El Atl¨¦tico se despide en San L¨¢zaro
Los rojiblancos entierran ante el Compostela todas sus aspiraciones
El Atl¨¦tico enton¨® en San L¨¢zaro las primeras estrofas de su cante de despedida a la Liga. Santiago ha sido la estaci¨®n final de un viaje desnortado que los rojiblancos ya hab¨ªan emprendido hace tiempo. Anoche pareci¨® por un momento que la fugaz aparici¨®n de Vieri podr¨ªa camuflar otra actuaci¨®n decepcionante del grupo de Antic. Pero el Compostela, inmerso en una ag¨®nica lucha por la supervivencia, no capitul¨® y recondujo el choque en una vibrante reacci¨®n final. El Atl¨¦tico hizo todo lo posible por procurarse la derrota frente a un adversario que se jugaba el cuello y puso el mayor empe?o en salvarlo.El choque se inaugur¨® sin due?o y as¨ª transcurri¨® durante mucho tiempo, aunque fue el Compostela el que mostr¨® m¨¢s iniciativas para buscar la meta rival. El Atl¨¦tico parece un equipo desnaturalizado, confuso y sin el vigor de anta?o. Anoche no se le vio demasiado inter¨¦s por agarrar el partido y mucho menos por avasallar al adversario desde el inicio. Es ¨¦ste un Atl¨¦tico m¨¢s especulativo y con mayor querencia al contragolpe, lo que deriv¨® en el perfil l¨¢nguido exhibido anoche en San L¨¢zaro.
El Compostela ha perdido al entrenador que esculpi¨® su identidad, pero la huella de V¨¢zquez sigue presente por todas partes. Su antiguo ayudante y ahora director de escena, Gabriel Leis, se ci?¨® al gui¨®n habitual, incluso en sus aspectos m¨¢s comprometidos, como la apuesta por adelantar la l¨ªnea defensiva para comprimir el campo. Al igual que su rival, el Compostela desde?¨® el control del juego, pero estuvo m¨¢s alegre y activo que el Atl¨¦tico, expuesto siempre a mayores peligros. Lekumberri y Llorente fabricaron en la banda derecha un carril de alta velocidad y por ah¨ª surgieron los graves problemas del Atl¨¦tico.
Durante la primera mitad, el Compostela so?¨® con el gol en al menos un par de ocasiones, especialmente en un centro de Popov que se pase¨® por la l¨ªnea. El ataque del Atl¨¦tico, con Kiko y Vieri desconectados, ofrec¨ªa en el descanso un balance paup¨¦rrimo. S¨®lo un pase adelantado de Lard¨ªn al italiano despert¨® cierta inquietud entre la hinchada local.
El comienzo de la segunda parte fue m¨¢s atosigante para el Atl¨¦tico. Un peligroso cabezazo de Penev, con la gente todav¨ªa acomod¨¢ndose en las butacas, prefigur¨® una fase de acometidas continuas del Compostela, que desperdici¨® la ocasi¨®n de herir de muerte a su rival. El partido estuvo en los pies de Popov, quien se deshizo en el mano a mano ante Molina. El ruso dispar¨® directamente al cuerpo del portero y pareci¨® enterrar las fundamentadas aspiraciones gallegas. Sobre todo, porque Vieri sali¨® a continuaci¨®n de entre las sombras para dar un giro imprevisto al partido. Fue la ¨²nica vez que se encontraron Kiko y el italiano, y la jugada, por supuesto, termin¨® en gol. Kiko hizo de cerebro, con un excelente pase largo al interior del ¨¢rea, donde Vieri aprovech¨® su corpulencia y su olfato para zafarse de la defensa y marcar.
El partido parec¨ªa clausurado, pero Leis volvi¨® a torcer la direcci¨®n del viento con el ingreso de Si¨®n. El fornido y veloz holand¨¦s desquici¨® el partido y condujo la valerosa reacci¨®n del Compostela, que no se abati¨® ante la adversidad. La ofensiva gallega volvi¨® a empujar a todo el Atl¨¦tico hacia la madriguera de Molina. Y all¨ª, Si¨®n y Bellido destrozaron con dos goles en tres minutos la candidatura rojiblanca al t¨ªtulo.
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