El nuevo "confesor" de Clinton
El "caso Lewinsky" convierte al reverendo Jesse Jackson en asesor personal del presidente
En la ma?ana del domingo 25 de enero, Bill y HiIlary Clinton, cogidos de la mano, fueron a misa a la iglesia metodista Foundry United, de Washington. Por la tarde vieron en la sala de cine de la Casa Blanca la retransmisi¨®n de la Super Bowl, la gran final del f¨²tbol norteamericano. Tuvieron un invitado de honor: el reverendo Jesse Jackson, l¨ªder negro del Partido Dem¨®crata. Al terminar la final, Clinton y Jackson hablaron y rezaron juntos. El reverendo aconsej¨® al presidente: "Mant¨¦n tus ojos abiertos y tu boca cerrada. Y sobre todo no te dejes llevar por el p¨¢nico". Y es que cuatro d¨ªas antes hab¨ªa estallado el caso Lewinsky. Clinton estaba siendo investigado como supuesto autor de los delitos de perjurio, incitaci¨®n al perjurio y obstrucci¨®n a la justicia por sus presuntas relaciones sexuales con Monica Lewinsky, una ex becaria de la Casa Blanca.?ste era el primero de los muchos esc¨¢ndalos de su presidencia que le pon¨ªa en el punto de mira de la dimisi¨®n o la destituci¨®n. Clinton -de creencias baptistas, mientras que Hillary es metodista- se muestra muy religioso e incluso se dice que justifica con una cita de la Biblia la teor¨ªa de que la felaci¨®n no supone adulterio. En los momentos de apuro necesita a su lado un predicador, Hace un a?o, su guru era el teleevangelista Robert Schuller, fundador de la Catedral de Cristal de California. Ahora, desde lo de Lewinsky, es el reverendo Jesse Jackson. La Casa Blanca ha confirmado que Jackson es el nuevo consejero espiritual de los Clinton, en plural. No s¨®lo charla y reza con el presidente, sino que le ha regalado a Hillary una foto que ella ha colocado en su dormitorio. Tambi¨¦n telefonea y visita a Chelsea en su residencia de una universidad californiana. La "fortaleza" de la hija ¨²nica de los Clinton fue, seg¨²n el reverendo, "decisiva para el aguante" de Bill y Hillary en los primeros d¨ªas del caso.
Nacido en 1941 en el barrio m¨¢s pobre de una peque?a ciudad de Carolina del Sur, de madre soltera, Jesse Jackson estudi¨® teolog¨ªa en Chicago y se orden¨® pastor baptista en los a?os sesenta. En aquella ¨¦poca era un joven ac¨®lito de Martin Luther King, de cuyo asesinato fue testigo presencial. Tras las muertes violentas de King y Malcolm X se convirti¨® en el principal l¨ªder negro de Estados Unidos. Jackson, seg¨²n su bi¨®grafo Marshall Frady, "sue?a con ser el Gandhi o el Nelson Mandela norteamericano".
En dos ocasiones -1984 y 1988- intent¨® sin ¨¦xito convertirse en el candidato a la presidencia por su partido, el dem¨®crata. En 1992 y 1996 renunci¨®, sin embargo, a disputarle esa posici¨®n a Clinton, y no porque le tuviera simpat¨ªa. Jackson, un abanderado de la corriente m¨¢s izquierdista del Partido Dem¨®crata, le reprochaba -y sigue reprochando- a Clinton su adopci¨®n de muchas de las tesis conservadoras de los republicanos.
Del car¨¢cter de Clinton dijo una vez: "No es recto, sino maquiav¨¦lico". El presidente le respondi¨® acus¨¢ndole de "dar pu?aladas por la espalda" a un correligionario.
Pero ahora su ayuda no se limita a consejos religiosos y pol¨ªticos, sino que se extiende a asuntos de intendencia. Se cuenta que el reverendo es el principal puente entre Clinton y su secretaria, la afroamericana Bettie Currie. Currie sabe mucho sobre las relaciones entre el presidente y la becaria.
Clinton telefone¨® a Jackson al d¨ªa siguiente del comienzo del esc¨¢ndalo. Le pidi¨® socorro espiritual y le invit¨® a ver la Super Bowl en la Casa Blanca. Jackson dud¨®, recordando todas sus diferencias pol¨ªticas con Clinton, pero su esposa y madre de sus cinco hijos le espet¨®: "Jesse, tu primer deber es el pastoral". As¨ª que el reverendo cogi¨® el toro por los cuernos. "Yo me tomo muy en serio mi papel de pastor", dice. "La relaci¨®n entre el profeta y el presidente es sagrada".
Jackson le recomienda a Clinton que intente olvidar el esc¨¢ndalo y se concentre en los asuntos de gobierno. "Ag¨¢rrate a la barca hasta que amanezca y pase la tormenta", le dice. "Dios apoya a veces a los l¨ªderes, pero en otras ocasiones tambi¨¦n los zarandea".
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