"La Universidad deber¨ªa funcionar como un 'holding"
, La Conferencia de Rectores Europeos (CRE) s¨®lo ha tenido en sus cuatro decenios de existencia un presidente espa?ol: el catal¨¢n Josep Maria Bricall, de 61 a?os. Catedr¨¢tico de Econom¨ªa Pol¨ªtica, en 1986 fue elegido rector de la Universidad de Barcelona, la misma de la que 20 a?os antes hab¨ªa sido expulsado por "insubordinaci¨®n a la autoridad". En 1994 dej¨® el rectorado y asumi¨® la presidencia de los rectores europeos, cargo que abandonar¨¢ este a?o. Su resistencia a la militancia no le ha impedido acumular experiencia pol¨ªtica: ha sido secretario de la Presidencia de la Generalitat y conseller de Gobernaci¨®n con Josep Tarradellas, y diputado auton¨®mico en las listas de los socialistas catalanes, aunque ejerci¨® con independencia de voto. Su admiraci¨®n hacia Tarradellas s¨®lo es comparable con la animadversi¨®n pol¨ªtica que profesa a Jordi Pujol, ampliamente correspondida.Detesta las fotos en los peri¨®dicos, sobre todo cuando le toca posar a ¨¦l, y se muestra preocupado con las entrevistas, especialmente las que versan sobre la Universidad, un asunto cuya complejidad se resiste a abordar sin precisiones: "En las entrevistas no es posible matizar. Por eso, siempre que digo algo, espero que haya di¨¢logo despu¨¦s".
Pregunta. ?Tienen los rectores europeos un diagn¨®stico com¨²n sobre la Universidad?
Respuesta. Bertrand Russell dijo que la experiencia m¨¢s triste de su vida fue apercibirse de que cualquier acuerdo al que un conjunto de ciudadanos llega por unanimidad no interesa a nadie: es algo abstracto, un principio b¨¢sico o una pasteler¨ªa en estado puro.En consecuencia, siempre he sido contrario a formular conclusiones en nuestras conferencias. Lo interesante es el intercambio de experiencias y lo que los anglosajones llaman la "diseminaci¨®n de la mejor pr¨¢ctica".
P. ?Y cu¨¢l es la mejor pr¨¢ctica?
R. En primer lugar, un esfuerzo de diversificaci¨®n y especializaci¨®n: una l¨ªnea de acci¨®n en cada universidad e incluso diferentes tipos de actividades en cada universidad, quiz¨¢ con diversas estructuras jur¨ªdicas. La diversificaci¨®n deber¨ªa ir acompa?ada de formas distintas de gesti¨®n para la ense?anza tradicional, la formaci¨®n continua o la relaci¨®n con el sector productivo. Es decir, la Universidad deber¨ªa funcionar como un holding. En segundo lugar, est¨¢ la idea de las redes. Las universidades han perdido el monopolio de la ense?anza, e incluso de la investigaci¨®n, y esto exige contactos entre universidades y con otras instituciones para ciertos objetivos.
P. ?Y el dinero?
R. No pueden separarse la diversificaci¨®n y la financiaci¨®n, que es un problema brutal. En el Reino Unido, aunque en 20 a?os ha aumentado el 45% el presupuesto de ense?anza superior, el gasto por estudiante ha disminuido en un 40%. El presupuesto p¨²blico no puede hacer frente a los crecientes gastos con los mismos planteamientos que antes. Vamos hacia unos procedimientos m¨¢s masificados, pero tambi¨¦n m¨¢s centrados en las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n. Otro asunto es el de la autonom¨ªa y los ¨®rganos de gobierno. La Universidad debe ser aut¨®noma, porque ?qui¨¦n puede organizar desde un ministerio un sistema diversificado, atento a los problemas cotidianos y vinculado al entorno? No tiene sentido, es absurdo. Ser¨ªa burocratizar la Universidad. Hay que darle autonom¨ªa para que reaccione, no para no hacer nada.
