"Se sobrevalora la importancia de los resultados escolares"
La necesidad m¨¢s perentoria de Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Garrido es poner en orden los papeles, tan metaf¨®rica como f¨ªsicamente. Catedr¨¢tico de Educaci¨®n Comparada de la UNED, de 60 a?os, se declara no militante del Partido Popular. Como director del Instituto Nacional de Calidad y Evaluaci¨®n (INCE), organismo dependiente del ministerio, pero en cuyos trabajos participan las comunidades aut¨®nomas, ha coordinado la mayor evaluaci¨®n educativa de Espa?a: el diagn¨®stico de la educaci¨®n secundaria, en el que un centenar de personas ha trabajado durante un a?o con un presupuesto de 75 millones, seg¨²n los c¨¢lculos provisionales. Su primer trabajo ahora consistir¨¢ en elaborar el informe definitivo. Para los pr¨®ximos dos a?os quedan la evaluaci¨®n del bachillerato, de la formaci¨®n profesional y de la ense?anza del ingl¨¦s.P. ?Se siente usted de derechas?
R. Socialmente no. Para m¨ª es muy dif¨ªcil, porque soy hijo de maestro y de maestra de pueblo. Siempre he estudiado con becas y nunca he podido identificarme con lo que llaman el capital. Adem¨¢s, las inquietudes educativas no te dejan ser muy de derechas.
P. ?El informe del INCE deja ver una botella medio llena o medio vac¨ªa?
R. Aunque soy muy cr¨ªtico con la Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (LOGSE), tambi¨¦n soy optimista. En este trabajo me he esforzado en vigilar mis propias concepciones, porque yo estaba para hacer un estudio objetivo. Visto el panorama internacional, el sistema espa?ol tiene ventajas indudables. Muchas deficiencias proceden de sus virtudes. Hoy la escuela acoge al 90% de los chicos de 14 a 16 a?os, y eso es impresionante cuando a¨²n no est¨¢ implantada la reforma. La igualdad de oportunidades ha funcionado. La educaci¨®n llega adonde no llegaba. Adem¨¢s, las familias est¨¢n satisfechas con la escuela y el profesorado enfoca positivamente los planes de estudio. Hay un alto grado de conformidad de la comunidad escolar con el tipo de direcci¨®n de los centros.
P. ?Y el rendimiento?
R. Hay porcentajes preocupantes de fracaso escolar, entre un 25% y un 30%. Esto debe provocar la reflexi¨®n de toda la sociedad, porque en Europa sucede lo mismo, pero en porcentajes inferiores. Ni podemos estar contentos ni tenemos que alarmarnos. Podremos superarlo si tomamos las medidas adecuadas, si aportamos recursos humanos y materiales. Todav¨ªa hay mucha tela que bordar. P. ?Cu¨¢les son las zonas de sombra en los rendimientos?
R. Mi opini¨®n es que se sobrevalora la importancia de los resultados escolares. Yo siempre he sido esc¨¦ptico. En casi todos los pa¨ªses hay excesiva confianza en los resultados como ¨ªndice de eficacia escolar. Hay que ir con cuidado. La educaci¨®n causa efectos a largo plazo. No debemos buscar en los resultados la varita m¨¢gica que nos haga ver si la escuela funciona. Me parece sumamente peligrosa esa varita m¨¢gica puesta exclusivamente en los resultados. Es lo que en Inglaterra est¨¢ llevando al ranking de centros seg¨²n las notas. Me parece preocupante. En la escuela es fundamental considerar el valor a?adido: qu¨¦ ni?o recibo y qu¨¦ ni?o pongo en circulaci¨®n. Escuelas que tienen p¨¦simos resultados pueden hacer una labor social de primer orden. Los resultados son un dato, un s¨ªntoma interesante, pero el esfuerzo fundamental no deber¨ªa orientarse directamente a mejorarlos, porque empezar¨ªan las trampas: yo ya he recibido una carta de un centro que me pide los cuestionarios del estudio para que los ni?os se habit¨²en para la pr¨®xima vez.
P. ?Qu¨¦ te ha llamado m¨¢s la atenci¨®n de los resultados?
R. No se puede hacer nada en este mundo tan competitivo sin una capacidad de raciocinio fuerte, el que proporcionan las matem¨¢ticas, y sin una gran capacidad de comunicaci¨®n. Pero tampoco podemos estar contentos en historia.
P. ?Eso se arregla por decreto?
R. Para nada.
P. Con el plan de humanidades...
R. Yo estoy a favor del plan de humanidades. Este pa¨ªs necesita un refuerzo del humanismo en los planes. Ha habido una dejaci¨®n de los contenidos culturales, pero es algo que viene de antiguo y ocurre en todos los pa¨ªses. Debemos corregirlo, y las orientaciones de Esperanza Aguirre son muy correctas. La sociedad, al margen de los m¨¦todos que se hayan seguido, ha acogido bastante bien la iniciativa. Ahora bien, tampoco se pueden relacionar las humanidades s¨®lo con la historia, no tiene sentido, porque el problema de la lengua tiene mayor profundidad.
