Los abogados de Jones divulgan 700 folios de un sumario pleno de datos contra Clinton

Esto es la guerra. Los abogados de Paula Jones, temerosos de que Bill Clinton consiga espantar el fantasma de las m¨²ltiples acusaciones de acoso sexual, decidieron a ¨²ltima hora del viernes poner en manos de la prensa unas 700 p¨¢ginas explosivas que elevan el debate a un nuevo nivel de crudeza y dan nuevo protagonismo a Kathleen Willey, otra supuesta v¨ªctima de Clinton. Los papeles recogen los interrogatorios al presidente de EE UU y a otras personas en enero de este a?o, durante el proceso previo al juicio por acoso sexual contra Jones, que empezar¨¢ en mayo en Little Rock (Arkansas).

Paula Jones, una funcionaria de Arkansas, acusa a Bill Clinton de haberla acosado sexualmente cuando ¨¦l era gobernador de este Estado, y afirma que despu¨¦s de ese incidente tuvo problemas en su trabajo. Sus abogados aseguraron que la documentaci¨®n transmitida a la prensa contiene "pruebas convincentes" de que Clinton ha tratado de seducir a numerosas mujeres.Buena parte del contenido de esos documentos ya se conoc¨ªa, pero ahora se agregan detalles en estado bruto, sin el filtro de fuentes an¨®nimas ni analistas pol¨ªticos. Lo m¨¢s llamativo es que Kathleen Willey, otra de las mujeres que acusa a Clinton de comportamiento indecente, pasa a la pista central del circo despu¨¦s de meses en un segundo plano. Willey y su marido eran activistas del Partido Dem¨®crata, y ella entr¨® a trabajar como voluntaria en la Casa Blanca en 1993 tras quedarse viuda.

En su encuentro con los abogados de Jones, el 10 de enero de este a?o, despu¨¦s de un intercambio sobre c¨®mo Clinton intent¨® besarle en la boca que resulta penoso de leer, Kathleen Willey termina admitiendo: "?l puso mis manos en sus genitales". Y a la pregunta de "?estaba erecto?", Willey replica: "S¨ª". No menos cruda resulta la negativa de Clinton a la pregunta de un abogado sobre si "?le dio Kathleen Willey permiso para tocarle los pechos?". Willey comparecer¨¢ adem¨¢s esta misma noche en el programa de televisi¨®n 60 minutes para contar su historia a todo EE UU, y se espera todav¨ªa m¨¢s morralla.

Tal es el nivel de lo que se est¨¢ discutiendo a d¨ªa de hoy en EE UU, aunque, en este caso, da la impresi¨®n de que los comentaristas han acordado una tregua. Donde al parecer no hubo l¨ªmites fue en los interrogatorios que ahora se conocen. Los abogados de Jones leyeron en su d¨ªa a Clinton una descripci¨®n cuasipornogr¨¢fica de lo que se considera "acto sexual", para evitar que el presidente se escudara en su supuestamente limitado concepto personal de esa actividad.

Contenci¨®n de da?os

El abogado de Bill Clinton, Robert Bennett, se encontraba en Los ?ngeles en la tarde del viernes e inmediatamente improvis¨® una conferencia de prensa de contenci¨®n de da?os. Dijo que todas las alegaciones de Jones son "un mont¨®n de mentiras" y que su demanda "no es un documento legal serio, sino un papel chabacano [cuya intenci¨®n] es humillar y avergonzar al presidente e interferir en su presidencia".En contra de lo que suelen ser sus declaraciones, esta vez Bennett contraatac¨® con sa?a y se extendi¨® prolijamente en sus comentarios. La interpretaci¨®n de los abogados de Clinton es que, a¨²n en el caso de que Cl¨ªnton hubiera tenido un comportamiento indecente con Jones (extremo que tambi¨¦n se niega), esto no habr¨ªa destruido la carrera y la vida personal de ella, como se alega en la demanda.

El da?o provocado por estos nuevos documentos puede resultar extraordinario. Hablando de la reacci¨®n de Clinton a la revelaci¨®n de los documentos, el portavoz Mike McCurry dijo que "el presidente es un ser humano y tiene reacciones humanas cuando lee cosas como ¨¦sas".

Donovan Campbell, el abogado de Paula Jones, dijo ayer que el equipo de Clinton est¨¢ tratando de "destruir pruebas y obstruir la justicia" y que hay una conspiraci¨®n para silenciar sus denuncias.

Entre los papeles revelados ayer, tambi¨¦n sali¨® a la luz la declaraci¨®n jurada de la ex voluntaria Monica Lewinsky a los abogados de Jones asegurando que no tuvo relaciones sexuales con el presidente. Las infames cintas grabadas por Linda Tripp contradicen esta afirmaci¨®n.