Los inspectores buscan dos misiles fantasma
De los cuatro contenciosos militares que los t¨¦cnicos de la misi¨®n de desarme de la ONU (Unscom) mantienen con Irak s¨®lo se ha resuelto uno: el nuclear. Todos est¨¢n de acuerdo con que Bagdad no tiene capacidad at¨®mica. El resto permanece en el limbo. Adem¨¢s del caso de los ocho recintos presidenciales, relacionados con las armas qu¨ªmicas o bacteriol¨®gicas, la Unscom tiene como prioridad en su trabajo descubrir y anular el programa bal¨ªstico iraqu¨ª. Todo misil con un alcance superior a los 100 kil¨®metros es ilegal. Quedan dos por localizar antes de dar carpetazo al asunto.Desde hace semanas, los expertos de la ONU rastrean en territorio iraqu¨ª dos ojivas. Su peligro reside en si son capaces de portar productos qu¨ªmicos o bacteriol¨®gicos y pueden ser lanzados sobre Israel.
La explicaci¨®n de Bagdad no convence a la ONU. Los hombres de Sadam dicen que esas dos ojivas no existen. Que son producto de un error contable de los especialistas de la ONU, que se equivocaron al hacer el censo inicial de las ojivas y misiles existentes. La discusi¨®n amenaza con eternizarse.
El caso de los misiles fantasma no ha desviado la atenci¨®n de Unscom de otro de los asuntos clave: las armas bacteriol¨®gicas y qu¨ªmicas.
Las pesquisas, fuera del, recinto de los ocho palacios, se centran ahora en dos instalaciones altamente sospechosas. Una es la de Abu Ghraib, 30 kil¨®metros al oeste de Bagdad, donde se encuentra una industria dedicada a la fabricaci¨®n de vacunas para aves, capaz de poner en el mercado 400 millones de dosis anuales. Los t¨¦cnicos sospechan que Abu Ghraib es una factor¨ªa de doble uso que sirve para incubar armas bacteriol¨®gicas, por lo que han decidido someter a esta industria a una estrecha y pormenorizada vigilancia. La otra es el Centro de Investigaciones Biol¨®gicas de lbn Baytar, en Bagdad.
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