El disparatado viaje de Zhirinovski a Irak
El l¨ªder ultranacionalista ruso viaja a Bagdad para "defender" a Sadam
Puede que el l¨ªder ultranacionalista ruso VIad¨ªmir Zhirinovski haya consolidado con su ¨²ltima loca aventura el aprecio que le profesa el presidente iraqu¨ª, Sadam Husein, pero en el camino se ha ganado tambi¨¦n nuevos enemigos. Finalmente, el Iliushin 86 fletado el domingo aterriz¨® ayer por la tarde en Bagdad con 14 toneladas de ayuda y un reducido grupo de diputados y periodistas. En el mismo aeropuerto, Zhirinovski dijo que est¨¢ dispuesto a "defender al presidente, los palacios y el pueblo iraqu¨ªes". Un ataque norteamericano, a?adi¨®, ser¨ªa "un gran crimen y un gran error" que podr¨ªa conducir a una guerra mundial.
En Yerev¨¢n (la capital de la rep¨²blica ex sovi¨¦tica de Armenia) quedaron decenas de frustrados informadores y un embajador, el ruso, al que Zhirinovski agredi¨® en un momento de furia. En Mosc¨², el presidente de la Duma, el comunista Guennadi Selezniov, conden¨® lo que calific¨® de "una acci¨®n de gamberrismo".
El embajador Andr¨¦i Urnov se convirti¨® en el blanco de las iras de Zhirinovski por el supuesto desinter¨¦s del Gobierno en superar los obst¨¢culos a su plan de presentarse triunfalmente en Bagdad con alimentos, medicinas y una multitud de diputados y periodistas. Pero es que la aventura se inici¨® precipitadamente, sin negociar antes los permisos y con el casi seguro prop¨®sito de montar el esc¨¢ndalo.
El numerito comenz¨® el domingo en el aeropuerto moscovita de Vnukovo, donde el avi¨®n permaneci¨® aparcado durante diez horas, con todo el pasaje a bordo, mientras se esperaba la autorizaci¨®n, que no lleg¨® ese d¨ªa, para sobrevolar Ir¨¢n. Finalmente, el Iliushin 86 parti¨® rumbo a la capital de Armenia, ¨²nico pa¨ªs en la ruta hacia Irak que no puso pegas para acogerlo.
El espect¨¢culo prosigui¨® en Yerev¨¢n. Zhirinovski, en vista de que no recib¨ªa el permiso, exigi¨® la ruptura de relaciones con Ir¨¢n, reticente a conceder la autorizaci¨®n de sobrevuelo, y amenaz¨® con presentarse con el aparato en Roma para presionar all¨ª a Bor¨ªs Yeltsin. Incluso se puso en huelga de hambre, aunque parece que la protesta comenz¨® despu¨¦s de comer y termin¨® antes de cenar.
Finalmente, el permiso lleg¨®, pero con fuertes limitaciones al acompa?amiento: 30 personas. Con gran sigilo, se confeccion¨® una lista de los informadores que podr¨ªan ir en el avi¨®n, entre los que se encontraban muchos que horas antes se hab¨ªan conjurado para que fuesen todos o ninguno y, de madrugada, la gente de Zhirinovski intent¨® recogerlos.
Sin embargo, la tropa period¨ªstica montaba guardia y se present¨® casi al completo en el aeropuerto. All¨ª, entre gritos, abucheos, amenazas y hasta un pu?etazo al embajador, se consolid¨® la arbitrariedad. El gran histri¨®n de la pol¨ªtica rusa meti¨® en el avi¨®n a quien quiso. Y huy¨® hacia Bagdad.
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