Nada que temer para el euro

?Puede ser que 350 millones de europeos est¨¦n pensando en suicidarse econ¨®micamente? Es lo que parece, a juzgar por la opini¨®n de Martin Feldstein y de otros economistas estadounidenses que gustan de acu?ar titulares alarmistas en relaci¨®n con la moneda ¨²nica europea. Sombr¨ªas conjeturas (...) que son falsas por tres razones:Primera, la uni¨®n monetaria no es un salto en el vac¨ªo. El proyecto de una divisa ¨²nica europea puede haber cogido por sorpresa a algunos en Estados Unidos, pero en Europa es el siguiente paso l¨®gico en un proceso de integraci¨®n econ¨®mica de cuarenta a?os. (...)

Segunda, la irrevocable fijaci¨®n de tipos de cambio permitir¨¢ que los precios sean inmediatamente comparables en distintos pa¨ªses. Las empresas no tendr¨¢n que enfrentarse a la incertidumbre y a los costes de conversi¨®n que hoy les impiden beneficiarse del mercado ¨²nico sin fronteras instaurado en el a?o 1992. (...)

Tercera, el euro impulsar¨¢ la creaci¨®n de empleo, y no al rev¨¦s. Hay demasiada gente sin trabajo por nuestra incapacidad de modernizar la pol¨ªtica del mercado laboral y los sistemas de seguridad social. (...)

Sabemos que el mundo nos contempla. Nuestro futuro papel como socio econ¨®mico y pol¨ªtico est¨¢ indisociablemente unido a la uni¨®n econ¨®mica y monetaria (UEM). Por eso es rotunda nuestra determinaci¨®n de llegar a ella.

22 de febrero