La voracidad de los medios

A primera hora de la noche del viernes, la cadena de televisi¨®n CNN mostraba im¨¢genes en directo de dos acontecimientos simult¨¢neos: a un lado de la pantalla, los abogados de Paula Jones comentaban en p¨²blico los aspectos m¨¢s escabrosos de la declaraci¨®n jurada del presidente, especialmente el pasaje en el que Kathleen Willey narr¨® c¨®mo Clinton puso la mano de esta mujer "sobre su pene"; la otra parte de la pantalla estaba ocupada por la imagen del presidente, cabizbajo, embarcando junto con su esposa, Hillary, y su perro, Buddie, en el helic¨®ptero que despegaba hacia la residencia de descanso en Camp David.

Todos los informativos y programas de noticias de las principales cadenas de televisi¨®n retoman las acusaciones que pesan sobre el presidente, las mismas que ocupan tambi¨¦n la portada de cualquier peri¨®dico de EE UU. El diario The New York Times escoge para su primera p¨¢gina una ¨²nica cita de la declaraci¨®n jurada de Bill Clinton del pasado 17 de enero, una frase que ciertamente puede tener un doble sentido: "He hecho todo lo que he podido para tratar de evitar las preguntas que me est¨¢n haciendo hoy".

A la reanudada voracidad de los medios de comunicaci¨®n se sumar¨¢ un acontecimiento que puede tener el efecto de la gasolina arrojada sobre el fuego: Kathleen Willey contar¨¢ hoy su versi¨®n en el programa 60 minutes de la CBS.

Willey jam¨¢s ha denunciado a Clinton ni ha querido relatar lo que pas¨® en el Despacho Oval un d¨ªa de noviembre de 1993. En la entrevista, grabada el jueves, Willey hace una narraci¨®n "muy convincente" de aquel encuentro en la Casa Blanca, seg¨²n el presentador del programa, Don Hewitt. "Podr¨¢n comprobar que su testimonio", dice este periodista, "deja muy pocas dudas sobre lo que realmente ocurri¨® aquel d¨ªa".

Las declaraciones de Willey servir¨ªan para acusar al presidente de un nuevo delito de perjurio (Clinton tambi¨¦n neg¨® bajo juramento que aquello pasara de esa forma).