P. Ni para que haga lo que le d¨¦ la gana.
R. Exacto. La autonom¨ªa debe desvincularse de los intereses inmediatos de quienes participan en la Universidad. El cliente ahora es el profesor, cuando deber¨ªa ser el estudiante. Por otro lado, la Universidad debe tomar decisiones. Hay que reforzar su autonom¨ªa de forma que le permita decidir sin caer en la autogesti¨®n. Recuerdo una frase de un alcalde de la dictadura: "Por no hacer, no pasa nada". Es una pr¨¢ctica pol¨ªtica muy frecuente. Pero no hacer es suicidarse, no se pueden dejar las cosas como est¨¢n.
P. ?Lo dice por el ministerio?
R. Es muy triste. No me quiero meter en eso. Desde 1983, con la Ley de Reforma Universitaria (LRU), las universidades espa?olas han experimentado un cambio brutal. Ya se pueden comparar con las de fuera. Lo de antes se parec¨ªa muy vagamente a lo que en el extranjero se llamaba universidad. Pero la LRU se ha quedado a medio camino. No s¨¦ si la ley o su puesta en pr¨¢ctica. Pero me sabr¨ªa mal que no se llegara a las ¨²ltimas consecuencias. Las universidades est¨¢n cambiando de modelo, deben adaptarse al entorno, y lo han de hacer coordinadamente, con apoyo pol¨ªtico, no s¨®lo financiero. Y conste que yo no soy partidario de hacer experimentos, sino de reformar lo que tenemos.
P. No se ven muchas tentaciones de experimentos.
R. Quiz¨¢ no, pero no se sabe a d¨®nde se va.
P. ?Se refiere a la Administraci¨®n?
R. S¨ª.
P. ?Cree que va a alg¨²n sitio?
R. No s¨¦. A veces pienso que se intenta pudrir la situaci¨®n.
P. ?Le atribuye ese objetivo a Esperanza Aguirre?
R. No lo s¨¦.
P. ?Cu¨¢l es su estado de ¨¢nimo sobre la situaci¨®n espa?ola?
R. Un poco desencantado. Veo a los rectores bien dispuestos. Tienen voluntad de mejorar la Universidad. El problema es que un rector est¨¢ sometido a tantas presiones y temas urgentes, que una visita al ministerio para hacerse una idea de la l¨ªnea pol¨ªtica es importante.
P. ?Qu¨¦ Problemas de fondo han originado la agitaci¨®n universitaria en Europa, especialmente en Alemania y Reino Unido?
R. Hay aspectos del sistema de ense?anza y otros relacionados con el exterior. Antes, mucha gente s¨®lo cursaba la ense?anza obligatoria. Ahora casi todo el mundo llega a la secundaria no obligatoria. Es decir, antes, la secundaria era preuniversitaria. Ahora, la Universidad es postsecundaria. Puede ocurrir que estemos dando respuesta a una situaci¨®n del pasado, no a los tiempos actuales. Las universidades ya no pueden ser como en el pasado: ni la sociedad lo necesita ni podr¨ªa pag¨¢rselo. Es algo que me gustar¨ªa discutir en detalle. Si hubiese ministros serios, podr¨ªamos hablar de esto, porque es importante. En cuanto a la relaci¨®n con el exterior, est¨¢ la formaci¨®n de la mano de obra y la necesidad de flexibilizar la ense?anza. La Universidad ya no es una fase educativa terminal, sino que es una fase inicial, previa a la formaci¨®n continua. Esto no es f¨¢cil en ¨¦poca de estrecheces.
P. ?Se debe la protesta estudiantil a la percepci¨®n de las insuficiencias o a una reacci¨®n conservadora?
R. ?Es capaz de distinguir ambas cosas? Al final, el estudiante piensa: "?De qu¨¦ me va a servir esto?". Cuando explico, me doy cuenta a veces de que el estudiante no me atiende por el inter¨¦s de lo que digo, sino por lo que pueda servirle.
