Marcela Serrano afirma que los hombres ven "con terror" a las mujeres independientes
La escritora chilena muestra distintas conductas femeninas en su cuarta novela
Un grupo de mujeres, alojadas en una remota isla del Chile austral, habla de sus problemas, inquietudes y anhelos, pero sobre todo de su soledad y de su tristeza. "Son independientes, han salido al mundo, pero se sienten solas porque no encuentran hombres que les den la r¨¦plica de t¨² a t¨², como pares" se?ala la escritora chilena Marcela Serrano, que rechaza la etiqueta de feminista que algunos le han colgado. "Las nuevas mujeres no encuentran hombres nuevos porque ellos o sienten terror o las ven como enemigas", afirma la autora de El albergue de las mujeres tristes.
Confiesa Marcela Serrano (Santiago de Chile, 1951) que siempre ha estado rodeada de mujeres (hermanas, hijas, amigas, compa?eras de trabajo ... ) y admite que esa circunstancia ha marcado su modo de ver el mundo y de reflejarlo en sus novelas. "Est¨¢ claro", comenta esta narradora jovial y extravertida, "que hombres y mujeres tenemos formas distintas, incluso opuestas, de enfrentarnos con la vida. Es cierto que me considero feminista, pero cuando escribo soy una autora que narra historias de sentimientos, de seres humanos, no tesis ideol¨®gicas". Niega que dibuje sus novelas pensando en lectoras, aunque proclama que las mujeres han alcanzado la saturaci¨®n "tras ser descritas s¨®lo por hombres desde tiempo inmemorial".Sin dudarlo, Marcela Serrano reconoce que algunos escritores, han conseguido reflejar con maestr¨ªa y precisi¨®n el alma femenina y surgen de inmediato los nombres de un Gustave Flaubert o de un Honor¨¦ de Balzac. "Pero en el siglo pasado"; matiza la novelista, "resultaba m¨¢s f¨¢cil plasmar a las mujeres porque eran m¨¢s simples, m¨¢s sencillas. Las incre¨ªbles transformaciones de las ¨²ltimas d¨¦cadas, que han asistido a una aut¨¦ntica revoluci¨®n de las mujeres, convierten ese objetivo en un reto mucho m¨¢s dif¨ªcil para un hombre".
A juicio de la autora de El albergue de las mujeres tristes (Alfaguara), la incorporaci¨®n femenina al trabajo ha representado una mayor capacidad de elegir, tambi¨¦n en el terreno literario. "La necesidad de identificarse con relatos y personajes y la invasi¨®n femenina de todos los ¨¢mbitos laborales explican el notable aumento de los porcentajes de lectoras en todos los pa¨ªses occidentales". El escaso inter¨¦s femenino por el ensayo le lleva a la escritora a comentar que las mujeres arrastran "siglos de atraso en la abstracci¨®n o en la capacidad de an¨¢lisis". "Demos tiempo al tiempo y contaremos con fil¨®sofas o con matem¨¢ticas", apostilla.
Romper el ¨¢mbito privado
Traducida ya a cinco idiomas (franc¨¦s, alem¨¢n, italiano, portugu¨¦s y griego) y a la altura de su cuarta novela, Marcela Serrano disfruta del "privilegio" de vivir s¨®lo de la literatura. "Es un privilegio", a?ade con un gui?o, "porque disfruto con mi trabajo y porque estoy convencida de que la independencia econ¨®mica es la madre de todas las dem¨¢s". Hace gala de desparpajo, pero Marcela Serrano recuerda el miedo que sufri¨® la primera vez que tuvo que hablar en p¨²blico. "Lo cierto es que hablar en p¨²blico representa la primera gran frontera que ha de atravesar una mujer camino de su emancipaci¨®n. Es algo as¨ª como romper el ¨¢mbito privado", aclara.Libro publicado hace unos meses en Latinoam¨¦rica, El albergue de las mujeres tristes cierra un ciclo de fondo femenino que le permitir¨¢ ahora dedicarse a otros g¨¦neros "como la novela negra o las aventuras". Ese albergue de encuentro y de reflexi¨®n, que Marcela Serrano ha situado en la isla chilena de Chilo¨¦, no existe en la realidad, aunque algunas amigas ya le han robado la idea para abrir "un centro de cita para mujeres independientes, solas y tristes". "El albergue", explica, "funciona como una met¨¢fora de la soledad y del aislamiento. Se trata de un espacio imaginario que muchas desear¨ªamos tener dentro de nosotras".
Consciente de que las nuevas relaciones entre hombres y mujeres han de partir de esfuerzos comunes, la escritora ofrece un consejo a los varones: "Si los hombres exploraran m¨¢s su lado femenino, ser¨ªan m¨¢s felices. Ellos s¨®lo tienen un rol, mientras nosotras hemos de combinar lo privado y lo p¨²blico, los amores y los trabajos. Esa situaci¨®n nos lleva a un sacrificio a veces agotador, sobre todo cuando encontramos que ellos tienen miedo de nosotras. Resulta curioso que a los varones les resulten m¨¢s atractivas las mujeres brillantes e independientes, pero al final terminan eligiendo a las se?oras pasivas y que no cuestionan la hegemon¨ªa masculina".
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