Penas de muerte
Tres mil personas forman un gent¨ªo. Si est¨¢n juntos. Ahora est¨¢n en distintas c¨¢rceles de Estados Unidos, en celdas de los "corredores de la muerte", esperando que les maten por los distintos sistemas que tienen los Estados que conservan la pena de muerte: "Et in pluribus unium". Lo recuerda TVE-1 por el caso de Karla Tucker, a la que van a matar hoy en Tejas si la junta de perd¨®n no lo evita. Paso por alto su crimen: no me importa nada. Me importa lo que todav¨ªa considero nuestro bando, nuestro lado: no ha de matar. Nuestro bando trabaja desde hace siglos por la abolici¨®n de la pena de muerte: lo consigui¨® en Europa -occidental, quiero decir- y en EE UU durante un tiempo; pero recay¨®. El puritanismo, el conservadurismo, es indivisible en su exceso. Dice TVE- 1 que ser¨ªa la primera mujer ejecutada desde la guerra civil; no lo veo claro. Ni siquiera despu¨¦s de la Guerra Mundial: mataron a Ethel Rosemberg, con su marido Julius, acusados injustamente de espionaje a favor de la URSS. Se moviliz¨® el mundo: pero los mataron. Ahora el mundo no se moviliza: tres mil movilizaciones, una para cada uno de los condenados, cansan demasiado. Puede que esta condici¨®n de mujer evite la ejecuci¨®n: bienvenida sea la discriminaci¨®n si evita este asesinato legal. (No olvido las ejecuciones sumarias, la ley de fugas, los cr¨ªmenes de Estado en los pa¨ªses que tienen suprimida la pena de muerte hasta en sus constituciones. Pienso en los pa¨ªses latinoamericanos, y en sus manos negras o sus bandas paramilitares. Son otras formas del mismo crimen). (Pienso, claro, en ETA. Por su constituci¨®n, por lo que parecen ser sus prop¨®sitos de gobierno, lo que estamos llamando sus asesinatos son algo peor, son ejecuciones. Sin juicio, sinque el ejecutado pueda defenderse, sin que se vea suculpabilidad por ning¨²n sitio. No son muertes aisladas o repentinas: siempre tienen una premeditaci¨®n, por la forma en que se eligen las v¨ªctimas: cuando fueron los militares, cuando los funcionarios de prisiones, cuando los concejales del PP. El pistolero que no da ocasi¨®n de defensa a su v¨ªctima es un verdugo, que ejecuta seg¨²n ¨®rdenes de su fantasmal gobierno. Que no me digan que es una revoluci¨®n: es una regresi¨®n).(Que no digan que es una revoluci¨®n la de las bandas argelinas y sus matanzas de civiles indefensos: es una regresi¨®n, tambi¨¦n).
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