?Bienvenido al reino de la ecasez!
Muchos cubanos creen que la visita papal acabar¨¢ con el racionamiento de los alimentos y de las libertades

La estampa del Sagrado Coraz¨®n de Jes¨²s que cubre de sepia y contrarrevoluci¨®n toda la fachada de la Biblioteca Nacional limita con la sede del Ministerio del Interior, el cuartel general de las Fuerzas Armadas, la silueta de Ernesto Che Guevara y el asombro de la militancia comunista. "?Pero qu¨¦ grande es esto, caballero! iM¨ªrenlo ah¨ª, a Dios, en la Plaza de la Revoluci¨®n; y luego dicen que la Revoluci¨®n no cambia!" Cambia para perdurar como tal, pugna por sobrevivir con una limitada apertura a la inversi¨®n extranjera, y recibe hoy al Papa entre expectante y curiosa.Pero la hist¨®rica visita no ser¨¢ mensurable a corto plazo. Su principal trascendencia est¨¢ en el futuro. El sucesor de Pedro pasar¨¢ al olvido en el imaginario de la mayor¨ªa de los cubanos de no llegar con varias canastas de panes y frijoles bajo el brazo, apuesta Alcides, miembro del Partido Comunista Cubano (PCC), confeso devoto de santa Rita en estas fechas de advenimiento. "iAh!, y tambi¨¦n tengo mi brujero".
Juan Pablo II llega a un pa¨ªs de 11 millones de habitantes mortificados por una prolongada escasez, con una parte de sus gentes sufriendo con desesperanza las penurias f¨ªsicas y an¨ªmicas propias del desabastecimiento, y dividido entre los tenedores de los d¨®lares y los que ans¨ªan esa condici¨®n. El abatimiento de muchos dispar¨® las expectativas. Creen que Wojtyla habr¨¢ de poner coto al racionamiento, clamar¨¢ en la Plaza de la Revoluci¨®n por las libertades, doblegar¨¢ las resistencia de Fidel Castro a concederlas y lograr¨¢ que en pocos a?os Cuba prospere en democracia.
El Papa viene a sembrar en tierra f¨¦rtil, anuncian los cat¨®licos. "Algo trae el polaco", se oye en la calle. Llega Juan Pablo II a una naci¨®n sin apertura pol¨ªtica a la vista, aparentemente prietas las filas de la militancia comunista y en la puerta de salida del abismo vivido pocos a?os atr¨¢s con un discreto crecimiento de 2,5% en el Producto Interior Bruto.
Cuba presenta, sin embargo, unas finanzas vapuleadas por los imposibles y las atrofias del modelo econ¨®mico, el endeudamiento externo, las trabas comerciales del embargo estadounidense y las dificultades crediticias. Cuba s¨®lo tiene acceso a pr¨¦stamos a corto plazo, generalmente un a?o, con intereses altos, entre el 13% y el 15%. Debe al Club de Par¨ªs del orden de los 11.000 millones de d¨®lares (1.6 billones de pesetas). A Rusia, unos 28.000 millones de d¨®lares. "Creo que nunca se pagar¨¢n pero ah¨ª est¨¢n, en los libros", dice una fuente oficial.
El diputado Osvaldo Mart¨ªnez, presidente de la Comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos de la Asamblea Nacional, atribuye el deterioro de la situaci¨®n a una serie de adversidades dif¨ªcilmente repetibles. "Supon¨ªamos que la ley Helms-Burton continuar¨ªa encareciendo y demorando los cr¨¦ditos, pero no pod¨ªamos suponer que la producci¨®n de az¨²car alcanzara pobres resultados, que nos azotara el hurac¨¢n Lilly dejando en siete provincias serios 'da?os en la ca?a, pl¨¢tano y otros cultivos, y que la reducci¨®n mundial de precios del az¨²car y n¨ªquel empeorar¨¢ sensiblemente nuestra relaci¨®n de intercambio".
A repartir las culpas entre Estados Unidos, Lilly, los precios o los fracasos revolucionarios, los apuros de la sociedad cubana son de envergadura, y adquirieron una nueva dimensi¨®n desde la legalizaci¨®n del manejo de los d¨®lares, decidida hace cuatro a?os.
Las remesas familiares procedentes de Miami, Espa?a u otros pa¨ªses -unos 600 millones de d¨®lares (unos 90.000 millones de pesetas)- los ascendentes ingresos por turismo -en torno a los 400 millones- y el chorro salido de las corporaciones, empresas extranjeras y hoteles benefici¨® en 1997, intermitentemente, a un 49% de la poblaci¨®n, seg¨²n datos oficiales.
"Hace 10 a?os, la sociedad cubana era relativamente igualitaria no hab¨ªa el fen¨®meno de la estratificaci¨®n que hay ahora. La sociedad se ha dividido en dos grandes grupos. Un 20% logra sobrevivir con m¨¢s ¨¦xito porque est¨¢n vinculados a la econom¨ªa dolarizada", sostiene en su domicilio de Miramar Elizardo S¨¢nchez Santa Cruz, responsable de la Comisi¨®n Cubana de Derechos Humanos y Reconciliaci¨®n Nacional. "Pero hay un 80%, seg¨²n mi estimaci¨®n, cada d¨ªa m¨¢s pobre. Se da el fen¨®meno tan criticado en Am¨¦rica Latina y otros lugares como efecto de las f¨®rmulas neoliberales. Crece la brecha entre los que son cada d¨ªas m¨¢s pobres y los que son cada d¨ªa relativamente m¨¢s ricos. M¨¢s que milagros necesitamos cambios y una generosa ayuda internacional".
Paralelamente a la entusiasta degustaci¨®n de un escabeche de pargo en un paladar capitalino (comedores privados autorizados), un periodista cubano recordaba el reciente pasmo experimentado en un restaurante frecuentado por turistas y empresarios extranjeros. Se acerc¨® a su mesa la trova animadora del local, un tr¨ªo de guitarras y maracas, y el reportero alz¨® la vista. "Uno de ellos era el jefe del departamento de Marxismo de la Universidad de La Habana. Las propinas en d¨®lares eran mayores, al cambio, que su sueldo en pesos de profesor".
Esa circunstancia causa la fuga de profesionales hacia los ¨¢mbitos o sectores donde imperan los salarios y propinas en divisas, promueve el fen¨®meno de las jineteras y de los turistas qu¨¦ las requieren en un bullicioso ayuntamiento del hambre con las ganas de comer, crea contradicciones y la obsesi¨®n por el d¨®lar, moneda que marca tambi¨¦n la referencia en la fijaci¨®n de los precios de productos vendidos en pesos cubanos.
Anita tiene 24 a?os, es maestra y revolucionaria. "Y voy a seguir si¨¦ndolo pese a todo, pero gano menos de 10 d¨®lares al cambio. No llego a las cosas, me desanima, y la educaci¨®n de nuestro pa¨ªs se resiente. Fidel tiene que solucionar esto".
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