M¨ªlan inaugura el Nuovo Piccolo y le da el nombre de teatro Giorgio StrehIer
El direct¨®r de escena fallecido hace un mes deja una herencia de muy dificil gesti¨®n
El gran sue?o de Giorgio Strehler, la inauguraci¨®n de una nueva sede para su Piccolo Teatro, se cumpli¨® ayer en Mil¨¢n a un mes y un d¨ªa de la desaparici¨®n del maestro. La desencantada mirada sobre la vida de la ¨®pera de Mozart, Cos¨¬ fan tutte, culmin¨® m¨¢s de cuarenta a?os de lucha por un teatro p¨²blico que ha acabado imponi¨¦ndose a los esc¨¢ndalos y a las tensiones pol¨ªticas. Queda una herencia, muy dif¨ªcil de gestionar, que una y otra vez se ha empecinado en poner al descubierto las verg¨¹enzas italianas. De momento se ha firmado un cabizbajo armisticio para honrar la memoria del artista muerto el d¨ªa de Navidad. A falta del acuerdo formal, la sala abierta ayer lleva su nombre.
Fue en 1954 cuando por primera vez el Ayuntamiento de Mil¨¢n discuti¨® la posibilidad de construir una nueva sede para el Piccolo Teatro. La sala de la calle de Rovello, que Strehler y Paolo Grassi abrieron en 1947 -un espacio en ruinas, donde los fascistas hab¨ªan torturado y matado-, se hab¨ªa quedado peque?a. Pero ya se sabe que los tempi pol¨ªticos transcurren con cadencias muy distantes a las de la creaci¨®n: s¨®lo en 1977, en plenos a?os de plomo, fresca a¨²n la memoria de la bomba de plaza Fontana, el consistorio milan¨¦s acord¨® conceder unos terrenos en la calle de Rivoli, muy cerca de la primera sala, y al a?o siguiente el arquitecto Marco Zanuso recib¨ªa el encargo de proyectar el edificio. No fue, sin embargo, hasta 1983 cuando empez¨® la obra: una obra que habr¨ªa de sufrir numerosas interrupciones.A los tres a?os de la colocaci¨®n de la primera piedra se produjo un primer par¨®n que dur¨® dos a?os por falta de recursos econ¨®micos. M¨¢s tarde, en 1992, la empresa constructora se vio incluida en el sumario de Mani Pulite y se abri¨® entre ella y el arquitecto un contencioso que paraliz¨® los trabajos, esta vez por tres a?os. Despu¨¦s vendr¨ªa el c¨¦lebre cabreo del Maestro y su exilio en Lugano (Suiza), tras haber sido acusado de malversaci¨®n de fondos europeos. Hace ahora un a?o, el Ayuntamiento de la Liga quiso apuntarse el tanto de la inauguraci¨®n con una representaci¨®n improvisada de Pedro y el lobo. Pero la gente del Piccolo considera que s¨®lo la de ayer merece los honores de la aut¨¦ntica prima.
Cos¨¬ era el ¨²nico t¨ªtulo de la trilog¨ªa Mozart-Da Ponte que le faltaba por hacer a Strehler. Tras sus memorables Don Giovanni y Le nozze di Figaro, en la Scala, quedaba pendiente la que sin duda puede considerarse como la m¨¢s goldoniana de las tres, esa comedia agridulce que viene a decimos que la vida no es como la hab¨ªamos pensado, pero que vale la pena apurarla sinti¨¦ndonos felizmente humanos. Y como canto a la vida que es, el maestro quiso que fuera interpretada por gente muy joven. Para ello lanz¨® v¨ªa Internet una convocatoria a la que acudieron 240 cantantes de todo el mundo, entre ellos dos espa?oles que finalmente fueron seleccionados para el segundo reparto (la obra estar¨¢ en cartel hasta el 10 de marzo, 42 representaciones en total): Ana Rodrigo encarnar¨¢ a Fiordiligi y Alfonso Echeverr¨ªa ser¨¢ Don Alfonso. Todos los artistas deb¨ªan estar en Mil¨¢n para los ensayos dos meses antes del estreno. Lamentablemente, Strehler s¨®lo pudo trabajar con ellos durante 13 d¨ªas. Igualmente joven es la Orquesta Sinf¨®nica de Mil¨¢n, dirigida por Ion Martin (37 a?os).
Pero el peso del estreno de ayer reca¨ªa en los viejos colaboradores de Strehler, el director de escena Carlo Battistoni, el escen¨®grafo Ezio Frigerio y la figurinista Franca Squarciapino, recientemente premiada con un Goya por La camarera del Titanic. De los tres, era Frigerio quien estos d¨ªas pasados se mostraba m¨¢s renuente a aceptar que el espect¨¢culo fuera el testamento del maestro. Prefer¨ªa hablar de apuntes suyos realizados por sus disc¨ªpulos m¨¢s pr¨®ximos.
Mensaje p¨®stumo
Pero lo quiera o no Frigerio, Mil¨¢n siente este Cos¨¬ como un mensaje p¨®stumo strehleriano y se ha aprestado a rendir diversos homenajes al hombre de teatro desaparecido. El domingo, en una fr¨ªa y plomiza ma?ana, los colaboradores y alumnos del Teatro Studio plantaron un chejoviano abedul -el ¨¢rbol preferido de Strehler- frente al Nuovo Piccolo. Una piedra de granito blanco con letras doradas que reproduc¨ªan el nombre de Strehler qued¨® instalada al pie del ¨¢rbol.Radio y televisi¨®n se han sumado tambi¨¦n a los homenajes. Radiotre le dedic¨® toda su programaci¨®n de ayer, incluida la retransmisi¨®n en directo de la ¨®pera. La televisi¨®n se encarg¨® de difundir el estreno por una pantalla instalada en el Piccolo de la calle Fossati, con acceso gratuito. La Scala no quiso ser menos: el domingo, de la ma?ana a la noche, de forma ininterrumpida, ofrec¨ªa pel¨ªculas con los varios montajes del director.
Quiz¨¢ todo ello no sea m¨¢s que una manera de lavar verg¨¹enzas pasadas. Para hoy est¨¢ prevista una reuni¨®n del consejo de administraci¨®n del Piccolo bajo la presidencia de Carlo Camerana y con Jack Lang como director. Concluidos los homenajes habr¨¢ llegado la hora de afrontar en toda su crudeza el pos-strehlerismo. No ser¨¢ f¨¢cil dar con alguien que acepte llenar el enorme vac¨ªo art¨ªstico y pol¨ªtico dejado por el maestro.
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