P. ?Que le ha parecido la acogida al informe, que casi ha hecho famoso al INCE?
R. Enormemente positiva. La educaci¨®n interesa y mucho: de otro modo no hubiera aguantado en primera p¨¢gina.
P. ?Saca alguna conclusi¨®n de ello?
R. Que la educaci¨®n debe someterse al control social. Hay que articular los medios para que la gente sepa c¨®mo funciona por dentro la educaci¨®n. Una instituci¨®n como el INCE es clave. Y ¨¦se fue un ¨¦xito de la LOGSE, que fue innovadora y cogi¨® bien el hilo internacional del control social. Pero cuidado: control social no es control de las notas. Los padres deben darse cuenta de eso. Una alarma basada en algo sintom¨¢tico como las notas me parece injustificada. Me molestar¨ªa que la gente pensara que s¨®lo evaluamos asignaturas. Lo importante no son las asignaturas, sino los comportamientos, la formaci¨®n de fondo. Debemos crear una correcta cultura de la evaluaci¨®n, no condicionada por la asignaturitis o por un concepto empresarial de los centros educativos.
P. ?Son ciertos los indicios de que Aguirre le encarg¨® esta evaluaci¨®n para desacreditar el sistema?
R. Doy fe viva de que no.
P. Si no hubo vicios de encargo, ?ha habido presiones para afear los resultados? R. Si las hubiera habido, que desde luego no me constan en absoluto, la din¨¢mica del trabajo cient¨ªfico las hubiera frustrado de ra¨ªz. Lo que s¨ª ha habido, son elementos psicol¨®gicos de presi¨®n para que no se conocieran los resultados comparativos.
P. ?Se refiere al derecho de veto auton¨®mico en el INCE?
R. S¨ª.
P. ?Se hubieran difundido oficialmente si no se hubieran publicado?
R. Mi creencia es que s¨ª.
P. En el entorno de Aguirre se piensa que la publicaci¨®n del informe en este peri¨®dico fue una operaci¨®n socialista. ?Usted lo cree?
R. Es normal que un partido que ha puesto una enorme ilusi¨®n en una ley la defienda e intente llevar el agua a su molino. Yo lo har¨ªa. Pero no s¨¦ qu¨¦ grado de participaci¨®n ha tenido el PSOE en la filtraci¨®n. En todo caso, decir que la ESO va estupendamente ser¨ªa tan falso como decir que va fatal, porque no hemos juzgado la ESO. En l¨ªneas generales, el reflejo que la comunidad educativa tiene de la ESO es m¨¢s bien positivo. Es lo que se puede deducir, pero no se pueden medir exactamente los efectos de la ESO en la educaci¨®n espa?ola. Ser¨ªa prematuro.
P. ?Ha publicado este peri¨®dico datos tergiversados o interpretaciones no respaldadas por los n¨²meros?
R. Yo no he encontrado datos tergiversados. Lo escrito ha sido respetuoso con los datos. Pero s¨ª he encontrado una l¨ªnea editorial, como siempre en EL PA?S. Una l¨ªnea m¨¢s entusiasmada con la igualdad de oportunidades y con que la educaci¨®n llegue a todos con criterios b¨¢sicos de calidad, que con la exigencia de un nivel de excelencia en la escuela. Una l¨ªnea favorable a la reforma, como siempre ha tenido. EL PA?S ha ofrecido una interpretaci¨®n, pero es justamente la que sus lectores esperan. Ahora bien, hay tantos n¨²meros puestos en ¨®rbita, tantos an¨¢lisis, que todav¨ªa hay que esperar a que est¨¦ listo el informe final, modificaciones incluidas.
P. ?Ha colocado el ministerio el carro antes que los bueyes intentando arbitrar soluciones antes de conocer los problemas, como en el plan de humanidades? R. Los pol¨ªticos siempre est¨¢n en la obligaci¨®n de hacer algo, se ven obligados a poner el carro antes que los bueyes. Es algo justificable, porque nadie les pide que abran l¨ªneas de pol¨ªtica educativa para la segunda mitad del siglo XXI. Se les exigen medidas para ya.
P. ?Ha cambiado su visi¨®n cr¨ªtica de la reforma tras el diagn¨®stico del INCE?
R. He comprendido mejor los objetivos de la reforma, que por cierto est¨¢ bien hecha desde el punto de vista t¨¦cnico, porque los que hicieron la LOGSE son personas muy preparadas. Y tambi¨¦n he descubierto que la reforma incluye aspectos de los que yo pensaba que carec¨ªa. Por ejemplo, la diversidad. Es un concepto que la reforma introduce bien y considera un tema importante para la calidad. Lo que pasa es que el pensamiento socialista, favorecedor al m¨¢ximo de la igualdad de oportunidades, lo deja luego en segundo plano. Estoy convencido de que si un Gobierno de derechas no mejora el tratamiento de la diversidad lo har¨¢ un Gobierno socialista.
P. ?Se refiere a las cl¨¢sicas dos l¨ªneas: una de primera divisi¨®n y otra de segunda?
R. No. Segregaci¨®n, nunca. Otra cosa es cierta diversificaci¨®n curricular a partir de los 14 o 15 a?os. Pero la verdadera soluci¨®n est¨¢ en la agrupaci¨®n flexible en lugar de la clase r¨ªgida: hay que sacar al chico que va mal y ponerlo durante un tiempo con otros chicos que tambi¨¦n van mal hasta que se recupere y pueda volver a su grupo. Lo que no tiene sentido es que el profesor tenga alumnos aparentemente iguales, pero que no lo son y no aprovechan la clase.
P. ?Cree que la reforma ha bajado el nivel de rendimiento?
R. Me temo que irremediablemente, porque la igualdad de oportunidades tiende a convertirse en igualdad de resultados. Pero el principal problema no lo padece la banda de alumnos del medio, sino las de los dos extremos: los de arriba y los de abajo.
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