19 intelectuales alemanes piden a Kohl no erigir el monumento del holocausto
La construcci¨®n del monumento en memoria del holocausto jud¨ªo en Berl¨ªn, un pol¨¦mico proyecto sobre el que las autoridades quieren decidir a mediados del mes pr¨®ximo, se est¨¢ complicando. Al descubrimiento de un b¨²nker subterr¨¢neo de la ¨¦poca nazi, que aparentemente pertenec¨ªa al ministro de Propaganda Joseph Goebbels, se a?ade ahora la toma de posici¨®n de 19 intelectuales alemanes que han escrito una carta abierta al canciller Helmut Kohl, al Parlamento y a las autoridades berlinesas para oponerse al proyecto.
Los intelectuales cuestionan la validez del Monumento para los Jud¨ªos Asesinados de Europa por considerar que se trata de "una instalaci¨®n abstracta" de impresionante envergadura que, al estar instalada en un territorio de las dimensiones de un estadio deportivo, no puede crear un espacio de tranquilidad, duelo y reflexi¨®n.Entre los firmantes se cuentan la condesa Marion Donhoff, propietaria del semanario Die Zeit, que estuvo relacionada con los conspiradores contra Hitler del 22 de julio de 1944, as¨ª como escritores como G¨¹nter Grass y Gyorgy Konrad, este ¨²ltimo presidente de la Academia de las Artes.
La discusi¨®n sobre el monumento se ha prolongado durante a?os y el resultado de un segundo concurso para elegir el proyecto no han disminuido en absoluto los reparos expresados tanto en Alemania como en el extranjero, se?alan los intelectuales. Estos llaman la atenci¨®n sobre el desequilibrio que puede producirse entre los lugares de aut¨¦ntico testimonio, historia y recuerdo y un monumento que no est¨¦ dedicado a todas las v¨ªctimas del nazismo.
A tan s¨®lo cien metros del monumento, en el territorio que fuera la sede de la Gestapo, se encuentra hoy el museo y el centro de documentaci¨®n de la "topograf¨ªa del terror", y a las puertas de Berl¨ªn est¨¢n los antiguos campos de concentraci¨®n de Sachsenhausen, adem¨¢s de otros lugares que recuerdan la deportaci¨®n y los campos.
Berl¨ªn ha construido tambi¨¦n un Museo Jud¨ªo, cuyo director es el ex ministro de Finanzas norteamericano Michael Blumenthal.
Frente a estos lugares concretos de recuerdo, el monumento "nacional" puede ser un lugar de distracci¨®n y de abstracci¨®n fr¨ªa, que no ser¨¢ "ni un testigo del pasado ni una se?al del futuro", advierten los intelectuales, algunos de los cuales, como Konrad, ya se hab¨ªan manifestado individualmente en contra del monumento.
Otros parecen haber cambiado de posici¨®n, si son ciertas las declaraciones de Lea Rosh, una de las promotoras del monumento que ha acusado a Grass y a Walter Jens, el presidente honorario de la Academia de las Artes, de haber cambiado de chaqueta. En unas declaraciones al diario Tageszeitung, de Berl¨ªn, Rosh se?ala que Grass y Jens esaban entre los que en 1989 firmaron la primera petici¨®n para que se construyera el monumento.
Por otra parte, el b¨²nker descubierto en el lugar donde debe izarse el monumento ha originado una campa?a en contra de las obras, emplazadas en el que fuera el barrio guberamental en ¨¦poca de Hitler. Los promotores e la obra deben decidirse por no de los cuatro pol¨¦micos proyectos finalistas.
El pasado enero, el canciller Kohl pareci¨® inclinarse por el proyecto del arquitecto norteamericano Richard Serra y de Peter Eisenman, que consiste en un laberinto formado por 4.000 pilares de hormig¨®n.
Digna de consideraci¨®n
El alcalde de Berl¨ªn, Eberhard Diepgen, de la Uni¨®n Dem¨®crata-Cristiana, ha considerado "digna de consideraci¨®n" la postura de los intelectuales que se oponen a la construcci¨®n. Seg¨²n un portavoz de la administraci¨®n de cultura de la ciudad, las discusiones p¨²blicas sobre el proyecto han mostrado que Alemania necesita el monumento. Lo mismo piensa el presidente del Consejo Central Jud¨ªo de Alemania, Ignatz Bubis. "En Alemania fueron asesinados seis millones de jud¨ªos. ?Por qu¨¦ no debe haber un monumento semejante? En Alemania hay que recordar de que acciones fueron capaces en el pasado".
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