El 'caso Schiele' moviliza a los museos
Los centros estadounidenses quieren crear unas normas internacionales que garanticen los pr¨¦stamos de arte
El caso Schiele, o sea, la retenci¨®n, por orden de un fiscal neoyorquino, de dos obras de arte realizadas por el artista austriaco Egon Schiele que se estaban exhibiendo en el MOMA el pasado mes de enero en v¨ªsperas de retornar a sus propietarios -la Fundaci¨®n Leopold de Viena- para luego ser exhibidas en el Museo Picasso de Barcelona, sienta un precedente inquietante tanto para los centros de arte europeos como para los del otro lado del Alt¨¢ntico. Los representantes de los 170 principales museos de arte de Estados Unidos temen que este asunto afecte a la confianza en los pr¨¦stamos e intercambio de obras de arte, de cuya fluidez dependen, y han empezado a debatir la cuesti¨®n.
La retenci¨®n de retrato de Wally y ciudad muerta III responde a la demanda de los parientes norteamericanos sus propietarios austriacos en los a?os treinta: la comerciante en arte Lea Bondi Jaray y el dramaturgo Fritz Gr¨¹nbaum, ambos jud¨ªos. Tras el Anschluss, Bondi se exili¨® en Londres y Gr¨¹nbaum muri¨® en Dachau, y sus cuadros acabaron en manos de las autoridades austr¨ªacas nazis. Con los a?os, pasaron a ser adquiridas por el coleccionista Rudolf Leopold, tambi¨¦n jud¨ªo, en circunstancias cuya legalidad Austria considera impecable, pero que el fiscal neoyorquino Robert Morgenthau quiere aclarar.
Como se?alaba Robert Hugues el pasado 19 de enero en su semanal art¨ªculo en Time, el indignado director del museo Leopold, Klaus Schrbder, clama por la honestidad de Rudolf Leopold y sospecha que "detr¨¢s de la iniciativa del fiscal de Manhattan se esconde la mano del senador republicano por Nueva York Alfonse d'Amato, que en este a?o de elecciones est¨¢ buscando apoyos a su proyecto de ley de Restituci¨®n a los herederos de las v¨ªctimas del Holocausto, que present¨® en noviembre al Senado".
Estos d¨ªas, la Asociaci¨®n de Museos de Arte de Estados Unidos est¨¢ tratando de poner a punto un documento en el que se establezcan las l¨ªneas maestras de una normativa internacional para meterla a las autoridades legistivas, sin cuya sanci¨®n ser¨ªan papel mojado. Entre las l¨ªneas maestras, la asociaci¨®n adelant¨® el pasado jueves la creaci¨®n de un "comit¨¦ de hombres de buena fe" compuesto por especialistas americanos, europeos y de otros continentes, que arbitrar¨ªa en futuros casos como el de Schiele y cuyas decisiones deber¨ªan ser respetadas por los museos de todo el mundo.
El Museo Picasso de Barcelona, que ha programado la exposici¨®n Schiele para el pr¨®ximo 17, ha podido ser la primera v¨ªctima de esta crisis de confianza en el pr¨¦stamo. Para cumplir con el compromiso de enviar aqu¨ª los 150 cuadros, la Fundaci¨®n Leopold, escarmentada por el caso de MOMA, exigi¨® al gobierno espa?ol garant¨ªas de que el caso no se repetir¨ªa aqu¨ª; unas garant¨ªas que Espa?a no pod¨ªa ofrecer dada la te¨®rica independencia del poder judicial respecto al ejecutivo, consagrada por la Constituci¨®n. Tras unos d¨ªas de incertidumbre, considerando que las directivas de la Uni¨®n Europea se?alan que en caso de reclamaci¨®n las obras prestadas deben regresar a su pa¨ªs de origen -donde el caso se somete a los tribunales locales y el inter¨¦s de los responsables del museo Leopold por mostrar a Schiele en el museo barcelon¨¦s, ¨¦ste ha decidido finalmente seguir adelante con la exposici¨®n.
Los dos cuadros retenidos en Nueva York y que no podr¨¢n ser vistos en el Museo Picasso son de muy diferente importancia: el Retrato Wally es uno m¨¢s entre los muchos que hizo el pintor vien¨¦s -prematuramente muerto en 1918, a los 28 a?os de edad- a su principal modelo y amane, antes de sentar la cabeza, echarla y casarse con Edith Arms; la colecci¨®n cuenta con otros dibujos y acuarelas de Wally igual de satisfactorios. En cambio, Ciudad muerta III es uno de esos escasos paisajes urbanos de Schiele que definen una de las l¨ªneas m¨¢s interesantes de su pintura: las vistas de ciudades y pueblos austr¨ªacos (Paisaje con ventanas, 1914; Vista de Krumau, 1916) en una disposici¨®n geom¨¦trica cercana al cubismo. Aunque, como se?ala Frank Whitford en su monograf¨ªa sobre el pintor, "a los cubistas les interesaba el acto de mirar objetivo, desapasionado. A Schiele, el sentimiento. Sus vistas urbanas, como Ciudad muerta, s¨®lo acertaban cuando funcionaban como met¨¢foras para estados emocionales, generalmente melanc¨®licos".
Efectivamente, esa obra maestra que es Ciudad muerta III, que presenta una perspectiva a¨¦rea de un grupo de casas t¨ªpicamente alemanas, en las que no se mueve un alma, como si hubiera sido repentinamente abandonada por su poblaci¨®n, sugiere estados de ¨¢nimo tan melanc¨®licos y tristes como el que sin dida afecta estas semanas a Rudolf Leopold.
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