"Los medios de comunicaci¨®n son hoy el segundo poder"
Mad City es el d¨¦cimocuarto largometraje de Constantin Costa-Gavras, un griego parisiense de 64 a?os especializado en la cr¨ªtica de los poderes, ya sean pol¨ªticos, econ¨®micos, judiciales o, como en este caso, period¨ªstico-televisivos. Mad City es adem¨¢s su tercer filme americano, aunque parte del equipo es franc¨¦s y toda la posproducci¨®n se ha realizado en Par¨ªs.
"En los ¨²ltimos 15 a?os la televisi¨®n ha progresado mucho t¨¦cnicamente. Ahora es mucho m¨¢s ligera, est¨¢ mucho mejor adaptada a la realidad y puede retransmitir cualquier cosa en directo. Cuando llegue el a?o, 2000, en Europa habr¨¢ 200 canales de televisi¨®n en funcionamiento. Eso significa que la oferta se multiplica, pero el p¨²blico no crece en la misma proporci¨®n. Y cuando sucede esto se prepara el caldo de cultivo perfecto para una guerra entre los medios, todos compitiendo por su cuota de mercado", explica el cineasta.
En Mad City, un periodista televisivo marginado -Dustin Hoffman- tiene la oportunidad de mostrar en directo un secuestro que transcurre en un museo y del que es autor un ex vigilante de la instituci¨®n -John Travolta- al que una reducci¨®n presupuestaria ha puesto en el paro. Este desperado mantiene consigo, gracias a un rudimentario fusil, a la directora del museo y a un grupo de ni?os visitantes. "Al principio la idea de Hoffman es que todos pueden salir beneficiados de su show: ¨¦l, porque recupera una audiencia nacional; Travolta, porque puede explicar su gesto y reconciliarse con la opini¨®n p¨²blica; la directora del museo, porque ganar¨¢ visitantes y patrocinadores; el sheriff local, por ¨²ltimo, porque el caso est¨¢ condenado a resolverse felizmente". ?sa es la teor¨ªa, la pr¨¢ctica ser¨¢ otra cosa. "Hoffman ha puesto en marcha una maquinaria poderosa, un monstruo que ¨¦l no puede controlar. En la guerra por ganar audiencia todo vale, y otros poderes, como el FBI, se sirven, de la volubilidad de la opini¨®n p¨²blica para sus intereses".
En el filme no vemos nunca a los propietarios de las cadenas de televisi¨®n, pero s¨ª son omnipresentes los periodistas y los ejecutivos. "El factor humano es el ¨²nico que puede detener la l¨®gica infernal de la informaci¨®n convertida en espect¨¢culo", matiza Costa-Gavras. "Los propietarios son todos iguales, s¨®lo se preocupan por la rentabilidad". Y, para acabar de rizar el rizo, esa cr¨ªtica en profundidad de los medios de comunicaci¨®n audiovisuales est¨¢ financiada por la Warner, filial del gigante Time-Warner. "Es el lado bueno de Am¨¦rica. Si Warner no tuviese una direcci¨®n independiente, si fuese la misma que TimeWarner, seguro que no habr¨ªan querido financiar Mad City".
Algunos casos reales, como el accidente del jumbo de la TWA, el del juicio de O. J. Simpson o el de la canguro brit¨¢nica han ayudado a perfilar el gui¨®n. "En EE UU el poder judicial est¨¢ por encima del pol¨ªtico, tal y como lo prueba todo lo que le sucede a Clinton. Pero los jueces dependen de los votos, de la opini¨®n p¨²blica, y ¨¦sta es manipulada por los medios, que, hoy por hoy, son el segundo poder en EE UU". Que Europa a¨²n sea diferente tranquiliza al autor de Missing, pero teme que la especificidad no dure mucho tiempo. "En Francia la gente tiene derecho a su vida privada. Todo el mundo sab¨ªa de los amores extramatrimoniales de Mitterrand, pero nadie, hasta que ¨¦l acept¨® hablar de ello, los revel¨®. Pero este respeto puede desaparecer. El individualismo y la l¨®gica de la rentabilidad como ¨²nico gu¨ªa s¨®lo pueden desembocar en la informaci¨®n espect¨¢culo a la americana".
El cine pol¨ªtico de veinte a?os atr¨¢s -Z, La confesi¨®n, Secci¨®n especial, Estado de sitio, Missing- ha dado paso a un cine social, igualmente critico pero m¨¢s matizado. "Con los coroneles griegos no caben los matices: es una historia de buenos y malos, como con Pinochet. En esas situaciones sabes muy bien qui¨¦n es el malvado. En Mad City no hay malos Hoffman puede ser un poco c¨ªnico, pero tiene su moral y sus principios. Manipula, pero hasta cierto punto. Hay una l¨ªnea que no quiere cruzar, aunque a veces pretende desplazarla". Los dem¨¢s lo har¨¢n por ¨¦l.
El reparto de Mad City descansa es dos estrellas de Hollywood. Hoffman aparece muy comedido y Travolta transformado. "Dustin quer¨ªa hacer el filme, sobre todo desde que el gui¨®n fue modificado y el periodista, su papel, dej¨® de ser un tipo capaz de pasar por encima de todos para conseguir una exclusiva. Acept¨® interiorizar su trabajo, controlar la expresi¨®n. Es un tipo formidable, muy inteligente. En un primer momento se pretendi¨® que ¨¦l encarnase al secuestrador, pero eso era imposible, porque el rostro de Hoffman transmite ingenio, malicia". Eso hizo qu¨¦ el nombre de Travolta se impusiese como secuestrador en paro y de pocas luces. "John acept¨® dejarse patillas, engord¨® unos cuantos kilos para mejor parecerse a un tipo que pasa el d¨ªa bebiendo cerveza y mirando la televisi¨®n y encontr¨® incluso una manera especial de hablar. El resultado est¨¢ ah¨ª".
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