Una litosfera delgada y caliente
El grosor de la litosfera es uno de los misterios del mar de Albor¨¢n. En esa cuenca es de unos 14 kil¨®metros, mientras que en las monta?as que la cercan por el Norte, las B¨¦ticas, alcanza los 35 o 40 kil¨®metros; el grosor medio de la litosfera en la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica ronda los 30 kil¨®metros.Una litosfera delgada es propia de zonas que se est¨¢n abriendo, donde el material nuevo, caliente, pugna por salir a la superficie: exactamente lo que pasa en la cuenca de Albor¨¢n. La isla volc¨¢nica de Albor¨¢n es la cabeza visible -por encima del nivel del mar- de este nuevo material emergente. Lo raro es que esto pase en una frontera entre placas que se est¨¢ cerrando.
Adem¨¢s de la hip¨®tesis de la delaminaci¨®n se han propuesto otras para explicar la inc¨®gnita. La subducci¨®n de las placas -una se coloca bajo la otra, o ambas se hunden en el manto- es el modelo m¨¢s antiguo barajado por los expertos.
Y tambi¨¦n est¨¢ la teor¨ªa del colapso gravitatorio: el material caliente del manto va calentando la litosfera hasta que ¨¦sta -porque se derrite o porque se fragmenta su base- se adelgaza; entonces colapsa por su propio peso.
El trabajo ahora publicado descarta totalmente la subducci¨®n, por la distribuci¨®n de los terremotos. Una placa que se va hundiendo gradualmente en la litosfera producir¨ªa terremotos cada vez m¨¢s profundos, pero con una transici¨®n gradual. En cambio, lo que encuentran Mezcua y Rueda es que en la zona de M¨¢laga hay terremotos muy superficiales -a una decena de kil¨®metros de profundidad-, mientras que en la cuenca de Albor¨¢n, que est¨¢ muy cerca, los epicentros se localizan a m¨¢s de 80 kil¨®metros de profundidad: una transici¨®n demasiado brusca entre dos puntos que est¨¢n a muy poca distancia.
Los resultados apoyan el modelo de delaminaci¨®n de la corteza, aunque los autores del estudio ahora publicado creen que la formaci¨®n de la cuenca no se debe a un ¨²nico fen¨®meno: "No es un proceso de delaminaci¨®n solo, ni de colapso gravitacional. Probablemente intervienen varios procesos, uno- detr¨¢s de otro".
En su trabajo los sism¨®logos espa?oles emplearon modernos m¨¦todos matem¨¢ticos para contrarrestar que hace cincuenta a?os no hab¨ªa m¨¢s de una decena de estaciones sismol¨®gicas en Espa?a, mientras que ahora son m¨¢s de cuarenta. Se analizaron tambi¨¦n los registros de estaciones marroqu¨ªes y argelinas.
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