La decisi¨®n de Borrell
LA DECISI?N de Josep Borrell de competir con el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, por la candidatura de su partido a la presidencia del Gobierno ha despertado vagos temores e imprecisos recelos entre algunos de los representantes m¨¢s destacados del aparato del partido. Es muy probable que ese nerviosismo obedezca, simplemente a la novedad extrema que supone la convocatoria de unas elecciones primarias en un partido pol¨ªtico espa?ol, en cuanto que puede dejar a la intemperie democr¨¢tica a una parte de los cargos socialistas que se consideran a s¨ª mismos insustituibles. Pero tales reticencias son infundadas. El sistema de primarias, aunque, como todos, plantee inconvenientes pol¨ªticos secundanios, no puede traer sino un reforzamiento de la democracia interna de los partidos.El paso que ha dado el ex ministro de Obras P¨²blicas es importante por varias razones. La primera es que confiere seriedad al modelo de primarias que el PSOE quiere implantar. Sin un pol¨ªtico con el suficiente peso espec¨ªfico que compita con Joaqu¨ªn Almunia, la supuesta apertura democr¨¢tica que imprime la elecci¨®n de afiliados y simpatizantes quedar¨ªa en agua de borrajas. Si se pretende modernizar el partido y reforzar la participaci¨®n de los militantes mediante un proceso de selecci¨®n desde la base, carece de sentido negar tal pretensi¨®n en la pr¨¢ctica arguyendo los riesgos que cualquier elecci¨®n tiene para la unidad interna.
Joaqu¨ªn Almunia y Josep Borrell tambi¨¦n recoger¨¢n los efectos beneficiosos de esta confrontaci¨®n democr¨¢tica. Almunia, porque si vence el pr¨®ximo 24 de abril, quedar¨¢ enormemente reforzado en el propio PSOE y puede sumar esa cuota de carisma que se le reclama desde vanos flancos pol¨ªticos. Es verdad que corre el riesgo de perder; pero si eso sucediera, ser¨ªa ¨¦l el primero en entender que no es el candidato id¨®neo. Para Borrell, la prueba de fuego de las urnas confirmar¨¢ o desechar¨¢ sus pretensiones, por fin expl¨ªcitas; pero, en el peor de los casos, reforzar¨¢ sus posiciones dentro del partido.
Pero para que la apertura democr¨¢tica que se pretende consolidar en el PSOE llegue a buen puerto no basta con la definici¨®n del procedimiento -las elecciones pr¨ªmar¨ªas convocadas entre afiliados y simpatizantes- y los candidatos. Es imprescindible tambi¨¦n que la confrontaci¨®n pol¨ªtica se produzca en condiciones de m¨¢xima transparencia e igualdad. Ser¨ªa un desgraciado paso atr¨¢s que la burocracia del partido favoreciera a un candidato, a su candidato, y perjudicara al oponente. La reciente experiencia del Pa¨ªs Vasco ha puesto de manifiesto los riesgos inherentes al procedimiento, y el anuncio de Joaqu¨ªn Almunia de que dimitir¨¢ en el caso de que, no sea elegido, adem¨¢s de tener un cierto aire disuasorio, confiere dramatismo a la elecci¨®n.
Hasta el momento, al margen de la inquietud ya mencionada, el comportamiento de los ¨®rganos de re presentaci¨®n del partido como respuesta a la presenta ci¨®n de Borrell ha sido correcto. El Comit¨¦ Federal del partido rebaj¨® los requ¨ªsitos que deber¨¢ cumplir el candidato -ya no har¨¢ falta el10% de las firmas de los militantes para presentarse,sino el 7%; o el 20% de los miembros delComit¨¦ federal, sino el15%-.Varios notables del partido, en un rasgo democr¨¢tico de m¨¦rito han confirmado a Borrell que aportar¨¢n su firma para que pueda presentarse, sin que ello implique que comprometen su voto en la elecci¨®n de abril. Y el propio Borrell ha resistido la tentaci¨®n de ser tan s¨®lo el depositario de las corrientes marginadas en el PSOE actual, como el guerrismo, y ha anunciado que buscar¨¢ sus firmas entre representantes de todas las tendencias. La unidad interna del PSOE no est¨¢ en peligro porque ponga bajo decisi¨®n de las urnas el peso pol¨ªtico de sus candidatos; al contrario, saldr¨¢ reforzada. El peligro real est¨¢ en oponerse al juego democr¨¢tico so pretexto de las cat¨¢strofes que se derivar¨¢n de una hipot¨¦tica ruptura de esa unidad. Son augurios que tienden a autocumplirse debido a la incomprensi¨®n de quien los emite.
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