Petici¨®n de expulsi¨®n
CON LA petici¨®n del Gobierno brit¨¢nico de expulsar de la mesa de negociaciones al Sinn Fein, el reconocido brazo pol¨ªtico del IRA, el proceso de paz en Irlanda del Norte ha entrado en una fase sumamente delicada. Londres basa su petici¨®n en un informe de la polic¨ªa norirlandesa de que el IRA ha estado implicado en los recientes asesinatos de dos protestantes, rompiendo as¨ª la tregua -"suspensi¨®n militar", seg¨²n su jerga- que ven¨ªa respetando desde hace seis meses la organizaci¨®n terrorista republicana. El Sinn Fein niega, sin embargo, esta versi¨®n de los hechos. De aceptarse esta medida, pueden aumentar los recelos hacia el proceso negociador en la poblaci¨®n republicana en el Ulster, especialmente en Belfast. Pero de no ser suspendido el Sinn Fein de su participaci¨®n en las negociaciones, al menos temporalmente, son los partidos protestantes, y especialmente el moderado Partido Unionista del Ulster (UUP), los que podr¨ªan levantarse de la mesa.El ex senador norteamericano George Mitchell, que preside las negociaciones entre Londres, Dubl¨ªn y ocho partidos norirlandeses, tiene alg¨²n margen de maniobra, pero se le plantea una labor delicada ante una decisi¨®n que puede envenenar un proceso excesivamente basado en el ojo por ojo. Por motivos similares, un partido protestante, el Democr¨¢tico Unionista (UDP), fue expulsado el mes pasado, durante cuatro semanas, de estas negociaciones. Quiz¨¢ Mitchell opte por una sanci¨®n similar contra el Sinn Fein, d¨¢ndole as¨ª incluso un tiempo de respiro a un partido que se ve enfrentado a una creciente contestaci¨®n entre sus seguidores y en el propio IRA. De hecho, se ha barajado la hip¨®tesis de que el IRA foment¨® estos ¨²ltimos asesinatos para facilitar la salida del Sinn Fein de unas negociaciones cuyo resultado no va a poder digerir pol¨ªticamente. La reacci¨®n enfurecida de Gerry Adams ayer indica, sin embargo, que el presidente del Sinn Fein ha apostado mucho por su participaci¨®n en estas negociaciones. Su expulsi¨®n podr¨ªa incitar al IRA a volver a las armas.
El terrorismo no es el ¨²nico problema, pero s¨ª uno de los principales, en Irlanda del Norte. De hecho, el proceso de negociaciones deb¨ªa servir no s¨®lo para buscar una salida constitucional para el Ulster, aunque no satisfaga plenamente a ninguna de las partes, sino tambi¨¦n para crear un clima en el que se instalara si no la paz, al menos s¨ª la falta de violencia. Por eso es tan importante que los participantes en las negociaciones respeten las treguas acordadas, en consonancia con las llamadas condiciones de Mitchell bajo las que se iniciaron estas complejas conversaciones a varias bandas.
Para ganar credibilidad, el Sinn Fein debe dar pruebas fehacientes de que el IRA est¨¢ controlado. Quiz¨¢ la petici¨®n del Gobierno de Londres sirva al menos para reforzar ese control pol¨ªtico y volver a demostrar la capacidad de preservar una tregua esencial, incluso en un ambiente tan enrarecido de provocaciones y de violencia sectaria de unos y otros. S¨®lo se puede negociar desde la falta de atentados. Pero la palabra final, en el refer¨¦ndum de mayo, la tendr¨¢n los votantes del Norte y de la Rep¨²blica en Irlanda.
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