Los exiliados pol¨ªticos italianos en Francia, amenazados por la extradici¨®n
La alarma ha tocado las puertas de las peque?as comunidades de antiguos miembros y colaboradores de las Brigadas Rojas y de Primera L¨ªnea asentados en Francia desde hace 20 a?os. Como en los viejos tiempos, decenas de estos antiguos activistas de los a?os de plomo italianos han dejado de dormir en sus casas, no aparecen por el trabajo y han cortado toda comunicaci¨®n con sus familiares y amigos.
La polic¨ªa francesa ha empezado a buscarles y detenerles de manera sistem¨¢tica, a medida que el Sistema Inform¨¢tico Europeo (SIS) impuesto por el tratado de Schengen escupe autom¨¢ticamente sobre las comisar¨ªas de Par¨ªs, Burdeos, Marsella o Lyon los mandatos de arresto internacional cursados por Italia.Las tres primeras detenciones han llegado cuando muchos de estos antiguos activistas esperaban regularizar definitivamente su situaci¨®n en el marco de la inmigraci¨®n abierto por el ministro de Interior, Jean Pierre Chev¨¨nement, mientras segu¨ªan con atenci¨®n el proyecto de indulto que prepara el Gobierno italiano.
Sergio Tornaghi, de 40 a?os, condenado en Italia a cadena perpetua por complicidad en un asesinato, fue detenido el pasado d¨ªa 30 de enero cerca de Burdeos. El detenido ha sido ya puesto en libertad por el juez de Burdeos, pero la noticia ha activado todas las alarmas en esos c¨ªrculos porque Tornaghi tiene permiso de residencia, trabaja como inform¨¢tico, est¨¢ casado con una francesa y es delegado sindical. En abril de 1996, el Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs rechaz¨® incluso su extradici¨®n invocando el "car¨¢cter pol¨ªtico" de los hechos por los que le reclama la justicia italiana. Cumple pues sobradamente con los requisitos que garantizan la residencia tranquila en Francia, s¨®lo que ni el tratado de Schengen ni el SIS entienden de estas consideraciones.
Es un mazazo que les reintroduce en el t¨²nel del tiempo, que les retrotrae a unae ¨¦poca que cre¨ªan definitivamente superada, puesto que desde la llegada de Fran?ois Mitterrand a la presidencia de la Rep¨²blica, y con el exclusivo par¨¦ntesis del Gobierno conservador de Alain Jupp¨¦, estas gentes vinculadas a las desaparecidas organizaciones terroristas de la extrema izquierda italiana han disfrutado plenamente de la protecci¨®n de la Administraci¨®n francesa. Cierto que el ide¨®logo de las Brigadas Rojas Toni Negri fue expulsado de Francia y encarcelado en Italia despu¨¦s de haber ejercido en la univesidad francesa durante m¨¢s de 10 a?os, pero es algo que nunca ha ocurrido con un Gobierno socialista. De ah¨ª la perplejidad reflejada en la carta que una decena de estos antiguos activistas han dirigido al actual presidente Jacques Chirac y al primer ministro, el socialista Lionel Jospin.
Tras recordar la palabra dada por Fran?ois Mitterrand de que Francia no proceder¨ªa a su extradici¨®n, estos antiguos activistas piden en su escrito que el Gobierno "formalice oficialmente su presencia leg¨ªtima" sobre territorio franc¨¦s. "Si la opci¨®n del realismo pol¨ªtico debe desgraciadamente imponerse, la alternativa no debe ser la extradici¨®n, sino", indican en su carta, "seguir la suerte de los inmigrantes embarcados en los vuelos ch¨¢rter o bien, obtener las garant¨ªas de nuestra presencia leg¨ªtima en Francia".
Para el Gobierno socialista, los mandatos de arresto internacional suponen, efectivamente, todo un compromiso. Y Jospin no parece dispuesto a poner su firma en las ¨®rdenes de extradici¨®n al menos hasta ver c¨®mo reacciona la justicia francesa y consultar a las autoridades italianas. Adem¨¢s de a Tornaghi, los jueces franceses han puesto tambi¨¦n en libertad a Franco Pina, antiguo miembro de las Brigadas Rojas condenado en Italia a 14 a?os de prisi¨®n por el asalto a una armer¨ªa. Pina es padre de dos hijos nacidos en Francia y aunque su extradici¨®n fue concedida por el Tribunal de Apelaci¨®n de Par¨ªs en 1980 la orden no ha sido firmada por ninguno de los sucesivos primeros ministros. Ese mismo tribunal se pronunciar¨¢ hoy sobre la situaci¨®n del tercer detenido, Alfredo Davanzo, antiguo obrero de la Fiat condenado a 13 a?os de c¨¢rcel por asalto a mano armada.
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