Almunia se neg¨® a pactar con Aznar el nombre del futuro presidente del Constitucional

La entrevista entre el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y el l¨ªder del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, la pasada semana, estuvo repleta de negativas hacia las peticiones del jefe del Ejecutivo. El l¨ªder del PSOE rechaz¨® la oferta de Aznar de acordar entre ambos el nombre del futuro presidente del Tribunal Constitucional. El presidente adelant¨® el nombre de Francisco Rubio Llorente. Almunia respondi¨® que el procedimiento era an¨®malo, ya que Aznar propon¨ªa una negociaci¨®n que no corresponde a los pol¨ªticos, sino a los magistrados.

La negociaci¨®n que deben emprender los partidos pol¨ªticos no es para elegir al presidente del Tribunal Constitucional sino para ocupar las plazas de cuatro magistrados cuya renovaci¨®n se deb¨ªa haber producido ayer, al cumplirse los plazos para los que fueron nombrados. El PSOE se niega a hablar de nombres propios hasta que el Partido Popular no acepte varias condiciones sobre "el perfil" de los nuevos magistrados.El l¨ªder del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, que se encuentra de viaje oficial en La Habana, asegur¨® que de sus labios no ha salido ni un solo nombre de candidato para ocupar los cuatro puestos que hay que renovar en el Alto Tribunal. El secretario general de los socialistas ha pedido a sus compa?eros de grupo parlamentario que adopten la misma actitud. Hasta ahora, los nombres que han empezado a circular no proceden de las filas socialistas, seg¨²n la versi¨®n de Joaqu¨ªn Almunia, que, ayer reconoci¨®, no obstante, que en su reuni¨®n de la pasada semana con el presidente del Gobierno s¨ª hubo un nombre sobre la mesa, aunque ¨¦l ni siquiera quiso opinar.

El jefe del Ejecutivo, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no le propuso a Joaqu¨ªn Almunia consensuar en ese momento los nombres de los magistrados que tendr¨¢n que ser votados en el Senado, sino qui¨¦n ser¨¢ el pr¨®ximo presidente del Tribunal Constitucional. El prestigioso magistrado Francisco Rubio Llorente fue el nombre que Aznar propuso a Almunia para ocupar la presidencia de ese Tribunal. A juzgar por la forma en la que ayer Almunia afront¨® el asunto, no es arriesgado deducir que su respuesta al presidente no fue nada amable. "Le dije al presidente que ni ¨¦l ni yo somos nadie para negociar nada menos que el nombre del presidente del Tribunal Constitucional".

En puridad, son los magistrados de ese ¨®rgano quienes deben elegir a su presidente. "No tenemos derecho a suplantar o condicionar la voluntad de los magistrados", dijo Almunia, quien, sin embargo, reconoci¨® su disposici¨®n a ponerse de acuerdo con Aznar para escoger a los magistrados que ser¨¢n elegidos por el Senado.

El l¨ªder del PSOE inform¨® al jefe del Ejecutivo de las condiciones o caracter¨ªsticas sobre las que se deb¨ªan poner de acuerdo antes de colocar nombres sobre la mesa. Primero, los candidatos deben tener una "alt¨ªsinia cualificaci¨®n profesional". El segundo requisito es que los elegidos tengan tambi¨¦n "un gran sentido de Estado y una probada lealtad constitucional". En tercer lugar, el Tribunal debe ser un ¨®rgano en el que haya mujeres. Por ¨²ltimo, habr¨¢ que tener en cuenta las ¨¢reas jur¨ªdicas que quedan peor cubiertas con la salida de los cuatro magistrados que ahora ven terminado su mandato. Estas son las consideraciones o el "marco general" que el PSOE exige al partido del Gobierno para empezar a hablar.

Lo cierto es que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar logr¨® sorprender a Almunia al proponerle hablar directamente del presidente del Tribunal Constitucional cuando, hasta ese momento, los problemas estaban en otro lado. En el Grupo Parlamentario Socialista se aseguraba hasta ese momento que la petici¨®n oficiosa del Partido Popular era la de que, dada su mayor¨ªa, le correspond¨ªa proponer tres candidatos, en tanto que el PSOE deb¨ªa conformarse con proponer al cuarto. Esta consideraci¨®n, siempre seg¨²n fuentes socialistas, la formulaba el Partido Popular sobre la base de que gozan de la mayor¨ªa absoluta en el Senado y ¨¦sta es la C¨¢mara que tendr¨¢ que votar a los nuevos magistrados. El PSOE pasa por alto esa mayor¨ªa en la C¨¢mara alta y apela a que la diferencia real entre el PSOE y el PP no super¨® en las ¨²ltimas elecciones los 300.000 votos a favor del segundo, lo cual le da margen para pedir que cada uno pueda proponer a dos magistrados.