Renovaci¨®n, pero menos

"Audacia" y "riesgo" han sido los mensajes que Arnaldo Otegi ha transmitido al exterior como signos caracter¨ªsticos de la pol¨ªtica que va a emprender la nueva Mesa Nacional de HB. Pero esa audacia y riesgo que anuncia no han sido la medicina que se ha llegado a aplicar del todo en el momento clave de renovaci¨®n interna, como es el de la formaci¨®n de una ejecutiva nueva destinada a encauzar el futuro de Herri Batasuna cuando atraviesa uno de los momentos m¨¢s delicados y cr¨ªticos de sus 20 a?os de existencia.La anunciada renovaci¨®n se ha quedado a medio camino y aunque la nueva Mesa refleje a trav¨¦s de los elegidos un abanico de sensibilidades cr¨ªticas m¨¢s amplio del que se hab¨ªa dado en los ¨²ltimos a?os, hay ausencias que denotan una limitaci¨®n clave: la imposibilidad de incorporar en la nueva ejecutiva de HB a quienes critican p¨²blicamente la actividad armada de ETA.

La presencia de Rosario Pikabea en las candidaturas electorales era una aut¨¦ntica prueba de fuego para calibrar la capacidad de oposici¨®n que es capaz de asumir internamente KAS, la Koordinadora Abertzale Socialista, a trav¨¦s de la cual ETA ha sometido a HB.

No ha pasado la nueva Mesa Nacional este corte. No estar¨¢n en ella quienes, como Pikabea, tienen la tregua indefinida de ETA como estandarte electoral. Sin embargo, la presencia de KAS va a ser justo minoritaria: ser¨¢n 11 de los 25 integrantes de la Mesa, pero todos ellos en los puestos clave, al frente de la coordinaci¨®n de los territorios y las ¨¢reas de trabajo, lo que significa un total control del aparato interno.

El nuevo portavoz y hombre fuerte de la Mesa, Arnaldo Otegi, ya ha dado muestras de querer imprimir un nuevo, aunque t¨ªmido, enfoque a la pol¨ªtica de la izquierda abertzale. Ha eliminado las posiciones extremas, lo que permite deducir que sus anunciados movimientos se van a producir en un ¨¢mbito de centro, de un aperturismo moderado y unas dosis de realismo frente a la enloquecida carrera de la Mesa anterior.