Greenpeace acusa a la UE de ceder ante EE UU por admitir productos transg¨¦nicos

La organizaci¨®n ecologista Greenpeace acusa a la UE de ceder ante una pol¨ªtica de hechos consumados impuesta por los barcos estadounidenses cargados de productos transg¨¦nicos. Los legisladores comunitarios, seg¨²n Greenpeace, se apresuran a otorgar permisos para soja, ma¨ªz o algod¨®n gen¨¦ticamente manipulados procedentes de EE UU. Espa?a y Portugal destacan en esa condescendencia que la organizaci¨®n califica de "pat¨¦tica". Greenpeace asegura que los transg¨¦nicos son nocivos para el medio ambiente, la salud humana y animal y el futuro de la agricultura.

"Estados Unidos aplica los hechos consumados", afirma Ricardo Aguilar, responsable para el ¨¢rea de transg¨¦nicos de Greenpeace. "Empez¨® aplicando controles sobre sus transg¨¦nicos, pero ha optado por obtener beneficios comerciales y autoriza pr¨¢cticamente todo. De finales de diciembre hasta abril, sus barcos entran en la UE. Los legisladores comunitarios parecen tener prisa en ceder. El mecanismo es: una multinacional estadounidense solicita permiso para determinado producto en un pa¨ªs, y ese pa¨ªs lo traslada a la UE. En Bruselas ha habido objeciones, como cuando 13 pa¨ªses votaron contra unos ma¨ªces de EE UU: sin embargo, con s¨®lo el voto favorable de Francia, se permiti¨®. El Comit¨¦ Cient¨ªfico suele no ver in conveniente. La ¨²nica esperanza es que los diversos ministerios manifiesten su disconformidad. Ello hace que pa¨ªses como Austria o Luxemburgo ofrezcan resistencia".Espa?a y Portugal, seg¨²n Greenpeace, son los menos resistentes a esa penetraci¨®n estadounidense. "Espa?a s¨®lo ha objetado la achicoria", dice Aguilar. "Es el primer importador de ma¨ªz y el segundo de soja, y la puerta de la UE. El Ministerio de Medio Ambiente es el que m¨¢s tendr¨ªa que decir, pero Tocino ni contesta a nuestras cartas. Agricultura y Sanidad tambi¨¦n se ven afectados".

En Espa?a, los m¨¢ximos intereses son de la multinacional Monsanto. Greenpeace denuncia que est¨¢ introduciendo dos algodones fracasados en EEUU y en Australia. Monsanto tiene en su haber el liderato en soja, ma¨ªz y algod¨®n, y en su historial, la fabricaci¨®n del herbicida agente naranja con que se bombarde¨® Vietnam, adem¨¢s de diversos PCV. Incluso esp¨ªa los campos estadounidenses con sat¨¦lites y con la famosa agencia de detectives Pinkerton, para que los agricultores no se queden con semillas de su soja Roundup Ready y se la intercambien.

Plantas h¨ªbridas

"La propiedad de las semillas es la gran batalla en la agricultura mundial", dice Aguilar. "Las multinacionales patentan sus semillas transg¨¦nicas o h¨ªbridas, y los campesinos deben comprarlas. Las plantas h¨ªbridas suelen durar s¨®lo un a?o, y adem¨¢s extinguen las variedades naturales. Los campesinos desde siempre han intercambiado sus semillas, y ahora quedan en manos de las grandes empresas. Aunque esto de los transg¨¦nicos fuese agua bendita, no es de recibo que cuatro multinacionales vayan a controlar el 90% de la alimentaci¨®n mundial. Estamos entrando en una nueva ¨¦poca feudal". Greenpeace discute que se pueda afirmar que los transg¨¦nicos no provocan resistencia a los antibi¨®ticos y, en consecuencia, que sean inocuos para la salud. Mantiene que se ha comprobado que genes marcadores de resistencia a alg¨²n antibi¨®tico se han transferido desde plantas como la mostaza o la colza a los hongos del suelo, y que hay riesgo de que los pat¨®genos se hagan resistentes a los antibi¨®ticos. "Y no hay que olvidar", dice Aguilar, "que antibi¨®ticos que en el mundo desarrollado ya nos parecen obsoletos son a¨²n operativos en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, y que si desaparecen all¨ª las repercusiones sanitarias ser¨¢n claras. En este campo, se diga lo que se diga, estamos en pa?ales. Se nos asegura que las plantas transg¨¦nicas son estables y m¨¢s previsibles que las naturales. Pero desde algodones a petunias sabemos que sufren degradaci¨®n, y r¨¢pida".Greenpeace niega, adem¨¢s, que los transg¨¦nicos s¨®lo da?en a las plagas y no a los insectos benignos, y cita el caso de abejas, mariquitas y larvas de otras especies ya afectadas. Para la organizaci¨®n ecologista, consumidores y sindicatos tienen mucho que decir. En Francia ya hubo alg¨²n asalto a almacenes de la multinacional estadounidense Novartis. Grecia, por esas presiones, no permite ni los cultivos experimentales.

"Los medios de comunicaci¨®n espa?oles", dice Aguilar, "a¨²n no han propiciado un verdadero debate que oriente a los consumidores. Se escucha la voz de cient¨ªficos oficialistas cuyo testimonio es sospechoso, por cuanto al disminuir las ayudas de la Administraci¨®n a la investigaci¨®n, trabajan realmente para intereses privados. Son gente, adem¨¢s, cuyo saber t¨¦cnico es perfecto en un campo especializado, pero que carece de una ¨®ptica global. El hecho de que un se?or sepa insertar un gen no le capacita para tener la informaci¨®n medioambiental que nosotros tenemos".