53 detenidos en una batalla campal entre polic¨ªa y 'okupas' en Malasa?a
Malasa?a vivi¨® ayer una noche violenta, cuando una manifestaci¨®n en apoyo del movimiento okupa, en la que participaron 300 j¨®venes encapuchados, acab¨® en batalla campal. La protesta, que carec¨ªa de autorizaci¨®n, se inici¨® en la plaza del Dos de Mayo a las nueve de la noche. Los manifestantes, la mayor¨ªa entre los 16 y los 18 a?os, tras una corta marcha, empezaron a lanzar piedras, quemar contenedores de basura y cruzaron dos coches en la calle de Col¨®n. Estos hechos fueron respondidos con una carga policial y una persecuci¨®n hasta la Gran V¨ªa.Los disturbios prosiguieron hasta m¨¢s all¨¢ de la medianoche, con continuos enfrentamientos con los agentes, que emplearon pelotas de goma y porras. El resultado fue un barrio tomado policialmente, 53 detenidos (cinco de ellos menores de 16 a?os), cinco manifestantes heridos y siete polic¨ªas lesionados. Ninguno grave.
Por la noche, los arrestados permanecieron en los calabozos policiales de la comisar¨ªa de Centro, coreando consignas como "menos polic¨ªa y m¨¢s jarana". Estos c¨¢nticos, acompa?ados con palmas, se o¨ªan desde la calle. Hoy pasar¨¢n a disposici¨®n judicial. Varios j¨®venes sin antecedentes fueron puestos en libertad de madrugada. La polic¨ªa se?al¨® que, durante la protesta, 12 coches resuItaron da?ados y que se requisaron varias bombas incendiarias, cadenas, piedras y aerosoles de autodefensa. El delegado del Gobierno en Madrid, Pedro N¨²?ez Morgades, consider¨® "lamentable" lo ocurrido y critic¨® que algunos okupas se dejen influenciar por "los violentos".
Durante los disturbios, numerosos viandantes se vieron envueltos en la trifulca y recibieron golpes de los agentes. Asimismo, una vez dispersada la cabecera de la manifestaci¨®n, grupos de cuatro a seis j¨®venes convirtieron las calles de Malasa?a en territorio de sus escaramuzas. Continuamente perseguidos por la polic¨ªa, se escond¨ªan, tiraban cubos de basura, los incendiaban, insultaban y, ante la carga policial (hubo cerca de un centenar de antidisturbios), volv¨ªan a huir hasta otra calle, donde se reiniciaban los incidentes.
Esta algarada fue contemplada por miles de j¨®venes que hab¨ªan acudido como cada fin de semana al c¨¦ntrico barrio a tomarse unas copas. Algunos apoyaban a los manifestantes encapuchados, otros prefer¨ªan divertirse en los locales.
Los incidentes de ayer tuvieron aviso d¨ªas atr¨¢s. Algunas pintadas en Malasa?a anunciaban: "Desalojo son disturbios". Se refer¨ªan al reciente intento fallido de expulsi¨®n de un grupo de okupas de un inmueble de la calle de Valverde (Centro), justo uno de los puntos que anoche se convirtieron en eje de los disturbios, igual que las calles de Beneficencia, Fuencarral, Corredera Alta de San Pablo, San Vicente Ferrer y las plazas de Barcel¨® y Dos de Mayo.
PASA A LA P?GINA 3
La polic¨ªa desaloj¨® en la Gran V¨ªa una veintena de manifestantes que se refugiaron en un autob¨²s
VIENE DE LA P?GINA 1La tensi¨®n se mascaba desde que, a las 20.30, parti¨® la manifestaci¨®n desde la plaza del Dos de Mayo. La convocatoria se hab¨ªa efectuado mediante carteles y pintadas. Los participantes, entre los que se no se ve¨ªan caras habituales de las movilizaciones de okupas, avanzaban despacio como una pi?a profiriendo gritos de "polic¨ªa asesina" y "desalojo son disturbios".
