Las autoridades ordenaron a la polic¨ªa inhibirse durante y despu¨¦s de la matanza de Chiapas
, Advertidos de la matanza, funcionarios de los cuerpos de Seguridad de Chiapas recibieron instrucciones de no intervenir, y, despu¨¦s de ejecutada aqu¨¦lla, protegieron a los asesinos y facilitaron su huida. La investigaci¨®n sobre la muerte de 45 ind¨ªgenas efectuada por la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, nombrada por el Gobierno, llega a estas conclusiones en un informe de 220 folios sobre la carnicer¨ªa del 22 de diciembre. De haberse tomado medidas, pudo haberse evitado, o al menos detenido, si hubieran sido atendidos los gritos de auxilio de los campesinos atacados, en su mayor¨ªa mujeres y ni?os, acribillados tiros mientras rezaban, rematados muhos a machetazos.
"Las preanotadas consideraciones", destaca la Comisi¨®n, "obligan a las autoridades competentes a una investigaci¨®n exhaustiva de los actos, omisiones, irregularidades y negligencia en que han incurrido los servidores p¨²blicos del Gobierno y del Estado, con el objeto de desligar las responsabilidades".En su informe al procurador general de la Rep¨²blica, Jorge Madrazo, y al nuevo gobernador del Estado, Roberto Albores, la comisi¨®n se?ala que el ataque fue planeado a sabiendas de que la poblaci¨®n de Acteal se encontraba inerme, y ausentes las autoridades policiales del Estado. Los cuerpos de las v¨ªctimas, se espanta la comisi¨®n, fueron amontonados como fardos, sin respeto alguno, en un cami¨®n policial.
Los investigadores de la comisi¨®n pudieron verificar la ausencia de las preceptivas diligencias o peritajes, fotograf¨ªas, filmaciones, inspecci¨®n del terreno o fe ministerial de los cad¨¢veres. De las entrevistas mantenidas con heridos, funcionarios o miembros de la di¨®cesis de San Crist¨®bal de las Casas, se deduce que, en el momento de comenzar la agresi¨®n, unas 325 personas rezaban fuera de la ermita, oraban desde hac¨ªa d¨ªas, confiando en que las preces frenaran la violencia imperante en el lugar. Los asaltantes abrieron fuego a discreci¨®n. Algunos fueron abatidos en el recinto de la ermita, la mayor¨ªa se dispers¨® entre los matorrales, y otros corrieron hacia un arroyo, distante. 300 metros, para esconderse en una cueva. Hasta ella llegaron los encapuchados, vestidos con uniformes de color negro y pa?uelos rojos. anudados alrededor de la cabeza. Dispararon hasta dar por muertos a todo los ind¨ªgenas, reconstruye la comisi¨®n, y s¨®lo salvaron la vida dos, ocultos por varios cad¨¢veres. Quietos hasta el anochecer, huyeron entonces hacia San Crist¨®bal, y contaron lo sucedido. La carnicer¨ªa dur¨® seis horas, a golpes de machete se remat¨® a muchos heridos.
Advertencias
Declaraciones rendidas ante la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos y testimonios de los heridos coinciden en que al menos dos habitantes de una comunidad cercana llegaron a Acteal el d¨ªa 21 para advertir sobre el ataque del d¨ªa siguiente, que habr¨ªa de ser cometido por simpatizantes del oficial, Partido Revolucionario Institucional (PRI), organizados en un grupo paramilitar."Est¨¢n absolutamente atemorizados", consideraba Celina Pereda, encargada de M¨¦xico en M¨¦dicos Mundi de Espa?a, poco antes de regresar a Madrid tras una semana en Chiapas. "Hablamos con miembros de la organizaci¨®n cat¨®lica La Abeja. Quisieron ser neutrales, pero los pri¨ªstas de su comunidad les dijeron que ten¨ªan que formar parte de su grupo. Al negarse a tomar las armas, fueron. considerados enemigos.
Cuando rezaban en Acteal, fueron avisados del pr¨®ximo ataque, pero ellos continuaron rezando ' y ayunando para que Dios les ayudara a tener unas buenas relaciones en la comunidad. Por eso las heridas de bala son por la espalda".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.