Expeditiva detenci¨®n de 26 polic¨ªas que tirotearon a manifestantes en Chiapas
, Los 26 polic¨ªas que respondieron a balazos su apedreamiento en una poblaci¨®n de Chiapas, causando la muerte de una ind¨ªgena y heridas a dos m¨¢s, fueron detenidos en una r¨¢pida acci¨®n del Ministerio del Interior mexicano encaminada a evitar el naufragio de las nuevas gestiones pacificadoras emprendidas por el Gobierno en un Estado donde conviven peligrosamente el enconamiento ¨¦tnico, religioso y pol¨ªtico, el Ej¨¦rcito, la guerrilla zapatista y grupos paramilitares.
La represi¨®n a tiros de los cientos de manifestantes que en Ocosingo exig¨ªan a gritos y cantazos la salida de la polic¨ªa de la poblaci¨®n sure?a ocurri¨® mientras, en la capital, decenas de miles de mexicanos -en torno a los 100.000, seg¨²n los organizadores de la marcha m¨¢s numerosa de los ¨²ltimos a?os, y 40.000 en el c¨¢lculo policial- protestaban la matanza de 45 ind¨ªgenas en diciembre. Reclamaban al presidente, Ernesto Zedillo, medidas contra la violencia en Chiapas, el cumplimiento de los acuerdos de San Andr¨¦s y el castigo de los responsables de los asesinatos perpetrados en Acteal.La direcci¨®n del opositor y centroizquierdista Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), artistas, punkies, profesionales, amas de casa o delegados del municipio donde ocurri¨® la matanza, en una muestra del disgusto civil suscitado por la degradaci¨®n en Chiapas, marcharon desde la c¨¦ntrica plaza del ?ngel hasta el Z¨®calo y, cuando anochec¨ªa el martes, escucharon arengas y la lectura de un descalificador comunicado zapatista. "Mientras en M¨¦xico y en el mundo se exige justicia para los ind¨ªgenas mexicanos, el Gobierno contin¨²a su estrategia de mentiras, traiciones y asesinatos".
El Ejecutivo de Zedillo, sometido tambi¨¦n a la presi¨®n de los m¨¢s intransigentes del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), contrarios a cualquier concesi¨®n al subcomadante Marcos, recibi¨® con desaliento las noticias procedentes de Ocosingo. El nuevo titular de Interior, Francisco Labastida, admiti¨® lo "il¨®gico" de responder con fuego real al bloqueo de una carretera y a las piedras. Seg¨²n Labastida, la r¨¢pida detenci¨®n de los polic¨ªas por el Ej¨¦rcito "deber¨ªa mandar una se?al muy firme y clara de que la decisi¨®n y la voluntad del presidente es contribuir a la paz y aplicar la ley sin distingo alguno".
Durante las protestas del sureste, en la carretera de Ocosingo a la ciudad de San Crist¨®bal de las Casas, medio millar de ind¨ªgenas de la Coalici¨®n de Organizaciones Aut¨®nomas marcharon gritando contra la presencia del Ej¨¦rcito en Chiapas. Toparon con un destacamento policial, que fue increpado: "?Asesinos! !V¨¢yanse, para nosotros ustedes son asesinos!". El incidente no pas¨® a mayores.
Los manifestantes, de simpat¨ªas zapatistas, prosiguieron y, en un cruce de caminos, encontraron otra dotaci¨®n policial. Se reanudaron gritos y apedreamiento. Primero, gases lacrim¨®genos, y despu¨¦s, el tableteo de metralletas. Los polic¨ªas, en tanto los manifestantes buscaban refugio tras los muros de una gasolinera o en las cunetas, recibieron la orden de retirarse. Atropelladamente lo hicieron en un cami¨®n, que en su precipitada salida casi deja en tierra a dos agentes. Colgados varios metros de la carrocer¨ªa, pudieron trepar hastas los asientos. Varias piedras dieron en la trasera del veh¨ªculo, y desde el interior del cami¨®n dispararon entonces al cuerpo. Guadalupe M¨¦ndez, de 25 a?os, fue alcanzada mortalmente en el abdomen, y su hija, en brazos, recibi¨® un tiro en un brazo.
La represi¨®n fue condenada por las fuerzas pol¨ªticas mexicanas, y el conservador Partido Acci¨®n Nacional (PAN) coincidi¨® con un extendido diagn¨®stico: Chiapas seguir¨¢ cobr¨¢ndose v¨ªctimas "si no se da un cambio radical en las actitudes, y no s¨®lo en los nombres y cargos", en referencia a los nuevos nombramientos del Gobierno para abordar una nueva estrategia pacificadora.
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