El pistolero de Kabutocho
Un ultraderechista armado retiene a un funcionario del Ministerio de Finanzas cinco horas y media en la Bolsa de Tokio
, Un acontecimiento inusual en los mercados burs¨¢tiles mundiales ocurri¨® ayer en la Bolsa de Tokio. Un ultraderechista de 41 a?os, Tetsuo Itagaki, entr¨® con un arma de fuego oculta en su chaqueta hasta las oficinas del presidente del mercado tokiota y tom¨® como reh¨¦n a un funcionario del Ministerio de Finanzas.
El incidente se produjo alrededor de las 13.00 (5.00, hora peninsular espa?ola), cuando la actividad retornaba al parquet tras el receso de media ma?ana, en el que los operadores diariamente salen a almorzar en los restaurantes del barrio de Kabutocho. Itagaki burl¨® el control de rutina del primer piso, tom¨® el ascensor hasta el decimocuarto, y entreg¨® su tarjeta personal a la secretaria del interventor del Ministerio de Finanzas. Pese a no contar con cita previa y debido a la ausencia del interventor, Itagaki fue recibido por un funcionario de menor rango, destinado temporalmente a la Bolsa. Masahiro Abe, de 50 a?os, se convertir¨ªa a partir de entonces en reh¨¦n de Itagaki.
El ultraderechista sac¨® el arma, efectu¨® un disparo intimidatorio al techo del despacho de Abe y se encerr¨® con ¨¦l aprovechando el desconcierto general. Desde su refugio, una dependencia cercana a la del gobernador del mercado, Mitsuhide Yamaguchi, hizo p¨²blicas sus exigencias: suspensi¨®n de la actividad en el mercado y una entrevista personal con el ministro de Finanzas, Hiroshi Mitsuzuka, para persuadirle sobre las inconveniencias de la liberalizaci¨®n econ¨®mica de Jap¨®n.
Los detalles del suceso se extendieron con rapidez por el mercado, en donde los agentes burs¨¢tiles continuaban con sus operaciones sin prestar excesiva atenci¨®n al terrorista. Unos cuatrocientos agentes de la polic¨ªa rodearon el edificio, mientras uno de los ujieres del Parlamento japon¨¦s trasladaba con total discreci¨®n una nota informativa en la que daba cuenta de los hechos al ministro Mitsuzuka, que asist¨ªa a una sesi¨®n plenaria que se realizaba en la Dieta (Parlamento nip¨®n).
Despu¨¦s de tres o cuatro horas de especulaciones, se descart¨® que el delincuente fuera un inversor indignado por hipot¨¦ticas p¨¦rdidas o por la indefinici¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica japonesa, en medio de una aguda crisis financiera. Tetsuo Itagaki es un alborotador profesional, que en 1988 se integr¨® en el Ej¨¦rcito del Frente ?nico de Voluntarios, una organizaci¨®n de ultraderecha radicada en la ciudad de Yokohama.
En 1985, Itagaki ya hab¨ªa sido detenido en un c¨¦ntrico distrito de Yokohama, por lanzar una bomba incendiaria contra las oficinas de la agencia japonesa de Defensa.
A media tarde, nada m¨¢s concluir la sesi¨®n parlamentaria,el primer ministro, Ryutaro Hashirnoto, manifest¨® su rechazo ante el acontecimiento y manifest¨® su preocupaci¨®n ante la incertidumbre del desenlace. El ministro de Finanzas declar¨® que "no se puede tolerar que se recurra a la violencia en el marco de un Estado en el que impera la ley". El ministro no neg¨® la posibilidad de acudir a la entrevista con el secuestrador, quien recib¨ªa, a las 17.00, una llamada de directivos policiales en la que le ped¨ªan que depusiera su actitud. Por un momento, en medio de la incertidumbre, se record¨® el c¨¦lebre suceso ocurrido el 25 de abril de 1970 en el que el c¨¦lebre escritor Yukio Mishima, acompa?ado de varios disc¨ªpulos de la Sociedad del Escudo, su ej¨¦rcito personal, se hizo fuerte en los despachos del estado mayor del Ej¨¦rcito en el barrio tokiota de Roppongi, tom¨® como reh¨¦n a un general y areng¨® al pueblo japon¨¦s para que reconociera en la Constituci¨®n el car¨¢cter divino del emperador, al que consideraba esencia abstracta del Estado. Ese brote de militarismo o golpe de Estado frustrado, como se quiera llamar, acabar¨ªa horas m¨¢s tarde, cuando Mishima, fracasado su plan, se hizo el haraquiri.
A las 18.30, cinco horas y media despu¨¦s de que Itagaki efectuara un disparo al techo del despacho del funcionario ministerial, el alborotador se entregaba a los polic¨ªas. Sin heridos, sin sobresaltos, los agentes se retiraron y la calma volvi¨® a Kabutocho, en una jornada en que la Bolsa subi¨® casi cien puntos, un 0,6%.
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