"Las Torres KIO deben sentarse ante un tribunal de cr¨ªmenes est¨¦ticos"
Manuel Alcorlo es uno de los artistas madrile?os de mayor nombrad¨ªa como pintor, grabador y dibujante. Nacido en 1935, su vocaci¨®n art¨ªstica se inici¨® en las inmediaciones del Museo del Prado: sus padres ten¨ªan una porter¨ªa en el mismo edificio de la librer¨ªa del anticuario Pedro Vindel, en la plaza de las Cortes. All¨ª descubri¨® a edad temprana, entre legajos y caobas, grabados de Goya, poemas de Quevedo y partituras de Bach. Ellos tres troquelaron su personalidad. En As¨ªs, Perugia y Roma ampli¨® estudios de arte a los que su sensibilidad y su paternal maestro, Angel Salas, le hab¨ªan conducido.Alcorlo ha desarrollado una pintura on¨ªrica, calificada de surrealizante, con pinceladas de iron¨ªa y briznas de compromiso social, siempre presentes en sus telas en las que refulge maestr¨ªa en el empleo del color. Con decenas de exposiciones en Espa?a y numerosos otros pa¨ªses, desde Francia a Italia, acaba de ser nombrado acad¨¦mico de la Real de Bellas Artes de San Fernando, una vieja quimera acariciada por ¨¦l desde que estudiara tras los muros del viejo edificio de la calle de Alcal¨¢. Est¨¢ casado con la pintora y orfebre Carmen Pag¨¦s y tiene dos hijos, Paloma y Mart¨ªn.
Su ¨¢tico en una casa galdosiana de la calle de Hortaleza, dispuesto de levante a poniente, le permite absorber la mayor parte de la luz que el sol irradia sobre Madrid para pincelar sus lienzos, en los que pasi¨®n barroca, genio compasivo y pulsi¨®n creadora se funden en una proporci¨®n cuyo resultado es la delectaci¨®n de la belleza, color sin tiempo, luz.
Pregunta. ?En qu¨¦ fase de su evoluci¨®n pict¨®rica llega usted a la Academia de Bellas Artes?
Respuesta. Realizo ahora todo lo que fui gestando durante mi formaci¨®n en Italia. En mi obra predomina el humor, la cr¨ªtica social, la fantas¨ªa... Es una visi¨®n cervantina del mundo, con la que trato de salvar lo insalvable. No acierto a imaginar todos los desastres que a¨²n nos queda por ver.
P. ?Cree que la imbecilidad virtual acabar¨¢ con el arte?
R. No. Aunque porf¨ªa. Aqu¨ª estamos los artistas para impedirlo, para decir que la belleza, la vida, seguir¨¢ adelante.
P. ?De qu¨¦ lado se encuentra m¨¢s cerca su pincel: de la luz o de su propia pupila? R. La luz es la pretensi¨®n suprema del arte. Todos la buscamos. Pero hay adem¨¢s otra luz, interior, que se convierte en una ilusi¨®n y que brota en las formas concretas que pintamos.
P. ?Con qu¨¦ color completar¨ªa usted el arco iris?
R. Ser¨ªa un color dorado, barroco, que decantara las cosas.
P. ?Es el color parte de ellas?
R. Hasta en lo m¨¢s inmediato. En el metro, cuando miras a un camerun¨¦s que vende corbatas, descubres un espect¨¢culo visual.
P. ?De qu¨¦ color es Madrid?
R. Su luz es dorada, violeta y espl¨¦ndida. Me recuerda a Rodas. Es como un canto final.
P. ?A qu¨¦ se debe la calidad de la luz madrile?a?
R. Creo que como el Sol se pone tan lejos, en el Atl¨¢ntico, durante su trayectoria Gredos filtra la luz, que llega a Madrid transparente (r¨ªe).
P. ?Cu¨¢les son sus escenarios madrile?os favoritos?
R. Todo ese Madrid nuevo que se vislumbra cuando vienes desde la Casa de Campo. P. Si hubiera un tribunal de cr¨ªmenes est¨¦ticos, ?qu¨¦ edificios llevar¨ªa al banquillo? R. Las Torres KIO, feas y amenazantes.
P. Pintor, grabador, dibujante ?cu¨¢l Alcorlo se queda?
R. El andamiaje de una buena pintura es el s¨®lido dibujo, la s¨®lida construcci¨®n. Ah¨ª est¨¢ todo.
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