Suspiro de alivio
Un casus belli es el suceso que decide a una naci¨®n lanzarse contra otra. Si no existe, se inventa. Se dijo que un barco atacado en el golfo de Tonkin fue elegido por Estados Unidos para entrar en Vietnam; la voladura del Maine para actuar en la de Cuba. Un casus belli m¨¢s complejo ha desaparecido de la tensi¨®n contra Irak: el desgraciado pa¨ªs retira sus ¨²ltimas reticencias al espionaje legal de Estados Unidos, ni siquiera pone l¨ªmites en el tiempo, y se evita la guerra. Est¨¢bamos llamando guerra a algo que no lo es: no puede haberla entre un pa¨ªs desarmado, harapiento y hambriento y la naci¨®n m¨¢s poderosa del mundo. Para poder llamar guerra a ese asalto destructivo, a esa paliza descomunal, hace falta atribuir un poder al enemigo que se trata de destruir.Y est¨¢bamos llamando casus belli al hecho de que los inspectores de la ONU, o de Estados Unidos, no encontraran rastros de ese poder que se hab¨ªa designado como arma bacteriol¨®gica de destrucci¨®n masiva. Los esp¨ªas legales podr¨¢n buscar bajo la cama del dictador, que ha cedido sus ¨²ltimas resistencias. Ya se encontrar¨¢ otro motivo, cuando convenga. La realidad del asunto es que Estados Unidos no han conseguido el apoyo de sus aliados para la paliza sangrienta: que Rusia ha ense?ado los dientes quiz¨¢ mellados, pero dientes al fin; que su propio pa¨ªs ha estado despegado y que Clinton no lo necesita ni su partido se lo exige; y sus adversarios del partido republicano quiz¨¢ prefieran guardar esa guerra para cuando tengan en sus manos la Casa Blanca. Netanyahu tendr¨¢ que esperar. Y los militares; los de la anterior matanza obtuvieron buenos beneficios, y los ingenieros pudieron ver el resultado de sus armas: necesitan probar sus mejoras.
No parece que sean armas para verdaderas guerras contra grandes potencias, sino para la nueva estrategia del siglo XXI: la contenci¨®n de los pa¨ªses del hambre. Para que no intenten comerse lo nuestro. Tampoco los grandes movimientos econ¨®micos est¨¢n conformes con la paz: las noticias de la reducci¨®n de la tensi¨®n hicieron bajar el precio del petr¨®leo y el del d¨®lar. Habr¨¢ que esperar. Clinton va a dejar el dispositivo militar en activo, como estaba hasta el lunes: a la espera de la orden. Lo va a mantener, por lo menos, seis meses. Por si encuentran otro casus belli, por si Sadam Husein realiza una de sus fruct¨ªferas estupideces. O se la mandan hacer.
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