Rusia alerta sobre el gigantesco arsenal qu¨ªmico que yace en el B¨¢Itico

La cuenta atr¨¢s de una gigantesca bomba qu¨ªmica en el B¨¢ltico que dejar¨ªa peque?a la cat¨¢strofe nuclear de Chern¨®bil prosigue inexorable y llegar¨¢ al cero entre los a?os 2002 y 2005, seg¨²n expertos rusos que piden una urgente acci¨®n internacional para hacer frente a la terror¨ªfica amenaza. Se trata de centenares de miles de toneladas de gas mostaza y otras sustancias t¨®xicas que compon¨ªan el grueso del arsenal qu¨ªmico de Alemania durante la II Guerra Mundial y que fueron arrojadas al mar por rusos, norteamericanos y brit¨¢nicos.

M¨¢s de medio siglo despu¨¦s, la corrosi¨®n de los contenedores amenaza con un desastre ecol¨®gico, econ¨®mico y humano de enormes proporciones. El diario moscovita Izvestia informaba ayer de que el presidente Bor¨ªs Yeltsin ha encargado a la comisi¨®n interministerial de desarme qu¨ªmico el desarrollo de un programa internacional para afrontar el desaf¨ªo que plantean las armas sumergidas en el B¨¢ltico. Se trata de unas 302.000 toneladas, tantas como las que deben destruir EE UU y Rusia en aplicaci¨®n del tratado contra las armas qu¨ªmicas.Los vencedores en la II Guerra Mundial no encontraron en 1945 otra soluci¨®n mejor para deshacerse de todo ese arsenal qu¨ªmico. Los sovi¨¦ticos, que s¨®lo se apoderaron en su zona de ocupaci¨®n de 35.000 toneladas, utilizaron bidones y contenedores met¨¢licos que lanzaron al agua en zonas perfectamente delimitadas. La escala masiva de la destrucci¨®n que hab¨ªa sufrido su pa¨ªs no les permiti¨® hacer lo que brit¨¢nicos y norteamericanos con el restante 88% de los arsenales: apilar los recipientes en viejos barcos que se hundieron en el B¨¢ltico.

Parad¨®jicamente, este ¨²ltimo procedimiento, m¨¢s costoso y aparentemente m¨¢s seguro, es el que se ha convertido en una espada de Damocles que pende, seg¨²n cient¨ªficos rusos, sobre la cabeza de 250 millones de personas, en Europa y fuera de ella. Seg¨²n el vicealmirante Tenguiz Bor¨ªsov, jefe del grupo que estudia el problema, las 270.000 toneladas hundidas por brit¨¢nicos y norteamericanos tienen una "masa activa" de 50.000 toneladas y constituyen una bomba de relojer¨ªa. Los recipientes se corroen en agua salada entre 0,1 y 0,15 mil¨ªmetros por a?o, lo que determinar que buena parte de ellos estallar¨¢ entre los a?os 2002 y 2005.