de larga duraci¨®n, as¨ª que tambi¨¦n podemos ser ocupantes de larga duraci¨®n", indicaron, tras reiterar la convocatoria de una nueva jornada de movilizaciones para el pr¨®ximo martes. Saben, en todo caso, que el Gobierno no va a permitir que vuelvan a ocupar las oficinas de desempleo y que la prolongada paralizaci¨®n de la actividad de estos centros gestionados paritariamente por los sindicatos y la patronal perjudica a los propios parados y les enfrenta a las centrales, recelosas de un movimiento emergente que reclama la representaci¨®n de los parados como categor¨ªa social. Precisamente, las asociaciones m¨¢s significativas de este movimiento, todav¨ªa embrionario, fraccionado en una constelaci¨®n de peque?os grupos locales que trabajan en toda Francia, invocaron ayer, por primera vez, a la solidaridad activa de los asalariados. A tenor de las reacciones en el dividido panorama sindical y de la izquierda, y a la vista de lo nutrido de algunas de las manifestaciones celebradas ayer -un millar en Burdeos, otro en Montpellier-, puede decirse que el movimiento de protesta ha encontrado eco fuera tambi¨¦n del mundo del paro."La moral de las tropas est¨¢ todav¨ªa muy alta", indicaron los representantes de estos miles de desempleados que reclaman orgullosamente el t¨ªtulo de "parados rebeldes" y que en el calor de la convivencia y de la lucha de estos d¨ªas de ocupaciones y manifestaciones han redescubierto su orgullo perdido, su dignidad y la fuerza colectiva. "En la oficina de desempleo, arropado por gentes en mi misma condici¨®n, he dejado de sentirme solo, me he sentido ciudadano, es como si me hubiera transformado, rehabilitado", declar¨® ayer una de las personas desalojadas por la polic¨ªa.
Sensaci¨®n de triunfo
Pese a su prop¨®sito de reemprender las ocupaciones y a la sensaci¨®n de triunfo por haber forzado al Gobierno a reconocerles y a desplegar un conjunto de medidas, es posible que el movimiento pierda, siquiera moment¨¢neamente, el protagonismo estelar y la presi¨®n de que ha disfrutado desde el principio del a?o, cuando se erigi¨® en representante simb¨®lico de la angustia de los parados de larga duraci¨®n.La puesta en pr¨¢ctica de las medidas aprobadas por el Gobierno, singularmente el fondo de ayuda social dotado por el Ejecutivo con 25.000 millones de pesetas y otras de aplicaci¨®n inmediata, puede paliar esas necesidades urgentes: el pago de la luz, los comedores de los escolares, el alquiler de la casa, a las que aludi¨® Lionel Jospin en su intervenci¨®n del pasado viernes.
Reconocida su capacidad de interlocuci¨®n, el Gobierno est¨¢ dispuesto a tratar con las nuevas asociaciones la mejora de los subsidios que perciben los parados de larga duraci¨®n, adem¨¢s de atender a las familias en situaci¨®n m¨¢s desesperada. El l¨ªmite lo marc¨® el propio primer ministro: no habr¨¢ prima navide?a de 3.000 francos (75.000 pesetas) ni aumento general de los subsidios porque, seg¨²n sus palabras, "eso har¨ªa estallar todo el sistema econ¨®mico y social".
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