Conchita quiere hacer historia en Melbourne
La aragonesa super¨® a Davenport y disputar¨¢ la final del Open de Australia ante Martina Hingis
Una nueva barrera del tenis espa?ol puede ser derribada la pr¨®xima madrugada en Melbourne. La aragonesa Conchita Mart¨ªnez, de 25 a?os, se situ¨® ayer en disposici¨®n de marcar otra vez su propia historia y, de rebote, la de este deporte en Espa?a. Conchita venci¨® a la norteamericana Lindsay Davenport, segunda mundial, por 4-6, 6-3, 6-3 en 2 horas y 26 minutos, y se enfrentar¨¢ a la suiza Martina Hingis en la final del Open de Australia (3.30, La 2). Tiene, pues, la ocasi¨®n de ser la primera espa?ola que inscribe su nombre en el palmar¨¦s de este torneo, maldito hasta ahora para los jugadores espa?oles de ambos sexos.
Ninguno de los que la precedieron en la disputa de este t¨ªtulo (Joan Gisbert y Andr¨¦s Gimeno en 1968 y 1969, Arantxa en 1994 y 1995, y Carles Moy¨¤ el a?o pasado) lograron su objetivo. Y ella misma tiene ante s¨ª un reto complicado. Su ¨²ltimo obst¨¢culo ser¨¢ la n¨²mero uno del mundo, una jugadora que ha disputado las ¨²ltimas cuatro finales del Grand Slam y que ha ganado tres de ellas. Hingis, que es la m¨¢s joven campeona del siglo de un torneo de los cuatro grandes y la m¨¢s precoz n¨²mero uno mundial, ha superado a Conchita las dos ¨²ltimas veces en que se enfrentaron, el a?o pasado, en superficies duras. Pero perdi¨® contra ella las dos primeras, en 1995 y 1996, ambas en tierra batida.
Conchita marc¨® un hito en 1994 cuando consigui¨® ser la primera espa?ola campeona en Wimbledon. Fue el mejor premio a una carrera profesional marcada por la irregularidad. Le permiti¨®, adem¨¢s, triunfar en el torneo m¨¢s a?orado por su gran rival contempor¨¢nea, Arantxa S¨¢nchez Vicario. ?sta acapara la mayor¨ªa de los r¨¦cords del tenis femenino espa?ol. Pero Conchita se coron¨® en la catedral y ahora puede hacerlo en el Open de Australia, dos torneos que faltan en el palmar¨¦s de Arantxa.
"Voy a intentar por todos los medios jugar muy buen tenis y ganar el t¨ªtulo", dijo Conchita. "El partido va a ser muy similar al de hoy [por ayer] contra Davenport. Tendr¨¦ que aguantar el tipo, luchar por cada bola y mezclar bolas altas con reveses cortados. Pero sobre todo luchar mucho". Hingis es la mejor jugadora del momento, a pesar de tener s¨®lo 17 a?os. Sin embargo, en su ¨²ltimo encuentro en Melbourne mostr¨® algunas debilidades. Ayer cedi¨® una manga a la alemana Anke Huber, en sernifinales, y gan¨® por 6-1, 2-6, 6-1.
Ese aspecto abre una posibilidad a la tenista espa?ola. Sin embargo, lo que realmente cambia el decorado de la final es la nueva mentalidad de la aragonesa. Nadie hubiera apostado ni un duro por la Conchita del a?o pasado. Pero en este Open de Australia la espa?ola ha mostrado una nueva actitud, un esp¨ªritu positivo y ganas de ganar y de demostrar a todo el mundo que su ciclo a¨²n no ha concluido. Y b¨¢sicamente son esos resortes recuperados del Wimbledon de 1994 -su ¨²nica final del Grand Slam hasta ahora- los que abren la puerta de la esperanza con vistas a la final.
Son s¨ªntomas que se hicieron patentes ya en su partido de cuartos de final contra la fr¨¢ncesa Sandrine Testud y que ayer quedaron ratificados. Davenport hubiera ganado el partido hace un a?o, sin ninguna duda. Sin embargo, la Conchita actual es menos vulnerable. Es una tenista muy fuerte f¨ªsicamente -a pesar de sus problemas en los abductores- y con una mentalidad m¨¢s endurecida. Aunque su tenis tambi¨¦n ha crecido, lo fundamental en esta nueva etapa es su cambio psicol¨®gico: ahora mira las cosas desde un prisma m¨¢s positivo.
"Ella tambi¨¦n tiene su orgullo coment¨® ayer a este diario Gabriel Urp¨ª, su entrenador. "Acab¨® el a?o fuera de las top-ten y realiz¨® una excelente preparaci¨®n de invierno. Pienso que salir de las 10 primeras la motiv¨®. Sabe que si quiere volver al lugar que le corresponde debe jugar a un buen nivel. La veo muy ilusionada".
La temporada pasada fue la peor en la carrera profesional de Conchita. Disput¨® s¨®lo dos finales, en Roma y en Standford, no gan¨® ning¨²n t¨ªtulo y no pas¨® de la cuarta ronda en ninguno de los cuatro torneos del Grand Slam. Su paso por el purgatorio parece que ha concluido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.