El v¨ªdeo de Sampedro
LA VOLUNTAD de convertir su muerte en un alegato a favor de la eutanasia dio sentido a los ¨²ltimos a?os de la Vida de Ram¨®n Sampedro, el tetrapl¨¦jico gallego fallecido por propia voluntad el pasado 12 de enero. Impedido para acabar por s¨ª mismo con su vida, tuvo que contar con la ayuda de personas que por amor o amistad colaboraron a su designio. Ambas paradojas revelan una situaci¨®n l¨ªmite: lo que da sentido a una vida se cumple con la desaparici¨®n de esa vida. Y el gesto de amor y compasi¨®n de los m¨¢s pr¨®ximos consiste en acabar con la persona objeto de tales sentimientos. Ese terrible drama humano reclama sobre todo respeto.Por eso era inevitable que suscitase pol¨¦mica la difusi¨®n del v¨ªdeo que recoge los ¨²ltimos momentos de Sampedro. Muchas personas piensan que en ning¨²n caso debi¨® traspasarse esa frontera ¨²ltima de intimidad: precisamente por las condiciones en que se produjo la decisi¨®n. Pero, por otra parte, no hay duda de que quiso convertir su propia muerte en una bandera a favor de la despenalizaci¨®n de la eutanasia, y que ¨¦se fue su gesto m¨¢ximo de libertad. Impedir su difusi¨®n ser¨ªa, desde esa perspectiva, traicionar la m¨¢s clara voluntad de Ram¨®n Sampedro.
La incomodidad moral que suscitan esas im¨¢genes es independiente de la actitud ante la eutanasia. Portavoces de la Asociaci¨®n Pro Derecho a una Muerte Digna (APDMD) dijeron ayer haber sentido "herida" su sensibilidad al contemplar el v¨ªdeo en un informativo. Personas opuestas a la eutanasia defendieron, sin embargo, su emisi¨®n por su inter¨¦s informativo. Familiares de Sampedro alegaron que la grabaci¨®n iba dirigida a ellos, y no a los telespectadores. De algunas entrevistas concedidas por el enfermo podr¨ªa deducirse que el v¨ªdeo ten¨ªa por objeto evitar la inculpaci¨®n de las personas que necesariamente tuvieron que cooperar para su fin. La grabaci¨®n ser¨ªa el equivalente a la carta que el suicida dirige al juez para que no se culpe a nadie. Pero no puede asegurarse que Sampedro no deseara tambi¨¦n difundir al m¨¢ximo su contenido.
Ni siquiera hay unanimidad a la hora de establecer los efectos de su emisi¨®n. Para unos, favorece el debate sobre la eutanasia, como quer¨ªa Sampedro. Para otros, lo interfiere, dado el dramatismo de las escenas. En cualquier caso, es cierto que, con v¨ªdeo o sin ¨¦l, la batalla de ese tetrapl¨¦jico gallego que recurri¨® a la justicia buscando una ayuda que no encontr¨® interpela a la sociedad espa?ola sobre un problema real. Si la eutanasia estuviera despenalizada, o al menos regulada de manera prudente-comoen Holanda-, no hubiera sentido nadie la necesidad de grabar un v¨ªdeo como ¨¦ste, ni se hubiera planteado el problema de su difusi¨®n.
Y aunque tengamos dudas de que la emisi¨®n de Antena 3 vaya a favorecer el debate, no hay razones de peso para criticarla. Hubiera sido deseable, en todo caso, evitar ciertos detalles -como la banda que avisaba bajo la imagen de Sampedro de que se trataba de una " exclusiva de Antena 3"- que pudieron dar la impresi¨®n de que se trataba de un espect¨¢culo antes que de un terrible drama humano.
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