A su paso, algunos comercios echaban la persiana. Llegados a la plaza de San Ildefonso parec¨ªa que dudaban hacia d¨®nde dirigirse y se encaminaron hacia la calle de Valverde. Sin llegar hasta ella, en la calle de Col¨®n, los encapuchados que iban en la cabeza de la protesta cruzaron dos coches en la calzada, lanzaron piedras en direcci¨®n hacia la calle de Fuencarral, donde estaba apostada la polic¨ªa (seg¨²n ¨¦sta, tambi¨¦n algunos c¨®cteles m¨®lotov) y quemaron el contenido de varios contenedores y papeleras.
La polic¨ªa sali¨® detr¨¢s de ellos lanzando pelotas de goma, y comenzo una persecuci¨®n a lo largo del d¨¦dalo de callejas que bajan hacia la Gran V¨ªa. All¨ª, una decena de manifestantes se subieron a un autob¨²s de la EMT de la l¨ªnea 2 (Avenida de la Reina Victoria-Doctor Esquerdo), y la polic¨ªa los sac¨® a rastras. "Nos han pegado a varios que ¨ªbamos dentro y que no ten¨ªamos nada que ver", aseguraba una chica temblorosa. Seg¨²n los fueron sacando del autob¨²s, los agentes inmovilizaron a una veintena de j¨®venes contra sus furgonetas y se los llevaron despu¨¦s detenidos.
Poco despu¨¦s, en las calles pr¨®ximas a la plaza de Barcel¨®, peque?os grupos de j¨®venes profirieron gritos y lanzaron piedras y botellas contra la polic¨ªa, que respond¨ªa con nuevas cargas. En su avance, los agentes no arremet¨ªan s¨®lo contra los alborotadores, sino tambi¨¦n contra j¨®venes que se encontraban por los bares y calles de la zona, muy concurrida cada viernes o s¨¢bados. En varias ocasiones, chicos o chicas que pasaban por el barrio fueron desalojados de ella a porrazos.
Un vecino de la plaza de Barcel¨®, Manuel C., de 43 a?os, aseguraba indignado: "Desde los tiempos de Franco no hab¨ªa visto una brutalidad igual". "La gente que hab¨ªa aqu¨ª congregada no ten¨ªa nada que ver con la manifestaci¨®n de okupas se?al¨® este vecino, informa Entretanto, los disturbios segu¨ªan. Los agentes tomaron la plaza del Dos de Mayo, por ejemplo, y los j¨®venes corr¨ªan y se apostaban en otra zona cercana. Los bares abr¨ªan y cerraban las puertas seg¨²n se tranquilizaba o se enconaba el asunto. Las cargas y carreras se suced¨ªan sin parar, informa Antonio Jim¨¦nez.
En medio de la calle de Velarde, a las 11.30, un grupo de j¨®venes plant¨® un contenedor de basura y le prendi¨® fuego. Detr¨¢s de ¨¦l, empezaron a gritar insultos y a arrojar botellas. En el otro lado de la calle, un polic¨ªa se plant¨® en el medio, con adem¨¢n chulesco. Los botellazos arreciaron. Uno casi da a un viandante que acert¨® a pasar por ah¨ª.
Mientras un agente entreten¨ªa a los j¨®venes sorteando los cascotes y botellas que le tiraban, una decena de agentes, armados con porras y escopetas de bolas de goma, se iba colocando en las esquinas de la calle, sin que les vieran los j¨®venes. Cuando se reuni¨® una docena de agentes, el que parec¨ªa mandar el comando grit¨®: "Uno, dos, tres, y a por ellos.". Y los antidisturbios se lanzaron en tromba contra los j¨®venes, que pusieron pies en polvorosa rumbo a otra calle.
Los detenidos, por su parte, eran conducidos en furgon policial a la comisar¨ªa de Centro. Un grupo de ellos, pese a ir esposados, consigui¨® durante el corto trayecto llenar el interior del veh¨ªculo policial de pintadas.
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