Los hechos y su explicaci¨®n
El contencioso abierto hace un a?o en torno a la subvenci¨®n al olivar -si a la producci¨®n, como pretenden el Gobierno y los olivareros espa?oles, o al ¨¢rbol, como quieren la Comisi¨®n Europea y espec¨ªficamente el comisario de Agricultura, Franz Fischler- ha calado hondo en la opini¨®n p¨²blica espa?ola. Los intereses en juego son muchos e importantes, y es l¨®gico que la pugna por hacer prevalecer los diversos puntos de vista se libre no s¨®lo en los despachos de Bruselas, sino en los medios de comunicaci¨®n. Se dibuja as¨ª un escenario en el que la tarea del periodista no resulta f¨¢cil, sometida al vaiv¨¦n de opiniones diversas y encontradas, a informes y contrainformes a favor de una u otra postura, y al permanente riesgo de tomar como noticia lo que no pasa de ser propaganda.En este escenario se enmarca la informaci¨®n publicada en EL PA?S del pasado 20 de diciembre (secci¨®n de Econom¨ªa) con el t¨ªtulo El comisario Fischler se escuda en un informe internacional para mantener la ayuda al olivo en vez de a la producci¨®n, de la que es autor Vidal Mat¨¦, colaborador especializado en temas agr¨ªcolas de este peri¨®dico. El dato fundamental de la noticia aparec¨ªa perfectamente reflejado en el t¨ªtulo: la utilizaci¨®n por parte del comisario Fischler de un informe del Consejo Ole¨ªcola Internacional (COI) -un organismo integrado por los pa¨ªses productores de aceite de oliva y financiado en un 80% por la Comisi¨®n Europea, que nombra a sus principales responsables, entre ellos a su director ejecutivo- en apoyo de su postura a favor de la ayuda al ¨¢rbol en lugar de a la producci¨®n como reivindica Espa?a. Pero el periodista no informaba s¨®lo de un hecho del que fueron testigos los eurodiputados presentes en la sesi¨®n del Parlamento Europeo del pasado 17 de diciembre; se esforz¨® tambi¨¦n por explicar el hecho, exponiendo al lector sus posibles causas. Bas¨¢ndose en "fuentes espa?olas", en "fuentes del Patrimonio Comunal Olivarero", as¨ª, como en "medios cercanos a la Administraci¨®n", se?alaba que "el informe de este organismo es un documento parcial que no recoge la realidad del sector y que, adem¨¢s, ha estado 'teledirigido' desde la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea para apoyar sus planteamientos ante la reforma de la Organizaci¨®n Com¨²n de Mercado (OCM) del sector". Adem¨¢s, la informaci¨®n subrayaba la contradicci¨®n existente entre el dato b¨¢sico del referido informe -el supuesto exceso de oferta de aceite en el a?o 2005- y la principal conclu-si¨®n de otro informe del Patrimonio Comunal Olivarero, seg¨²n la cual en esa fecha no s¨®lo no sobrar¨¢ aceite, sino que la oferta se mantendr¨¢ ajustada.
