Un testamento con acuse de recibo
Personajes e instituciones siguen pronunci¨¢ndose sobre la eutanasia
El testamento aut¨®grafo del tetrapl¨¦jico Ram¨®n Sampedro, publicado el mi¨¦rcoles por EL PA?S, ha sacudido a la sociedad espa?ola. Ayer este peri¨®dico publicaba las opiniones de m¨¦dicos, intelectuales, juristas y te¨®logos. Hoy los ecos y las voces no se han extinguido, y contin¨²a el largo acuse de recibo de una carta imposible de ignorar.
Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, secretario de la Comisi¨®n Episcopal para la Doctrina: "Aun respetando la posici¨®n objetiva de Ram¨®n Sampedro, y esperando y confiando en que ya est¨¦ justificado ante Dios y en su Gloria, creo que su pretensi¨®n argumentativa es insuficiente. Denuncia con raz¨®n la sacralizaci¨®n de la propiedad privada, pero exacerba esa idea al decir que el cuerpo es propiedad privada de la persona. El cuerpo no es una finca ni una cuenta bancaria. No podemos disponer a nuestro arbitrio de ¨¦l, y en parte tambi¨¦n pertenece a nuestros seres queridos y tiene una funci¨®n social. La eutanasia voluntaria que defienden Sampedro y los colectivos que le apoyan es inmoral y tiene inevitablemente consecuencias sociales nocivas para los d¨¦biles: enfermos cr¨®nicos y ancianos se ver¨ªan presionados para pedir la eutanasia si fuese legal. Pensemos que, seg¨²n el Gobierno holand¨¦s, en 1995 fallecieron all¨ª 19.600 ciudadanos de muerte inducida por medios sanitarios; de esas muertes s¨®lo 6.000 fueron a petici¨®n del paciente o con su consentimiento".
Juan Jos¨¦ Badiola, rector de la Universidad de Zaragoza: "Es un testamento conmovedor, de contundencia impresionantes. Respeto la voluntad de las personas, y aunque yo no ser¨ªa capaz de quitarme la vida, s¨ª lo soy de entender a alguien que ten¨ªa tan limitada su relaci¨®n con el mundo. La decisi¨®n del suicidio es terrible, pero bien merece una profunda reflexi¨®n, jur¨ªdica, pol¨ªtica y personal".
Jos¨¦ Luis Meil¨¢n, rector de la Universidad de A Coru?a y ex diputado de UCD: "Siento un profundo respeto por Sampedro, y no lo puedo juzgar. Pero yo, que he sido constituyente [miembro de las Cortes que aprobaron la Constituci¨®n], he de recordar que todos tenemos derecho a la vida, defendida por la Constituci¨®n, pero nadie tiene derecho sobre la vida. Todos tenemos derecho a no ser sometidos a torturas, pero la vida no es un objeto de propiedad; adem¨¢s de que no siempre un derecho de propiedad es absoluto. Una vida, por dura que sea, tiene un valor que trasciende lo personal y nos afecta como miembros solidarios de la sociedad".
Juan Jos¨¦ Tamayo, te¨®logo dela asociaci¨®n Juan XXIII: "La carta me ha provocado una profunda impresi¨®n. No puedo ni juzgar ni condenar su actitud ni su dolor. Hay personas que por convicci¨®n religiosa o ideol¨®gica tienen una interioridad tan s¨®lida que pueden soportar el dolor. La carta nos revela sentimientos profundos y nos plantea una pregunta fundamental: ?c¨®mo compaginar vivir dignamente y morir dignamente?".
H¨¦ctor Anabitarte, secretario general de la Fundaci¨®n Antisida Espa?a: "Esta persona ten¨ªa derecho a disponer de su vida, y dice en su testamento cosas particularmente interesantes. Ped¨ªa la muerte, su situaci¨®n era irreversible. En el caso del sida es distinto, porque ya la enfermedad no es irreversible y cada d¨ªa hay menos enfermos terminales. Este es un problema muy viejo de la cultura occidental: no s¨®lo la negaci¨®n de la eutanasia sino tambi¨¦n la del suicidio".
Pilar Ramiro, portavoz de la Plataforma Representativa Estatal de Discapacitados F¨ªsicos: "Sampedro ha demostrado lucidez y nos ha dicho que tenemos derecho a elegir nuestra muerte y que lo menos que les podemos exigir a las leyes es que nos dejen elegirla. La eutanasia es una decisi¨®n libre, en consecuencia es l¨®gico que se legalice. Las personas que estamos en la misma condici¨®n que Sampedro creemos que el condicionante para suicidarse no es la enfermedad, sino el concepto que cada uno tiene de la vida. Como organizaci¨®n estar¨ªamos dispuestos a apoyar una ley de eutanasia pasiva y activa".
Juan Serraller, presidente de la Asociaci¨®n pro Derechos Humanos y editor: "El se?or Sampedro ha tomado una decisi¨®n, ayudado por personas que le quer¨ªan y que no afecta a nadie m¨¢s. El Estado no tiene derecho a penetrar en una esfera tan privada. Estar¨ªa confundiendo lo p¨²blico con lo privado. Todos deber¨ªamos poder elegir c¨®mo deseamos morir. Esta cuesti¨®n se tergiversa siempre. Los detractores de la eutanasia hablan de la posibilidad de manipular al enfermo, pero Sampedro ha demostrado que la muerte puede ser una reflexi¨®n muy meditada. La sociedad espa?ola est¨¢ cada vez m¨¢s sensibilizada. En las ¨²ltimas semanas me han ofrecido varios libros sobre el tema".
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