El Espanyol deja que el Atl¨¦tico se maquille
Jos¨¦ Mari y Vieri igualan en un minuto, tras la expulsi¨®n de Andrei, los goles de Ben¨ªtez y Ou¨¦dec
Montju?c vivi¨® ayer la rareza del f¨²tbol. El Atl¨¦tico resucit¨® en un par de minutos. Era cuando peor lo ten¨ªa. El Espanyol lo hab¨ªa dejado en evidencia. Le hab¨ªa marcado dos goles que hab¨ªan castigado su indolencia y su mal funcionamiento en todas sus l¨ªneas. Adem¨¢s acababa de quedarse con 10 jugadores. Y en esas, resucit¨®. Una est¨²pida jugada con un mal despeje y un remate que toc¨® en Pochettino lo justo para despistar a Ton? abrieron el primer atisbo de luz en la tenebrosa noche en la que el Atl¨¦tico se hab¨ªa desenvuelto en Montju?c. Marc¨® Jos¨¦ Mari y un minuto despu¨¦s, entonces s¨ª, por primera y ¨²nica vez, relucieron la genialidad de Kiko y el remate de Vieri. En dos minutos hab¨ªa resucitado el Atl¨¦tico, en la misma medida en que el Espanyol hab¨ªa sepultado dos de los puntos que tanto breg¨® por obtener. El enigma y la sinraz¨®n del f¨²tbol.El Atl¨¦tico no hab¨ªa encontrado ant¨ªdoto contra las picadas mortales de Ben¨ªtez y Ou¨¦dec. Bejbl intent¨® parchear el centro del campo rojiblanco, que hizo agua por todos lados. Nimny, que finalmente supli¨® el hueco dejado por Vizca¨ªno ya que Lard¨ªn qued¨® descartado a ¨²ltima hora, apenas apareci¨®. El deambular de Caminero plasm¨® la escasa respuesta colchonera ante la tremenda tensi¨®n que ejerci¨® el Espanyol en esa zona del terreno. Y Pantic, se distingui¨® s¨®lo en las jugadas a bal¨®n parado.
El Atl¨¦tico se encogi¨® en los minutos de tanteo. Milosevic, que cubri¨® la ausencia del lesionado Nando en la defensa menos goleada del campeonato, subray¨® su autoridad emple¨¢ndose con una contundencia que destempl¨® a Kiko. El gaditano tuvo que ser atendido por el m¨¦dico a los seis minutos y Vieri se qued¨® sin pareja de baile. Sin posibilidad de mover a la defensa blanquiazul a base de paredes con Kiko, el italiano qued¨® desamparado porque Caminero, Pantic y Nimny no fueron capaces de enviarle alg¨²n bal¨®n m¨ªnimamente en condiciones.
La defensa del Atl¨¦tico, en cambio, chirri¨® en su intento de neutralizar los aguijonazos de Ben¨ªtez y Ou¨¦dec. No hubo quien se emparejara con el paraguayo ni con el franc¨¦s. Iban y ven¨ªan enlazando siempre en vertical y buscando los huecos que dejaba el muro de cuatro formado por Aguilera, Santi, Andrei y Toni. Tampoco Bejbl les echaba el lazo. Al cuarto de hora, Ben¨ªtez ya hab¨ªa burlado el muro rojiblanco, pero cruz¨® en exceso su remate. El paraguayo lo intent¨® en el minuto 27 desde algo m¨¢s lejos, pero igualmente despu¨¦s de haberle ganado la espalda al defensa de turno, Andrei en ese caso. Tres minutos despu¨¦s lleg¨® el gol en una nueva jugada trenzada, con la verticalidad que las caracteriz¨®, entre Arteaga, Ben¨ªtez y Ou¨¦dec.
Antic puso toda la carne en el asador. Retir¨® a Nimny en el descanso para dar entrada a Jos¨¦ Mari. Pero el intent¨® de atacar con tres puntas se vio desvirtuado cuando el Espanyol calc¨® de nuevo la jugada del primer gol, pero esta vez con Ou¨¦dec como asistente y Ben¨ªtez como rematador. El mal cariz del partido para el Atl¨¦tico adquiri¨® dimensiones espectaculares cuando Andrei provoco una absurda expulsi¨®n por un codazo a Ben¨ªtez.
Pero fue entonces cuando el Atl¨¦tico solt¨® lastre, recuper¨® su instinto, se encontr¨® con un gol de Jos¨¦ Mari. Y de forma inmediata surgieron la chispa de Kiko y el remate de Vieri. El empate dej¨® media hora de partido dedicada a las maniobras t¨¢cticas y a los escarceos de rigor en un escenario en el que los mariscales de campo ya se hab¨ªan resignado.
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