Prioridades
Todo en la vida es una cuesti¨®n de prioridades: qu¨¦ es lo que consideramos prescindible, qu¨¦ lo que nos parece innegociable, en d¨®nde concentramos nuestros esfuerzos. Por ejemplo, ?era de verdad tan fundamental la tediosa visita del Papa a Cuba como para ocupar esa barbaridad de espacio en los peri¨®dicos? Claro que a¨²n es mucho peor lo de los amor¨ªos de Bill Clinton. En realidad, ?a qui¨¦n le importa que Clinton tenga la cremallera f¨¢cil y el coraz¨®n de mariposa, y que su pertinaz coqueter¨ªa le haga ir poniendo ojitos (y tambi¨¦n manitas, si se dejan) sobre todas las mujeres que se le acercan? Y que no me cuenten que lo trascendental es que ha enga?ado: si los anglosajones no fueran tan hist¨¦ricos e hip¨®critas con el sexo no habr¨ªa necesidad de mentiras tan bobas. Todo esto, en fin, es pura filfa; y, sin embargo, puede que, por semejante nader¨ªa, Clinton termine perdiendo la presidencia. Y, mientras tanto, hay otras noticias tr¨¢gicamente sustanciales que no tienen ni esa difusi¨®n ni sus repercusiones. Como ese asesinato de una familia en Argelia. Cogieron a los seis ni?os y los fueron torturando hasta la muerte delante de sus padres. Primero el mayor: le amputaron las piernas, luego los brazos, luego le degollaron. Y as¨ª todos, uno a uno, hasta los m¨¢s peque?os, que ten¨ªan tan s¨®lo tres y cuatro a?os. Ya ven, esto s¨ª que me parece fundamental y prioritario. Este infierno tendr¨ªa que ser el epicentro de nuestros peri¨®dicos y nuestras inquietudes: y deber¨ªa obligamos a hacer algo. ?De manera que el presidente de los Estados Unidos puede caer por sobarse con unas cuantas chicas, pero la atroz mutilaci¨®n de ni?os en Argelia va a carecer de consecuencias? Estamos locos. (Por cierto: aunque es poca cosa, Amnist¨ªa pide que el 7 de febrero, a las doce de la ma?ana, depositemos una flor ante la Embajada de Argelia).
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