In¨¦s Sastre se afirma como actriz en un buen filme de Pupi Avati
La actriz china Joan Chen debuta como directora con la pel¨ªcula 'Xiu Xiu'
La espa?ola In¨¦s Sastre debut¨® en el cine con 14 a?os en Eldorado, de Carlos Saura, y despu¨¦s se hizo muy popular como modelo de alta costura. Pero el cine sigui¨® tirando de ella y ahora se consolida como actriz adulta en una buena pel¨ªcula italiana dirigida por Pupi Avati, El testigo del esposo. Otro rostro popular, el de la actriz china Joan Chen, que logr¨® hacerse un lugar en Hollywood, ha vuelto a su pa¨ªs para debutar como directora de Xiu Xiu, una dolorosa mirada l¨ªrica a los tiempos de la Revoluci¨®n Cultural.
ENVIADO ESPECIALPupi Avati, uno de los directores m¨¢s prol¨ªficos del cine italiano, est¨¢ in¨¦dito en Espa?a. Que In¨¦s Sastre, protagonice El testigo del esposo quiz¨¢ abra una v¨ªa para cubrir esta laguna. Aunque Avati no siempre acierta, tiene pel¨ªculas muy estimables, y esta ¨²ltima -si se olvida el innecesario final feliz, que es un pegote- le ha salido casi redonda.No es ajena a ello su bella protagonista espa?ola, que comienza a mostrarse segura como actriz y saca adelante un personaje nada f¨¢cil, pues su composici¨®n gira sobre un brusco vuelco de registros a mitad de pel¨ªcula, que le hace saltar de la introversi¨®n y el enfado a la expansividad y la sonrisa. In¨¦s Sastre, sin acudir al exceso ni a la facilidad de los subrayados gestuales, con naturalidad, elegancia y comedimiento da con el justo tono y resuelve esta prueba.
Joan Chen es una directora competente. Es verdad que la actriz china no se complica mucho la vida y su c¨¢mara casi siempre juega con s¨®lo dos personajes. Pero la cadencia l¨ªrica, sentimental y suave que logra dar al relato de la vida de una infortunada adolescente arrancada de su hogar y desterrada a los altiplanos del T¨ªbet est¨¢ muy bien conseguida. Es una historia amarga contada con dulzura, que conmueve y s¨®lo crispa un poco en las escenas finales, que parecen arrancadas del cine de Zhang- Yimou en concreto de Vivir.
Otra pel¨ªcula china, Dulce degeneraci¨®n, dirigida por el taiwan¨¦s Lin Cheng-Seng, es un dram¨®n que discurre tambi¨¦n suave y cadenciosamente, pero por otros menos consoladores que el elegido por Joan Chen. Es una historia de desamor con fondo incestuoso, que se mete en un atolladero argumental finalmente resuelto con buen tino y soltura de gran oficio.
Un drama duro, es tambi¨¦n I want you, del brit¨¢nico Michael Winterbottom, cineasta muy dotado que, seg¨²n cuentan, est¨¢ creando escuela, aunque todav¨ªa no acaba de redondear sus pel¨ªculas -Butterfly Kiss, Jude, Sarajevo-, que comienzan muy bien y luego encuentran algunas dificultades para sostenerse hacia arriba, en l¨ªnea ascendente. El estilo de Winterbottom es brillante, complejo e imaginativo, logra bruscas introspecciones muy originales y penetrantes y posee eso que desde los tiempos de Lubitsch se llama en cine toque o sello propio.
Otro dram¨®n es Los chicos, dirigido por el australiano Rowan Woods. A ¨¦ste no le van los refinamientos del brit¨¢nico y es de los que filman pel¨ªculas con estilo tosco, pero firme y cortante, casi navajero, algo emparentado con el cine de acera neoyorquino. La pel¨ªcula est¨¢ hecha con muy poco dinero y con montones de violencia contenida. Va al grano, dibuja de un brochazo los tipos y, de forma directa e inteligente, representa la sordidez material y moral de los barrios pobres de la Australia de hoy en busca de gente situada a mitad de camino entre la f¨¢brica y la c¨¢rcel.
Y dram¨®n -aunque musical- es tambi¨¦n Jeanne y el chico formidable, que han dirigido conjuntamente los franceses Olivier Ducastel y Jacques Martineau. Un bonito caramelo triste con el sida al fondo.
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