La prensa alemana aprecia en la nueva ley de escuchas la sombra de la Gestapo
"Si la ley que permite la escucha electr¨®nica de los periodistas prospera, nos tendremos que enfrentar a los m¨¦todos que ya utiliz¨® la Gestapo [la polic¨ªa nazi] o la Stasi [los servicios de seguridad de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana]", declar¨® a este diario Udo Frank, un periodista de investigaci¨®n de la ZDF, el segundo canal de la televisi¨®n p¨²blica alemana. El Bundesrat (C¨¢mara de los Estados Federados) se re¨²ne hoy para debatir la pol¨¦mica ley que, en nombre de la lucha contra el crimen organizado, permite las escuchas de periodistas, m¨¦dicos y abogados.
El Partido Socialdem¨®crata (SPD), que est¨¢ dividido pese a haber pactado la ley con la coalici¨®n gubernamental, debat¨ªa anoche sobre una eventual enmienda para excluir de las escuchas a los periodistas y a otros grupos profesionales con derecho legal al secreto. El alcalde de Bremen, el socialdem¨®crata Henning Scherf, cuyo voto puede inclinar la balanza en uno u otro sentido, se mostr¨® optimista sobre la posibilidad de mejorar la ley en una comisi¨®n mediadora.Udo Frank, de 44 a?os, miembro del equipo de redacci¨®n del programa Frontal, especializado en cuestiones pol¨ªticas, ha experimentado en su propia carne -o mejor dicho, en su propio tel¨¦fono m¨®vil- el celo de la polic¨ªa alemana a la hora de utilizar los m¨¦todos de vigilancia con los que cuenta.
En mayo de 1995, el periodista segu¨ªa de cerca la pista del empresario J¨¹rgen Schneider, un estafador que se hab¨ªa dado a la fuga en 1994 tras una quiebra. Gracias a la mediaci¨®n de un empresario egipcio, el equipo de Frontal estableci¨® contacto con los abogados de Schneider en Suiza, y fue entonces cuando aparecieron las unidades especiales de la Oficina de Investigaci¨®n Criminal que se estaban ocupando del caso en Alemania.
Los funcionarios "dieron a entender" que conoc¨ªan los movimientos de los periodistas y les pidieron colaboraci¨®n. Los informadores se negaron y poco despu¨¦s lograron entrevistar a Schneider en su escondrijo. Dos d¨ªas m¨¢s tarde el empresario fue encarcelado y cumple ahora una condena de seis a?os y nueve meses. Qued¨® claro que la polic¨ªa hab¨ªa seguido los pasos de los periodistas y que para ello hab¨ªa bastado un simple fax.
"A la Telekom [compa?¨ªa telef¨®nica alemana] le bast¨® un fax de la fiscal¨ªa que investigaba el caso de Scheider para suministrar los n¨²meros de tel¨¦fono que se hab¨ªan comunicado con mi tel¨¦fono m¨®vil. Cuando el fax lleg¨® a la Telekom, ni siquiera hab¨ªa una decisi¨®n judicial", declar¨® Frank. "La fiscal¨ªa", a?adi¨®, "se justific¨® diciendo que resultaba inadmisible que los periodistas fueran libremente a hablar con Schneider, mientras ellos no sab¨ªan donde estaba". "Consideraban que nos est¨¢bamos riendo de su autoridad", se?ala el periodista.
Frank calcula que por lo menos siete tel¨¦fonos (los de dos bufetes de abogados y los de cinco reporteros) fueron intervenidos durante la operaci¨®n para detener a Schneider. Los agentes policiales siguieron todos los desplazamientos de Frank y el tel¨¦fono m¨®vil que llevaba con ¨¦l.
A ra¨ªz de este caso, la ZDF present¨® una demanda ante el Tribunal Constitucional que ha sido aceptada, "lo que ya es un gran honor". Todav¨ªa no hay respuesta. Frank opina que los pol¨ªticos alemanes, que se excluyen a s¨ª mismos de su futuro ¨¢mbito de acci¨®n de la ley de escuchas electr¨®nicas, no pretenden luchar contra el crimen organizado, sino atacar la libertad de prensa. "Cualquiera que conozca la historia de posguerra de este pa¨ªs sabe que todos los esc¨¢ndalos han sido destapados por la prensa", se?ala Frank, seg¨²n el cual ninguna fuente podr¨¢ sentirse segura si se aprueba la ley de escuchas.
Casos frecuentes
Los casos de escuchas y registros en redacciones alemanas son algo frecuente. El semanario Der Spiegel recordaba en su ¨²ltimo n¨²mero la acci¨®n policial de la que fue v¨ªctima en 1962 tras la publicaci¨®n de un reportaje sobre la capacidad defensiva del Ej¨¦rcito. La polic¨ªa ocup¨® entonces durante cuatro semanas la redacci¨®n, tras tomarla por asalto, y encarcel¨® al director Rudolf Augstein. El esc¨¢ndalo, que comenz¨® con la posibilidad de que los periodistas fueran juzgados por traici¨®n, acab¨® sin embargo con el cese de dos ministros del Gobierno.En 1993, la polic¨ªa registr¨® los archivos fotogr¨¢ficos el diario Abendzeitung, de M¨²nich, que hab¨ªa publicado una foto de un ecologista desnudo en plena campa?a contra los abrigos de pieles. El diario Berliner Zeitung se preguntaba ayer si los periodistas se ver¨¢n ahora obligados a encontrarse con sus fuentes en bosques lejanos o en "oscuros lavabos" amparados por el sonido de "grifos abiertos". Se trata, concluye el diario, de algo "indigno de un Estado democr¨¢tico".
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