Fausto Luchetti, director ejecutivo del COI, cuestiona en una extensa carta el contenido de la informaci¨®n. No hay, sin embargo, en su misiva nada que pueda tomarse como un desmentido del dato fundamental de la noticia: la utilizaci¨®n del informe del COI por Fischler en apoyo de la subvenci¨®n al ¨¢rbol. Disiente radicalmente, en cambio, de la explicaci¨®n que se. ofrece sobre el proceso de elaboraci¨®n del informe del COI. Luchetti defiende la "total independencia" del organismo que dirige en la elaboraci¨®n de dicho informe, y niega cualquier tipo de relaci¨®n de causalidad entre su g¨¦nesis y su utilizaci¨®n por Fischler. "No existe", dice, "la m¨¢s m¨ªnima relaci¨®n entre las conclusiones -a las que se llega en el estudio del COI y' el sistema de concesi¨®n de ayudas a la producci¨®n que podr¨ªa proponer la Comisi¨®n de la Comunidad Europea de Bruselas. S¨ª existe, sin embargo, y esto viene. precisado en el estudio, una relaci¨®n -entre las conclusiones del mismo y la conveniencia de contener en el futuro la expansi¨®n de las superficies ole¨ªcolas cuando ya no haya posibilidad de ampliar la demanda". Rechaza igualmente cualquier contradicci¨®n sustancial entre el informe del COI y el del Patrimonio Comunal Olivarero. "La ¨²nica diferencia", se?ala, "estriba en que en el estudio del Patrimonio no se tiene en cuenta las nuevas plantaciones y, por tanto, los efectos de ¨¦stas en la producci¨®n del a?o 2005 y siguientes, mientras que en el estudio del COI s¨ª se consideran, precis¨¢ndose adem¨¢s que, de no existir estas nuevas plantaciones, el mercado mundial del aceite de oliva en el 2005 podr¨ªa considerarse en situaci¨®n de equilibrio, al igual que concluye el estudio del Patrimonio".
Para el Defensor del Lector esdificil, por no decir imposible, verificar la realidad de los hechos y datos que se rese?an tanto en la informaci¨®n cuestionada como en la carta del director ejecutivo del COI. Pero no es ¨¦sa su tarea. El director ejecutivo del COI tiene derecho, como es obvio, a matizar o rectificar datos supuestamente inciertos sobre el organismo que dirige. Tambi¨¦n a que se presuma la veracidad de lo que dice. En esto tiene ventaja sobre el periodista, para el que la sola presunci¨®n de veracidad no basta para avalar la solvencia de su informaci¨®n; su oficio le exige sustentar lo que dice en fuentes fiables y verificables. Unas insuficientemente identificadas "fuentes espa?olas", "fuentes del Patrimonio Comunal Olivarero" o "medios cercanos a la Administraci¨®n" no bastan para fundamentar imputaciones tales como que el informe del COI ha "estado teledirigido" o "ha sido hecho al dictado de la Comisi¨®n Europea". El periodista ten¨ªa dos caminos: o conseguir que alg¨²n portavoz autorizado de la Administraci¨®n o del sector olivarero diera la cara y avalara personalmente ese tipo de afinnaciones; o, de no conseguirlo -algo quesucede con frecuencia en las relaciones de los responsables p¨²blicos de todo tipo con la prensa-, contrastar esas fuentes con las propias del COI. Es un procedimiento, por lo dem¨¢s, exigible en casos conflictivos, en los que hay dos partes en litigio, seg¨²n ordena el Libro de estilo.
Quedaba al periodista una tercera opci¨®n, mucho m¨¢s trabajosa y probablemente imposible de llevar a buen t¨¦rmino: verificar por s¨ª mismo, mediante una investigaci¨®n propia, la realidad de lo apuntado por esas indeterminadas "fuentes espa?olas". En esta l¨ªnea, el periodista ha aportado un dato que, de haber figurado en la informaci¨®n, habr¨ªa servido para acreditar con mayor solidez el importante extremo de que la g¨¦nesis del informe del COI est¨¢ en la Comisi¨®n Europea. "Hay que puntualizar que la Comisi¨®n de la Uni¨®n Europea pidi¨® el informe en la reuni¨®n del COI de junio pasado en Lisboa. Espa?a expres¨® su malestar por esa petici¨®n, de la que no hab¨ªa sido informada", se?ala Vidal Mat¨¦ al Defensor del Lector. Explicar los hechos, buscar las causas de lo qu¨¦ sucede es una tarea a la que no renuncia ning¨²n periodista que se precie. Pero esa tarea exige, adem¨¢s del imprescindible olfato period¨ªstico, una esforzada labor de verificaci¨®n de una realidad normalmente oculta, no s¨®lo porque no est¨¢ a la vista, sino porque siempre habr¨¢ alguien que tenga inter¨¦s en queno se conozca o que s¨®lo sea desvelada a medias o a conveniencia.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero (91) 3 37 78 36
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.