Misi¨®n en Kosovo
LA COMUNIDAD internacional comienza a apretar las tuercas al presidente de la Rep¨²blica de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, para que cese la represi¨®n en Kosovo y otorgue una amplia autonom¨ªa a la regi¨®n de mayor¨ªa ¨¦tnica albanesa. El embargo de armas y, sobre todo, las medidas econ¨®micas deber¨ªan servir para crear las condiciones que hagan que Milosevic ceda y haga posible la misi¨®n encomendada por unanimidad ayer a Felipe Gonz¨¢lez por el llamado Grupo de Contacto sobre la antigua Yugoslavia. Una misi¨®n arriesgada.El ex presidente del Gobierno espa?ol sabe bien -as¨ª lo declar¨® ayer- que una condici¨®n previa para su misi¨®n es que la acepte el l¨ªder serbio y el r¨¦gimen yugoslavo. No se trata s¨®lo de lograr un "grado superior de autonom¨ªa" para Kosovo, sino tambi¨¦n, aunque no se diga, de mantener vivo el proceso de paz en Bosnia y el funcionamiento del Tribunal Penal Internacional en La Haya para juzgar los cr¨ªmenes de las guerras en la antigua Yugoslavia y ahora en la represi¨®n serbia en Kosovo, donde ha habido al menos 80 muertos.
Junto a la decisi¨®n de ayer, en Londres, de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Rusia -a rega?adientes- hay que destacar el deseo de evitar una crisis mayor, expresado ayer en el llamamiento conjunto a la calma a los pa¨ªses de la regi¨®n, como Bulgaria, Rumania, Grecia y Turqu¨ªa.. Porque son ellos los m¨¢s interesados en que la mecha se apague lo m¨¢s pronto posible.
Milosevic dispone de poco tiempo para dar una respuesta constructiva. Aunque ha lanzado a su pa¨ªs al abismo, la debilidad econ¨®mica de Serbia deber¨ªa hacerle reflexionar. Si dentro de 10 d¨ªas no ha cesado la represi¨®n se congelar¨¢n los haberes serbios en el extranjero. El 25 de marzo, el Grupo de Contacto volver¨¢ a reunirse. Si Milosevic no ha dado signos de apertura habr¨¢ entonces que imponer sanciones mucho m¨¢s fuertes.
Belgrado pareci¨® empezar aflexibilizar ayer su postura al ofrecer negociaciones a los albaneses de Kosovo si renuncian a la secesi¨®n. El mensaje que sali¨® de Londres no estaba s¨®lo dirigido a Belgrado; tambi¨¦n, y doblemente, a Pristina, la capital de la provincia de Kosovo: al menos, de momento, la comunidad internacional no apoya la independencia de Kosovo -sino su autonom¨ªa dentro de las fronteras existentes- ni, consecuentemente, una intervenci¨®n millitar. Los acontecimientos pueden, sin embargo, acabar imponiendo otro ritmo y acabar con la paciencia pacifista de la mayor¨ªa de los albaneses de Kosovo.
Por eso es urgente una r¨¢pida respuesta positiva de Milosevic. En una zona hist¨®ricamente inestable, llena de tensiones ¨¦tnicas, la mejor soluci¨®n es la autonom¨ªa de Kosovo, que requiere tambi¨¦n una ayuda econ¨®mica por parte de Europa. Pero la autonom¨ªa s¨®lo podr¨¢ prosperar sobre una base democr¨¢tica. ?se es el doble objetivo m¨¢s amplio al que apunta la misi¨®n encomendada a Felipe Gonz¨¢lez. Con ella se juega Gonz¨¢lez otra cosa que su prestigio: la estabilidad de esa zona de tortuosa historia. Con la importante presencia de soldados en Bosnia; con un espa?ol, Carlos Westendorp, como alto representante internacional; con otro, Javier Solana, como secretario general de la OTAN, y ahora con Gonz¨¢lez, m¨¢s vale hacer todo lo posible para que la misi¨®n termine con ¨¦xito. Pues en ello, y pese a la lejan¨ªa de nuestros intereses concretos, tambi¨¦n Espa?a se juega mucho como pa¨ªs.
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