Tela marinera
Por el e-mail llegan igual mensajes de amigos que llamadas de socorro, o las dos cosas a la vez, cual es el ¨²ltimo caso: un colega del diario chileno La ?poca me comunica que, desde hace cinco d¨ªas, el rotativo est¨¢ sobreviviendo heroicamente, con impresi¨®n provisional suministrada por un taller amistoso, unas toneladas de papel regalado por la Asociaci¨®n Nacional de Prensa y la redacci¨®n, que trabaja sin quejarse. La ¨²nica edici¨®n que consiguen tirar la distribuyen los ch¨®feres de la casa. Hace cinco d¨ªas, la empresa propietaria, Copesa -que asimismo posee La Tercera, el sensacionalista La Cuarta (el m¨¢s vendido de Chile) y varios medios m¨¢s-, decidi¨® que dejaba de imprimir La Epoca por la deuda acumulada en impresi¨®n y distribuci¨®n. Un par de ¨®rganos de Copesa se apresuraron a certificar el fallecimiento de un peri¨®dico que, desde sus inicios, ha intentado defender un modelo de informaci¨®n plural."Naci¨® a imagen y semejanza de EL PA?S, en un medio tan hostil como ¨¦ste. Aqu¨ª no gusta el pluralismo de La Epoca". Y as¨ª, se extingue, entre la indiferencia y el ninguneo de los mismos pol¨ªticos chilenos que lo usaron como trampol¨ªn para acceder a sus actuales poltronas. No s¨¦ qu¨¦ podemos hacer por ayudarles: pero da verg¨¹enza que se acalle una voz democr¨¢tica, mientras sobreviven medios que mintieron y calumniaron durante la dictadura. Qu¨¦ triunfo para Pinochet, inamovible en su actual esca?o. La ?poca caus¨® furor cuando public¨® La historia oculta del r¨¦gimen militar, en 1988. El a?o de la esperanza.
Pero no quiero ponerme derrotista y, por ello, no comentar¨¦ tampoco el tratamiento a lo Rodney King que los ertzainas (qu¨¦ valientes: y esta vez sin c¨¢pucha) le propinaron al taxista al que apalizaron durante una manifestaci¨®n en Bilbao, y que puede que pusiera en peligro el hecho diferencial del agredido (en caso de tenerlo: se llama L¨®pez G¨®mez). Sabido es que se te sale por cualquier agujero cuando te sacuden con cierta contundencia.
Lo que me interesa, aparte del origen de la ventosidad que parec¨ªa oler un guardaespaldas de Clinton (cargo que nunca quiso ocupar Clint Eastwood: ahora sabemos por qu¨¦), mientras ¨¦ste abundaba en el p¨¢n¨ªco al ser asaltado por las masas a su llegada a ?frica; lo que necesito saber con urgencia, tambi¨¦n, es qu¨¦ planes tiene Chonchi para el futuro. Ella quiere rehacer su vida. Otras la tienen completamente hecha, perfectamente asumida. Me refiero a la Madre de Todos los Envases (tomo prestado el calificativo de Caiga quien caiga: genial, chicos), Ana Botella, que en el ¨²ltimo n¨²mero de V¨®gue es entrevistada por Fernando S¨¢nchez-Drag¨®n Rapide, de mujer a mujer. Es apasionante bucear en el interior del frasco. Uno, Ella no se fia de las p¨ªldoras. No ha tomado (ni su Jose: pron¨²nciese sin acento y gangoso) la melatonina que, en Tokio, el autor de la entrevista les recomend¨®:"La hab¨ªa utilizado antes una vez y, la verdad, no me convenci¨®". Quiz¨¢ por los efectos secundarios: aparte de inducirte al sue?o, te pone caliente como una mona.
Dos, Ella no tiene tiempo para tonter¨ªas: "No soy partidaria ole complicarme la vida por los animales. Por las personas, s¨ª, pero s¨®lo por ellas". Como consecuencia. los cockers no entran en esa casa, que ya es un, probo hogar castellano gracias al surpl¨²s de plater¨ªa, y tienen que dormir en el jard¨ªn, en una caseta. Dado que La Moncloa es del pueblo soberano, propongo que recojamos firmas para que los chuchos puedan invadir unos interiores por los que circulan tantos espec¨ªmenes de dudoso origen. Tres, Ella discurre teor¨ªas: "Las mujeres no zapeamos...Quiz¨¢ nos guste m¨¢s concentrarnos en una sola cosa". Horror: ?qu¨¦ cosa? Y propone: "Los psic¨®logos tendr¨ªan que estudiar este asunto". L¨¢stima que Freud ya no se encuentre entre nosotros.
Hay que reconocer que, aparte de estos lapsos o incursiones en lo aventurado, Ella surca, con elegancia las aguas de lo que es pol¨ªticamente correcto, y que domina el arte de encubrir las intenciones con un discurso abierto y liberal. L¨¢stima que se dej¨® poner, para las fotos, esos pantalones de pernera ancha que se llevan esta temporada y que yo misma he rechazado violentamente en las boutiques de Los Angeles, porque te acortan la figura, convirti¨¦ndote en una morcilla de Burgos.
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