P. En secundaria, ?habr¨ªa que recortar las asignaturas de siempre para hacer hueco a materias instrumentales, como la inform¨¢tica?
R. No so y un experto, pero seguramente s¨ª. No creo que la formaci¨®n sea meterle al estudiante much¨ªsimas cosas. Hay que dejarle espacio para moverse por su cuenta. Se dice a menudo: "Los chicos han de aprender esto y esto". ?Por qu¨¦? Ya lo aprender¨¢n, cuando les haga falta o les interese. Lo importante es darles lo que nunca aprender¨ªan si no es en ese momento.
P. ?Qu¨¦ piensa de la pol¨¦mica sobre el plan de humanidades?
R. Me aburre extraordinariamente. Se ha mezclado todo. ?Qui¨¦n debe decidir lo que ha de explicarse en historia? Yo creo que el profesor de historia. ?Por qu¨¦ hacemos estos grandes dramas? Participo de la necesidad de reforzar las humanidades, pero hay que ver c¨®mo se ense?an. En bachillerato me hicieron aprender listas de r¨ªos, de monta?as y de obras de autores sin ense?arme ni una de estas obras. Fue lamentable. Ahora, las bibliotecas p¨²blicas e Internet podr¨¢n facilitar muchas cosas.
P. Lentamente y con cortes de conexi¨®n.
R. Es verdad, pero eso se ir¨¢ resolviendo. Me dec¨ªa un rector finland¨¦s que estamos empezando una nueva era. Cuando se invent¨® la imprenta, termin¨® la autoridad de interpretar la Biblia. Cualquiera pod¨ªa tenerla en casa. A la Universidad le pasar¨¢ algo parecido. Entrar¨¢ en crisis, porque las instituciones de control cient¨ªfico estar¨¢n al alcance de cualquiera.
P. En la Universidad, ?el dinero da la felicidad?
R. El dinero f¨¢cil puede ser un obst¨¢culo para el desarrollo.
P. ?Y es dinero f¨¢cil el que pide la Universidad espa?ola?
R. No. No est¨¢ precisamente sobrada de dinero. Pero deber¨ªa hacerse una doble acci¨®n: dotar de recursos, pero exigir profundas renovaciones. Hay much¨ªsimas formas no coercitivas de aplicar una pol¨ªtica educativa. Por ejemplo, que los Gobiernos determinen prioridades y las universidades que las cumplan reciban financiaci¨®n adicional. Que las universidades sean aut¨®nomas no quiere decir que los Gobiernos y los Parlamentos no puedan hacer nada.
P. ?Deber¨ªa incluir la autonom¨ªa que las universidades eligieran libremente a sus profesores?
R. Cada universidad deber¨ªa elegir a sus profesores. Otra cosa es si debe exigirse a los candidatos una homologaci¨®n. Eso es discutible. Y, cuando digo cada universidad, no quiero decir sus profesores, sino sus ¨®rganos de gobierno.
P. ?Es partidario de quitar poder de selecci¨®n a los departamentos y otorg¨¢rselo a los ¨®rganos de gobierno?
R. As¨ª lo hice cuando era rector. Pero no se pueden hacer grandes reformas, s¨®lo peque?as, sobre todo en un pa¨ªs como Espa?a, profundamente conservador, en donde nadie quiere reformar nada.
P. ?C¨®mo se concilia la competencia para decir "este profesor vale, ¨¦se no vale" con el hecho de que sean funciona?os?
R. Toda Europa tiene funcionarios como profesores, excepto el Reino Unido. Pero esto habr¨¢ que pensarlo seriamente en el futuro. La idea de la calidad del profesor vitalicio est¨¢ en discusi¨®n.
P. ?Qu¨¦ efecto ha producido el nacionalismo en el sistema espa?ol?
R. Cuando era rector, me mostr¨¦ partidario de abrir puertas y ventanas. Yo prefiero a un buen estudiante extreme?o antes que a un mal estudiante catal¨¢n. Al extreme?o ya lo har¨¦ catal¨¢n despu¨¦s.
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