Di¨¢logo de sordos

EL DI?LOGO de sordos que mantienen Argelia y la Uni¨®n Europea no lleva a ninguna parte. Desde luego, no al final de un terrorismo isl¨¢mico que se cobra vidas de inocentes por millares en torno a 1.500, seg¨²n las estimaciones de la prensa argelina, en el sagrado mes del Ramad¨¢n, que concluye hoy. Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE escucharon ayer en Bruselas el informe del frustrante viaje rel¨¢mpago de la troika a Argel, y en su declaraci¨®n pidieron mayor "apertura y transparencia" al r¨¦gimen argelino.No obstante, es de prever que la demanda m¨ªnima de la UE a Argel para que acepte la presencia de un relator de la ONU sobre derechos humanos y la oferta de ayuda humanitaria choquen contra la decisi¨®n argelina de proyectar una sensaci¨®n de normalidad y control de la situaci¨®n. Los Quince, sin embargo, parecen haber cerrado filas al rechazar en bloque las alegaciones de que el poder argelino est¨¢ parcialmente detr¨¢s del terrorismo. A falta de informaci¨®n fidedigna sobre el terreno, la confusi¨®n es cuando menos inevitable en un pa¨ªs con m¨¢s de 150.000 efectivos del Ej¨¦rcito, 60.000 reservistas, un n¨²mero similar de agentes de las fuerzas de seguridad, 100.000 guardas comunales (milicias rurales dependientes de la Gendarmer¨ªa) y otros tantos patriotas o Grupos de Leg¨ªtima Defensa, somatenes civiles con armas de caza o fusiles de asalto entregados por el Estado. A todo ello se suma el anuncio del primer ministro de que "se armar¨¢ a cuantos civiles sea necesario en los grupos de autodefensa".

En tales circunstancias, y pese a la desesperaci¨®n de la UE, el objetivo europeo parece ser el de mantener abierta la puerta de un dif¨ªcil di¨¢logo que continuar¨¢ en Londres en las pr¨®ximas semanas. Hay una cierta desesperaci¨®n por parte de unos europeos que tampoco responden abiertamente a la queja argelina por acoger supuestamente a redes de apoyo a los terroristas en sus propios territorios, algo que concordar¨ªa con un cinismo muy europeo. Pero la UE no puede dejar de insistir para serenar Argelia, no s¨®lo por el temor a una emigraci¨®n masiva, como ha manifestado el ministro alem¨¢n.