Los ni?os toman la palabra

"Los ba?os del colegio est¨¢n sucios, rotos y no hay papel", "las calles son estrechas", "mi padre dice que viene a las siete, pero no viene ni a las siete, ni a las ocho ni a las nueve", "los profesores nos insultan y nos pegan sin raz¨®n". Estas son algunas de las cosas que piensan los m¨¢s de trescientos ni?os de Alcobendas (83.000 habitantes) encuestados por el Ayuntamiento para conocer su opini¨®n sobre la ciudad en la que viven. Tienen entre 6 y 14 a?os, y sus respuestas han sido decisivas para elaborar el nuevo Plan de Infancia, que el Consistorio pondr¨¢ en marcha el pr¨®ximo 31 de marzo, para adaptar la ciudad a las necesidades de los ni?os.

Los m¨¢s peque?os (entre seis y ocho a?os) est¨¢n muy preocupados por los parques y los patios del colegio. Odian las cacas de perro y reclaman zonas especiales en los parques para que los padres puedan hablar entre ellos. "Nos gustar¨ªa que hubiera mesas alargadas en el cole para poder estar todos juntos", dicen los ni?os, que denuncian los abusos de los que son objeto por parte de los mayores. "Que no se aprovechen de las canchas los mayores, ni de los columpios los medianos", piden.

Las relaciones familiares tienen tambi¨¦n asignaturas pendientes: "Quiero que mi padre est¨¦ m¨¢s tiempo conmigo, porque tambi¨¦n soy su hija", o "quiero un hermano para poder jugar". Los divorcios o los horarios laborales de los padres hacen mella en los m¨¢s j¨®venes. De ah¨ª que los ni?os quieran ser aut¨®nomos a toda costa. "Me gustar¨ªa crecer para poder ir solo a la piscina y al cine".

Los ni?os de entre 9 y 12 a?os son unos amantes del medio ambiente. Piden fuentes especiales para perros, carriles bici, m¨¢s columpios o que se detenga a los due?os de los perros que no recogen los excrementos de sus animales. Se quejan tambi¨¦n de que no hay tren y de que los autobuses tardan mucho. Algunas afirmaciones son sorprendentes, m¨¢s propias quiz¨¢ de gente mayor: "No hay respeto", o "los m¨¦dicos tardan mucho en pasar consulta". Los encuestados dicen que no tienen sitio para jugar en las calles, que los abuelos les echan de los parques para que no den balonazos a sus nietos y que las motos hacen mucho ruido en verano.

Las propuestas que hacen son pr¨¢cticas: una discoteca light a partir de los 12 a?os, edificios para ir a jugar fuera de casa o algo que quite las ganas de fumar a sus padres. Tambi¨¦n quieren escuelas para que sus progenitores aprendan a comportarse y para que los profesores no les maltraten e insulten sin raz¨®n. Para los mayores, de 13 y 14 a?os, Alcobendas se convierte en una especie de c¨¢rcel peligrosa: sin metro, sin tren y, seg¨²n cuentan los chicos, con el riesgo de pincharse en un parque "con la jeringuilla de un drogata".