Comienza en el Reino Unido el proceso pol¨ªtico de las 'vacas locas'

?C¨®mo pudo una enfermedad propia de las reses contagiar a las personas y qui¨¦n es el culpable? Ambas preguntas, formuladas por los familiares de los 22 brit¨¢nicos fallecidos tras ingerir carne atacada por la encefalopat¨ªa espongiforme bovina (EEB) o enfermedad de las vacas locas, cuentan desde ayer con un foro p¨²blico para ser respondidas al comenzar sus sesiones la comisi¨®n judicial formada a instancias del Gobierno brit¨¢nico.

La comisi¨®n que investiga la actuaci¨®n del Gobierno conservador en la crisis de las vacas locas ha prometido llegar al fondo de la cuesti¨®n. Su presidente, sir Nicholas Phillips, obtuvo en su primera intervenci¨®n una pr¨®rroga de seis meses para presentar las conclusiones. No quiere prisas durante una prueba que contar¨¢ con m¨¢s de 300 testigos.La tarea es monumental. La enfermedad de las vacas locas no s¨®lo origin¨® la prohibici¨®n de exportar toda la carne de vacuno producida en el pa¨ªs y p¨¦rdidas millonarias. Adem¨¢s de los 22 muertos, otras cuatro personas est¨¢n muy enfermas y nadie ha podido explicar a¨²n los motivos de un contagio considerado imposible en 1990. "No presentar¨¦ un informe superficial sobre algo tan trascendente", asegur¨® ayer sir Nicholas Phillips, juez del Tribunal de Apelaci¨®n de Londres. Con la ampliaci¨®n obtenida, las conclusiones estar¨¢n listas en 18 meses.

"Alguien tiene que hacerse responsble de este drama. Se tomaron decisiones pol¨ªticas y econ¨®micas, pero la salud del consumidor pas¨® a segundo plano", dijo tambi¨¦n ayer Roger Tomkins, que tiene una hija aquejada de la nueva variante del mal de Creutfeldt-Jakob (CJ), equivalente humano de la EEB. Hasta la fecha, 180.000 reses han sido diagnosticadas en el Reino Unido como portadoras de la enfermedad. Los mataderos han sacrificado unos dos millones mayores de 30 meses y el mercado interno a¨²n no ha recuperado su ritmo normal.